Gallardo y Guardiola: los entretelones de una relación de admiración y respeto, pese a que nunca estuvieron cara a cara

Los técnicos de River y Manchester United no se conocen personalmente pero se tienen una enorme valoración profesional

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Gallardo cambió el sistema táctico
Gallardo cambió el sistema táctico de River siguiendo el espíritu del City de Pep

Corría el año 2009 y a River Plate lo dirigía Néstor Gorosito. Sentado en la baranda de la ya extinta pista de atletismo del estadio Monumental y todavía con la ropa de entrenamiento puesta, Marcelo Gallardo le dijo a un amigo mientras hablaban de fútbol: “Cuando me retire voy a ser técnico y quiero que mi equipo juegue como este Barcelona”. La referencia del “Muñeco” era para el fenomenal y multicampeón Barsa que dirigía Pep Guardiola y en el que deleitaban Lionel Messi, Andrés Iniesta, Xavi, Dani Alves y Sergio Busquets, entre otros.

En efecto, Guardiola es un faro para Gallardo. Un modelo a imitar. “Guardiola es el mejor técnico del mundo”, lo elogió el “Muñeco” el 10 de este mes, ante una pregunta sobre cómo había tomado él una frase de Guardiola en la que el entrenador del City definió a Chelsea y a River como los mejores equipos del planeta. “No soy quién para contradecir la palabra de nadie y menos la del mejor entrenador del mundo, pero habría que ver en qué contexto lo dijo. Si dijo que el City no está entre los mejores equipos del mundo, mintió. Y eso habla bien de él: no va a decir que su equipo es el que mejor juega... Yo creo que está entre los dos o tres mejores equipos del mundo, no solamente por su entrenador, sino porque también juega a algo que me identifica”, expresó el técnico de River.

Más de una vez Gallardo les mostró videos del juego de aquel Barcelona y del actual City a los futbolistas de River que conformaron algunos de los tantos planteles que armó en sus casi ocho años en el club. A Matías Kranevitter, por caso, le mostraba los movimientos y la capacidad para pasar la pelota de Busquets como ejemplo de lo que pretendía para un volante central. La asfixiante presión de aquel equipo español y del actual City al perder la pelota también es para Gallardo otra medida de cómo quiere que juegue su River y por eso le supo facilitar ese material a sus jugadores. Y otro de los ejemplos más claros de la admiración del “Muñeco” para con Guardiola es que este año decidió modificar el esquema táctico del equipo, con Julián Alvarez como principal referencia de ataque y cinco mediocampistas por detrás de él, justamente porque le encanta la actual propuesta del City, que casi siempre juega con un sistema táctico 4-1-4-1, priorizando el buen manejo de la pelota y la llegada masiva de los volantes al área rival.

Gallardo y Guardiola nunca se vieron cara a cara. Sin embargo, ambos supieron visitar las que hoy son las segundas casas de ambos. El “Muñeco” estuvo en el Etihad Stadium, la cancha del Manchester City, en un viaje que realizó por Europa entre marzo y abril de 2014 para perfeccionarse. En el marco de aquel periplo mantuvo una charla con Manuel Pellegrini, por entonces entrenador del conjunto inglés. También vio un entrenamiento del City que dirigía el chileno y también un empate 1 a 1 entre el Manchester United y el Bayern Munich que por entonces conducía Guardiola, en Old Trafford, por los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa.

Guardiola, por su parte, conoció el Monumental en 2006, más precisamente el 8 de octubre de ese año: vio in situ una victoria 3 a 1 de River ante Boca, en un Superclásico por el torneo local. Para River, que era dirigido por Daniel Passarella, anotaron Gonzalo Higuaín por duplicado y Ernesto Farías. Y el empate parcial de Boca fue convertido por Rodrigo Palacio. “Recuerdo que, al ver a la gente de River cantar y saltar, Guardiola le dijo a una persona que estaba al lado de él: ‘¡Qué ambientazo!’”, le contó al diario La Nación un hincha de River llamado Martín Salto que casualmente estuvo sentado al lado de Guardiola aquella tarde, en la platea San Martín.

Guardiola está muy al tanto del exitoso ciclo del River de Gallardo, que obtuvo siete títulos internacionales y siete a nivel nacional. Es más: el español hasta llegó a reclamar públicamente, en 2019, que a Gallardo se lo nominara como uno de los candidatos a ser elegido como mejor entrenador del mundo en los premios The Best que entrega la FIFA. “Lo que ha hecho Gallardo en River es increíble, a nivel resultados y en darle consistencia año tras año. Aunque se le van jugadores, sigue estando... Ojalá algún día pueda enfrentarme a sus equipos, sería muy bonito. Hay cosas que no se explican... Estamos nominados tres entrenadores para mejores del año y nunca está él. Parece que solo existe Europa y no entiendo cómo Gallardo no está nominado como los mejores entrenadores del mundo porque creo que no es solo un año, sino que viene destacándose durante tanto tiempo”, expresó Guardiola al hablar con el canal TNT Sports.

Recientemente Guardiola también endulzó los oídos de los hinchas de River.

“No somos el mejor equipo del mundo. El mejor equipo es el Chelsea, que ganó la Champions League, o River Plate, que ganó en Sudamérica. Eso creo. ¿O no? No lo recuerdo”, se preguntó ante una consulta sobre si el City es el conjunto que mejor juega en todo el planeta. En esa respuesta, Guardiola perdió de vista que Palmeiras es el actual bicampeón de América.

En noviembre del año pasado, a Guardiola le preguntaron si estaba al tanto la final de la Copa Libertadores que iban a jugar Flamengo y Palmeiras, y Pep aprovechó la ocasión para felicitar a River en general y a Gallardo en particular “por ganar otro título”, en este caso el del primer campeonato de Liga que celebró el “Muñeco” en su actual club. “Un poco, sé que River Plate ganó la Liga Argentina así que felicitaciones a River Plate y a Marcelo Gallardo por ganar otro título”, soltó aquella vez.

Los puntos en común entre Gallardo y Guardiola se extienden también al tiempo de trabajo que llevan en sus clubes: casi ocho años el “Muñeco” en River y seis el español en el City. Así como Gallardo dio catorce vueltas olímpicas como técnico del conjunto “millonario”, Guardiola consiguió diez títulos con el equipo inglés.

Continuador de las ideas futbolísticas que en su momento impulsaron los holandeses Rinus Michels y Johan Cruyff, Guardiola es el espejo en el que a Gallardo le gustaría verse reflejado. A decir verdad, sus equipos se parecen en varios aspectos del juego: son valientes y ambiciosos, buscan imponer condiciones en todas las canchas a través de la posesión de la pelota, le dan buen trato al balón, procuran llegar al área rival con no menos de cinco futbolistas, presionan permanentemente sobre la salida del rival, paran a los marcadores centrales cerca de la mitad de la cancha, utilizan laterales con vocación ofensiva y juegan con una intensidad física muy elevada.

La buena gestión del vestuario y de los egos de los futbolistas es otro aspecto que los vuelve parecidos. En los planteles de ambos por lo general no se conocen reclamos ni gestos de disconformismo: tanto Guardiola como Gallardo son híper exigentes pero a su vez tienen un costado paternal con sus dirigidos. Ambos trabajan para contar con planteles con sentido de pertenencia por el club donde juegan, y también con futbolistas que cultiven el perfil bajo y preserven la intimidad del grupo.

El nombre River ya no le resultaba ajeno a Guardiola desde sus tiempos de futbolista. Un poco porque en 2005, cuando se desvinculó de Al-Ahli Doha de Qatar, estuvo cerca de ser uno de los refuerzos del equipo “millonario”, durante el mandato de José María Aguilar al frente del club. Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto y terminó recalando en Dorados de Sinaloa, de México.

Además, Sergi López, uno de sus mejores amigos de los tiempos en que jugaba en las divisiones inferiores del Barcelona, es hincha de River y solía viajar a Buenos Aires para asistir al Monumental. Cuando volvía a España, le cantaba a Pep las canciones de la hinchada de River. Javier Mascherano también dijo más de una vez que solía hablarle de River a Pep.

Guardiola y Gallardo. Gallardo y Guardiola. Entre los pendientes de su carrera, a ambos les gustaría enfrentarse como entrenadores. No tanto para medir fuerzas como para estrecharse en un abrazo de genuina admiración y respeto mutuos.

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