Oscar Ruggeri y Sergio Goycochea no sólo fueron amigos, sino que compartieron momentos futbolísticos muy importantes tanto en River como en la selección argentina, en las buenas y en las malas, hasta que la relación se quebró a fines de los años noventa a partir de un mal negocio, que terminó con juicios y un remate. Todo eso volvió a explotar en estos días, a partir de una entrevista radial con el ex arquero, que manifestó que no iría a comer con el ex defensor “ni esta semana ni la próxima, porque no tengo ganas”.
Sergio Goycochea (Lima, provincia de Buenos Aires, 17 de octubre de 1963) y Oscar Ruggeri (Corral de Bustos, 26 de enero de 1962) pertenecen a la misma generación y coincidieron primero en la selección juvenil que en aquel momento era campeona del mundo de la edición anterior (1979) y que le costó mucho llegar al Mundial de Australia 1981 luego de un flojo desempeño en el Sudamericano de Ecuador. En la fase final, los albicelestes cayeron por 4-0 ante Brasil y 5-1 ante Uruguay (donde jugaban Jorge Da Silva y Enzo Francescoli), quedaron en tercer lugar y eso los obligó a un repechaje en Buenos Aires.
Finalmente Ruggeri no viajó al Mundial, al que sí concurrió su amigo de su ciudad natal Corral de Bustos y compañero en Boca, y arquero, Sergio Genaro, que peleaba el puesto con Goycochea, en un equipo dirigido por Roberto Saporiti que tenía jugadores como Néstror Clausen, Jorge Gordillo, Gerardo Martino, Claudio Morresi, Daniel Tapia, Claudio García o Jorge Burruchaga. El Cabezón manifestó en una entrevista con la revista El Gráfico que ir a despedir a Ezeiza “fue uno de los episodios más tristes de mi vida”.
“Yo gané todos los títulos que puede tener un jugador. Todos. Pero aquello dejó una raíz. Fue un momento muy feo a una edad en la que todo se mira con otra pureza”, reconoció a fines de los años ochenta, cuando lamentaba que de River “se me fueran amigos, gente que me hacía sentir como en mi casa”, y citó a Juan Gilberto Funes, Néstor Gorosito, Nery Pumpido, Enzo Francescoli y David Dalla Líbera. No digo que la amistad era igual con todos, pero existía el compañerismo. Con el Flaco (Ricardo) Gareca tuve la misma sensación. Nos separamos pero la amistad sigue”. Corría 1988 y al poco tiempo se iría al exterior él mismo, al Logroñés de España, a los pocos días de asumir como entrenador César Luis Menotti.
Ruggeri y Goycochea se reencontraron en un mismo grupo precisamente en River, luego de que estuvieran por años en veredas opuestas. El arquero, siempre en el Millonario, aunque se iría casi al mismo tiempo, en 1988 a los otros Millonarios, a los de Bogotá, con la llegada de Ángel David Comizzo. El defensor era un símbolo de Boca, junto a Ricardo Gareca, pero ambos entraron en conflicto con la dirigencia del club por impagos durante 1984 y terminaron poniéndose la camiseta blanca con la banda roja desde 1985. “Yo soy hincha del que me paga”, suele decir el ex campeón mundial en México 1986.
En aquel River multicampeón de Héctor Bambino Veira (Torneo 1985/86, campeón de la primera Copa Libertadores del club en 1986, así como la Intercontinental de ese mismo año y la Interamericana), Goycochea era el joven arquero suplente de Nery Pumpido y luego fue ganando un lugar en la selección argentina de Carlos Bilardo que ya había obtenido el título en el Mundial de 1986.
Fue en ese River que Goycochea y Pumpido competían por el puesto con buena onda, tanto en los primeros tiempos de Veira como luego, desde 1987, con Carlos Griguol como DT. Ambos, junto a Ruggeri, concurrieron al Mundial de Italia 1990. Así como Goyco había tenido que reemplazar a Pumpido en varios partidos por diferentes infortunios en el arco millonario (choque en Rosario, enganche de la sortija matrimonial de su dedo anular en la red durante un entrenamiento en River, quebradura de su brazo derecho en un River-Estudiantes que lo dejó afuera de la Copa América 1987), volvió a ocurrirle lo mismo durante el segundo partido de la fase de grupos ante la Unión Soviética, cuando una lesión por un choque accidental con Julio Olarticoechea le generó su salida del torneo y el rápido reemplazo por el suplente y entonces amigo, que ya se quedó con el puesto hasta la final ante Alemania, y el inesperado protagonismo con las definiciones por penales ante Yugoslavia e Italia en cuartos y semifinal.
Era tal la identificación en aquel momento, que tras el triunfo ante la URSS por 2-0, Goycochea llegó a decir: “Yo a Nery lo tuve de compañero en River y soy el primero que se siente dolorido por lo que pasó, pero también por ese motivo tenía la obligación de dejar todo en la cancha. Ahora puedo ir a verlo y decirle que no defraudé al equipo y no lo defraudé a él”.
Las cosas cambiaron después de aquel préstamo que recibió Goycochea para su suegro por un negocio forestal (que salió mal) en los años noventa, por parte de su entonces amigo y vecino Ruggeri (apenas una medianera separaba sus casas en Olivos), al que se sumaron el empresario Guillermo Coppola y Pumpido, que terminaron en juicios y en el remate de unos campos en garantía y que dio lugar a las declaraciones de los últimos días.
La otra versión la dio el propio Goycochea en una entrevista en 2016 en el programa Jaque y Mate, donde le preguntaron si le molestaba haber terminado la relación con Ruggeri por un tema de negocios: “No me dolió porque se haya roto (la relación), me dolió cómo se rompió porque fueron todas mentiras. Esa es la realidad. Es totalmente mentira lo que cuenta Ruggeri. Es así de simple”, aseguró en aquella nota.
“Él hizo un negocio, entre comillas, le hizo un préstamo a mi suegro, con una hipoteca de una propiedad de por medio y punto. Le fue mal en el negocio a mi suegro. Cuando le fue mal, no le pudo pagar y se quedaron con la propiedad. ¿A dónde está el engaño? Si vos me prestas mil pesos y el auto sale cien mil, y te quedas con un auto de cien mil...”, explicó Goycochea.
El impacto generado por ese mal negocio fue tanto que hasta Pumpido (que acaba de ser designado como secretario general adjunto de la Conmebol en lugar de su compatriota Gonzalo Belloso) cambió su opinión sobre lo ocurrido en Italia 90 con su ex compañero y colega de puesto: “En este caso le tocó a él como le hubiera tocado a otro que hubiera estado de suplente. Y bueno, tuvo la suerte de que gracias a una lesión pudo atajar en el Mundial”. “Con vos en el arco y sin San Goycochea, ¿Argentina habría llegado a la final del 90?”, le preguntó Diego Borinsky en una entrevista para El Gráfico en 2005: “Conmigo en el arco salimos campeones”, respondió.
En ese Mundial compartieron gratos momentos y de los otros, como tras la derrota ante Camerún en el partido inaugural en Milán, “pasamos los peores días que recuerde” señaló en su momento Goycochea, justo antes de enfrentar a la URSS, cuando la selección argentina recuperó la senda hacia la clasificación a los octavos de final, para acercarse a la gloria con la caída en la final ante Alemania.
Después, siguieron compartiendo lugar en la selección argentina desde 1991, con el ciclo de Alfio Basile como DT, con muy buenos momentos, como los títulos de las Copas América 1991 y 1993, la Copa Confederaciones 1992 y Copa Artemio Franchi 1993, pero también amarguras como el 0-5 ante Colombia por la clasificación al Mundial de 1994, el duro repechaje ante Australia y la suspensión de Diego Maradona durante el torneo de los Estados Unidos.
Goycochea se retiró jugando en Newells en febrero de 1999 y Ruggeri lo había hecho dos años antes, en 1997, con la camiseta de Lanús. Una vez que terminaron sus carreras, tras un breve paso como entrenador del ex defensor, ambos incursionaron en los medios de comunicación y actualmente Goycochea es comentarista y conduce programas en la TV Pública, mientras que Ruggeri integra tertulias en ESPN.
Y fue precisamente en los medios en los que se recreó este conflicto, que terminó con aquella amistad surgida cuando ambos tenían muchos sueños y pocos bienes.
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