La historia desconocida detrás del “pie de oro” de Maradona en la estatua del Napoli: una idea, una “traición” y un conflicto que se mantiene latente

El molde fue tomado del mismísimo Diego cuando vivía en Dubai. En manos de quién quedó y la disputa que se generó

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La estatua, el día de
La estatua, el día de su inauguración, en noviembre pasado (EFE/EPA/CESARE ABBATE)

El pie izquierdo de Diego Maradona, la varita mágica que protegía con botines con los cordones sueltos, sigue aquí, entre los mortales. Está exhibido, unido a la estatua del Diez que lo homenajea desde fines de noviembre en el ingreso al estadio San Paolo, bautizado con el nombre del astro en 2020, tras su fallecimiento. Como pista de su autenticidad, de que no se trata de un trozo de bronce más, reluce en color oro.

No es la única parte del cuerpo de Pelusa inmortalizada. También “vive” el intrépido puño izquierdo que se escondió detrás de su frondosa cabellera para golpear la pelota anticipándose a Peter Shilton en la “mano de Dios”, el gol que abrió la cuenta en el mítico triunfo de Argentina ante Inglaterra por los cuartos de final del Mundial de México que convirtió en leyenda al fantasista.

El pie y el puño izquierdo de Maradona lo trascendieron en Dubai, donde Diego vivió entre 2011 y 2018, dirigió a dos equipos (al Wasl y Fujairah FC) y fue embajador deportivo de los Emiratos Árabes. Allí surgió la propuesta de tomarles el molde para la posteridad en una empresa dedicada específicamente a eso, y el Diez se enganchó con la idea. Concurrió, dejó sus dos sellos; su entorno se llevó una especie de manual de uso para aquella matriz y hasta un video explicativo con las alternativas que ofrecía el producto.

La idea merodeaba las mentes de Matías Morla (apoderado y amigo del astro), Stefano Ceci (también amigo y catalizador de negocios en Europa) y el propio ídolo: la venta de un artículo premium para coleccionistas, el pie de Diego o la mano de Dios; incluso, por qué no, bañada en oro. Entonces sólo quedó en una iniciativa, por la que dieron el puntapié inicial.

El 25 de noviembre de 2020 cambió todo. Diego murió y se desató un vendaval detrás de la sucesión y los negocios en curso y futuros con la marca Maradona. ¿En manos de quién habían quedado los moldes tomados a partir de las extremidades del astro? Del Tano Ceci, quien entonces contaba con un contrato firmado de explotación de imagen, rubricado por el ex futbolista tres meses antes de su deceso; más precisamente el 17 de agosto. Hoy esa firma es cuestionada tanto por Morla como por los herederos, quienes llevaron el tema a la Justicia argentina, que les dio la razón, revocándole ese permiso. Sin embargo, para el empresario italiano sigue vigente. Y fue el que llevó la iniciativa de la estatua, con la réplica del pie del ex enlace como gema distintiva.

Vale la pena revisionar quién es Stefano Ceci. Conoció a Diego hace 20 años: la relación comenzó como un vínculo entre ídolo y admirador. Entonces viajó para conocerlo a Cuba, donde el Diez se había afincado en el complejo La Pradera para tratar sus adicciones. Como no lo dejaron entrar, decidió hacer base en la puerta. Allí durmió una, dos, tres noches, cual indigente, observando los movimientos del entorno de Maradona, pero sin suerte.

La estatua: el pie derecho,
La estatua: el pie derecho, con botín, el izquierdo, desnudo y en color oro

Hasta que Guillermo Coppola, entonces representante del ex capitán de la selección argentina, se apiadó de Stefano e intercedió para el encuentro. Desde ese instante no se le despegó más. Así, el Tano se fue ganando la confianza del ex futbolista, avanzando casilleros, al punto que en 2015 firmó el libro “Maradona, el sueño de un niño” (o “il sogno di un Bambino”, en italiano) en el que narra sus experiencias junto a la leyenda.

Ceci dejó de ser el osado desconocido que se transformó en homeless por unos días para acercarse a Maradona y quedó fijo dentro de su círculo íntimo. Lo acompañó en su aventura en Dubai, en la que muchas veces lo confundían como parte del cuerpo técnico. Compartió cumpleaños, las fiestas de fin de año, como un familiar más. Su cuerpo está tapizado de tatuajes de Maradona. Formó una familia y, para no dejar dudas sobre su admiración, a su hija la bautizó Mara Dona Ceci. Y ungió como padrino a… Sí, la figura de fama mundial. Su cuenta de Instagram es Stefano Ceci… 10.

Hasta aprendió a manejarse con soltura con el español, aunque en las charlas con Pelusa eran normales algunos baches en el idioma. Allí surgía el humor de Maradona para aguijonearlo. “¿Sos boludo, Tano?”, bromeaba cuando no entendía alguna chicana. “Dieco, Dieco (sic)”, le respondía Ceci en esas ocasiones.

Pero para la familia y para Sattvica SA, la empresa que encabeza Morla, autorizada por Maradona para la explotación de la marca, el Tano quedó de la vereda de enfrente al no cesar las actividades comerciales vinculadas al Diez.

“Queridos amigos, nos llama la atención que varias personas, no autorizadas, estén tratando de comercializar los derechos de imagen y el nombre de Diego Maradona. Esto no está permitido por sus herederos. Advertimos que cualquier violación o desconocimiento de las Leyes será pasible de acciones judiciales ante los Tribunales competentes”, fue el mensaje que apareció en la cuenta de Instagram que pertenecía al astro en octubre de 2021, direccionado a Ceci.

Al mismo tiempo, a instancias de una presentación de Sebastián Baglietto, administrador de la herencia del ex futbolista, la Justicia dictaminó la nulidad de la licencia del Tano, tal como lo certifica el documento que publica Infobae. Pero el empresario siguió generando negocios con el nombre de Maradona. Y la batalla en Tribunales levantó temperatura. El principal ejemplo fue la camiseta especial con la que el Napoli homenajeó a su emblema a un año de su muerte. Creada en conjunto con el Emporio Armani, fue bautizada como “Maradona Game”, y muestra el rostro del legendario N° 10 en el frente, superpuesta con una huella dactilar.

La estatua con el detalle
La estatua con el detalle mágico convoca a fanáticos de todo el mundo (REUTERS/Ciro De Luca)

La casaca fue un éxito y provocó un boom de ventas. Pero recrudecieron los reclamos. “La camiseta con la imagen de mi padre fue realizada sin siquiera levantar el teléfono con uno de nosotros, los hijos. El club hizo todo con Stefano Ceci, a quien sí le iniciamos acciones legales porque creemos que, tras su desaparición, el contrato con mi padre sobre el uso de su imagen no vale más”, reclamó Diego junior en diálogo con ANSA.

“Napoli tampoco había pedido autorización cuando le puso el nombre de Diego Maradona al estadio, pero se entendió como un homenaje. En el caso de la camiseta, hay un evidente fin de lucro”, le indicaron a Infobae desde Sattvica, que inscribió el sello Maradona en la EUIPO, el registro de marcas de la Unión Europea, y ya se contactó con un estudio de abogados de Italia para litigar contra el club.

Consultado por este medio, Ceci se excusó de dar detalles del frente judicial y el caso “pie de oro”, aunque ofreció su descargo “Lo digo de corazón, yo estuve a lado de Diego durante 20 años y sé bien lo que le di y le sigo dando también hoy que no está. Todos saben cómo amé a Diego, le di más de mi mitad de mi vida. Y tengo un dolor verdadero, ¡no como dicen muchos!”, señaló.

“De lo demás no quiero comentar nada, porque mi amigo era Diego y ya no está más, así que no tiene sentido hablar mas de él. Es lo mejor y habla del respeto que le sigo teniendo”, concluyó. Mientras, el pie izquierdo de Maradona, una copia perfecta, tomada del molde del que supo conducir al balón como casi nadie, completa la estatua que lo honra en uno de los escenario en los que cambió el paradigma del fútbol. Y brilla, ajeno a las disputas a su alrededor.

EL ACTA CON LA PROHIBICIÓN A STEFANO CECI

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