Negocios y el Mundial en el anzuelo: cuáles son las internas a punto de estallar en las barras de los clubes de Primera División

Comienza la Copa de la Liga Profesional y las barras juegan sus partidos: los casos que más preocupan a los organismos de seguridad

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Las barras de River y Boca juegan sus internas (@fotobairesarg)
Las barras de River y Boca juegan sus internas (@fotobairesarg)

Esta tarde noche, cuando empiece a rodar la pelota en Paraná para el encuentro entre Patronato y Argentinos y al mismo tiempo ocurra lo mismo en Junín con el partido entre Sarmiento y Atlético Tucumán, se dará inicio a otra temporada del fútbol argentino. Que no es una temporada más sino la del año del Mundial, que siempre trae aparejada afuera del campo de juego peleas que marcan otro campeonato, el de las barras bravas que se disputan el liderazgo para estar en el evento máximo que se disputa cada cuatro años. Por eso hay extremo cuidado en los entes que rigen la Seguridad en el fútbol sabiendo que existen internas a punto de estallar en varias tribunas de los equipos más importantes de la Liga. Negocios millonarios alrededor del juego, cobertura política, policial y judicial y una zanahoria llamada Qatar enmarca una temporada que se prevé caliente. Con información exclusiva, Infobae repasa cómo están las internas en las barras que más preocupan hoy al gobierno argentino.

BOCA JUNIORS

La Doce vive una interna dentro de su propia interna y esto es lo que más llama la atención a quienes merodean la segunda bandeja que da a Casa Amarilla. Si bien la barra más poderosa del país con capacidad para movilizar como si nada casi 2000 piernas (así le dicen a los soldados en el código barra) sigue teniendo como máximos referentes a Rafael Di Zeo y Mauro Martín, la tercera pata donde se apoyaba la alianza, que era la facción de Lomas de Zamora, terminó partida en dos y el grupo más peligroso, al mando de los hermanos Coronel, le declaró la guerra a Marcelo Aravena, el líder histórico del grupo de Lomas, y por ende también a Rafael Di Zeo y Martín, a quienes en dos oportunidades fueron a buscar en los últimos meses para saldar la cuestión como lo saldan los barras, y un llamado anónimo a la Policía paró la guerra inminente. Sin público visitante y con la anuencia de todas las partes que conforman el mundo fútbol, en La Bombonera seguirá mandando la alianza Di Zeo-Martín, pero nadie sabe hasta cuándo, ya que es un matrimonio conformado por conveniencia. Agazapados esperan también sus rivales históricos que hasta 2015 lideraron la tribuna con Cristian Fido Debaux a la cabeza y que ahora, con sangre nueva, también empezó a dejarse ver por el barrio. Habrá que estar muy atentos mientras el abogado de La Doce opera raudamente en la Justicia para sacar del derecho de admisión a varios de sus integrantes.

RIVER PLATE

Los Borrachos del Tablón han perdido preeminencia en el Monumental desde aquella frustrada final en Núñez de Copa Libertadores con Boca de 2018 que vino acompañada de una razzia que incluyó a los 300 hombres más importantes de la barra en el listado del derecho de admisión. Desde entonces la facción oficial liderada por Guillermo Caverna Godoy sólo se mostró con todo su cotillón cuando River jugó en el Interior por la Copa Argentina, pero desde la vuelta del público tras la pandemia del coronavirus, empezó a colar gente nueva en la tribuna Sívori, aunque sin los bombos y las banderas. Según se pudo apreciar en el partido contra Racing del torneo pasado que le dio el título al equipo de Gallardo, y los dos amistosos jugados este verano, unos 60 barras que no tienen antecedentes y que responden más que nada al grupo de Beccar que lideran los hermanos Ferraras, son los que vienen ingresando, aunque sin tener acompañamiento del resto de los hinchas. Del otro lado, la facción disidente tiene como hombre más destacado al Pato Ariel Calvici y comenzó a mostrarse también en el Monumental, en la Centenario Alta, aunque sin marcas identificatorias. Pero hay clima de guerra entre ambos y se mantiene la incógnita acerca de si la dirigencia sostendrá con apoyo del Estado esta política de no dejarlos pasar o en medio de tanta turbulencia alguien se verá tentado de ceder, ya que hay muchos intereses políticos dando vuelta.

INDEPENDIENTE

La del equipo de Avellaneda es, en Provincia de Buenos Aires, la interna que más preocupa. Porque los mensajes entre el grupo oficial Los Diablos Rojos, liderado por Juani Lenczicki y Mario Nadalich, y el disidente Somos Nosotros de César Loquillo Rodríguez, parecen anticipar combates sin cuartel por todo el Libertadores de América. Cabe recordar que en octubre del año pasado hubo un enfrentamiento en las inmediaciones de la sede a los tiros que no terminó en tragedia de casualidad y que el pacto para el torneo de verano jugado en enero era que la oficial iba al estadio y la disidente no, a cambio de que esta última pudiera copar la cabecera Sur en el torneo oficial, lo que debería concretarse desde el próximo martes cuando reciba a Arsenal. En el medio, la barra oficial protagonizó el incidente en la autopista Buenos Aires- La Plata contra manifestantes que cortaban la circulación por la falta de luz que provocó el asesinato del hincha del Rojo, Juan Calvente, que va camino a quedar impune ya que la bala que lo mató no salió del arma secuestrada a quienes habían sido detenidos en su oportunidad.

RACING

A diferencia de sus primos, la batalla de La Guardia Imperial ya fue saldada el año pasado con mucho apoyo político y policial: la vieja guardia encabezada por Josi Repetto perdió el manejo de la tribuna a manos del grupo Los Pibes de Racing encabezado por la facción de Villa Corina que responde a Leandro Paredes y a Enrique el Loco Rulet, un boxeador condenado a prisión por el crimen del periodista partidario Nicolás Pacheco producido en enero de 2013. Cuando regresó el público a los estadios en 2021, fue muy evidente cómo esta facción con acompañamiento policial terminó copando el Cilindro de Avellaneda y se fortaleció también con una línea dirigencial. Si bien Repetto dice que su historia como barra es precisamente historia, nadie sabe si el resto de su grupo no intentará ir por la revancha en este nuevo torneo.

SAN LORENZO Y HURACÁN

Después de haber tenido en la década pasada internas feroces, ambas barras parecen atravesar un período de tranquilidad que sólo se rompe en los enfrentamientos barriales entre La Butteler y la José C Paz, los apodos de cada una de las barras. De hecho, el CHOQUE entre ambas marcó el punto más álgido de la presencia barra en el Mundial de Rusia y se verá si con Qatar al frente no hay una grieta interna para renovar a quienes fueron a ver a la Selección en el torneo pasado. El jefe de la de San Lorenzo, Franciso Rescia, está con derecho de admisión aunque hay gestiones para salir de dicho listado a la brevedad, mientras que la histórica familia De Respinis sigue teniendo peso en el Tomás A Ducó.

ESTUDIANTES Y GIMNASIA

En La Plata las cuestiones de tribuna se mezclan con las del delito común y con peleas sindicales de alto poder. De hecho, en la barra de Estudiantes talla fuerte la facción Los Leales cuyo líder es Iván Tobar, nada menos que el hombre que le disputa la conducción de la Uocra local a la familia Medina. Si bien ese conflicto sindical no se trasladó al estadio Uno, nadie sabe qué puede pasar a la brevedad. En el caso de la barra del Lobo, el histórico Cristian Camillieri, alias el Volador, sigue manejando todo con mano férrea hace 15 años y aunque estuvo en derecho de admisión y varios procesos policiales y judiciales, viene saliendo indemne.

CONURBANO FEROZ

De las barras de la zona del Conurbano, la que más preocupa es la de un recién ascendido: Tigre. Dos ex aliados hoy están peleados a muerte: el jefe histórico el Negro Fiorucci y su segundo entonces y líder actual, Marcelo Paulitti. Uno quiere retomar el poder con gente de San Fernando, el otro mantener el suyo con gente que le responde de La 13, Virreyes, Pacheco y la zona del Puerto de Frutos. En octubre, en plena definición del torneo de Primera Nacional, que le dio el ascenso, hubo una batalla infernal en la previa del partido con Chacarita que vio ganador a Paulitti, quien está secundado por el ex campeón mundial de boxeo, el Pigu Garay. Pero hay tambores de guerra sonando por toda la zona norte del Conurbano. En el Sur, mientras las barras de Banfield y Lanús atraviesan un período de relativa paz, la que más preocupa es la interna en Arsenal, entre la facción Los Pibes del club y sus rivales de Villa Argentina. A fin del año pasado el enfrentamiento dejó tres heridos de bala y ningún detenido, lo que da la pauta de lo que puede ocurrir en esta temporada. También habrá que ponerle un ojo a la latente interna de la barra de Defensa y Justicia entre los barrios Mataderos y Zeballos, cuya pelea dejó dos muertos el año pasado y, aunque parece haber fortalecido a la facción oficial, hay rumores de que la disidente algo está tramando.

LA CAPITAL, CON PODERES HEGEMÓNICOS

Sacando a los grandes, el resto de los equipos de la Ciudad de Buenos Aires parecen tener liderazgos fuertes e indiscutidos. Sobre todo Argentinos Juniors, donde manda el Cabezón Emerson, líder histórico de la facción La banda de la Pani y quien logró aglutinar a su alrededor a los distintos grupos que supieron pelear la conducción de la popular. En Vélez pasa algo similar tras la consagración como nuevo líder el año pasado de Raúl Ciminelli, sucesor de Pedro Paz, quien no perdió el apoyo del club ni siquiera cuando se armó el escándalo de la fiesta clandestina en plena pandemia en el polideportivo, ni cuando un grupo fue a apretar a los jugadores para pedirle dinero en 2021.

EL INTERIOR QUE PUEDE EXPLOTAR

Entre las barras de los equipos del Interior hay varias que están en un nivel de conflicto que auguran peores jornadas. Empezando por las de Santa Fe. Tanto la de Colón como la de Unión viven de interna en interna. En el caso del Sabalero la pelea se da entre el grupo oficial Los de Siempre, al mando del histórico Nano Leiva, contra los autodenominados La Negrada, cuyo líder es Chucky Ríos. En el caso de La barra de La Bomba de Unión la pelea estalló en noviembre del año pasado cuando una facción disidente enfrentó el poder de los hermanos Galeano, que por ahora se mantienen al frente aunque el liderazgo está en plena discusión. En Rosario, por el contrario, Pillín Bracamonte tiene todo controlado como hace casi 20 años en el paravalanchas de Central mientras que en Newell’s los problemas van y vienen y el año pasado se cobró la vida de un histórico, Nelson el Chivo Saravia y de la cuñada del número dos de la actual jefatura, bautizado Ojitos. En diciembre asumió el nuevo jefe, de apodo el Rengo, con el apoyo del grupo Los Monos. Veremos si dura o es el inicio de una nueva batalla. Mientras, tanto La Banda del Expreso, como se llama la de Godoy Cruz, como la de Atlético Tucumán que tiene a la familia González desde siempre al mando, están pasando por períodos de relativa tranquilidad.

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