A Marcelo Gallardo no le gusta hablar de sistemas tácticos sino de posturas, de ideas, de la predisposición que tienen los equipos dentro de la cancha. Se rehúsa a hablar de 4-2-2-2, 4-4-2 o 4-1-4-1, tal el dibujo desde el que parte su River en este arranque de 2022. El “Muñeco” prefiere definir a los equipos de acuerdo a si son ofensivos, cautelosos, valientes o contragolpeadores, por decirlo de algún modo. Tiene parte de verdad el técnico. Pero muchas veces también resulta didáctico explicar el parado inicial de un equipo a través de los “números telefónicos”, la despectiva frase que utilizó alguna vez César Menotti para cuestionar a las descripciones algorítmicas de los conjuntos.
Adepto a buscar variantes tácticas que enriquezcan a River y que le compliquen los planes a sus rivales, Gallardo decidió cambiar para este año: ya no juega con un 4-2-2-2 o con un 4-1-3-2, sino con un solo delantero definido: Julián Álvarez. Para que se entienda mejor: pone un 4-1-4-1 con la idea de conformar un equipo que tenga laterales y mediocampistas que lleguen, y no con dos o tres delanteros estacionados en las cercanías del área rival. “Llegar para lastimar”, podría ser el concepto del nuevo River que pergeña el entrenador.
En ese sentido, su mediocampo titular estaba conformado hasta el último viernes por Enzo Pérez como el único volante de contención definido y por cuatro de características más ofensivas, con buen pie y llegada al área rival: Santiago Simón, Enzo Fernández, Agustín Palavecino y José Paradela. Julián Álvarez, vendido al Manchester City pero con continuidad en River al menos hasta julio, se mueve como la referencia de ataque más adelantada. Sin embargo, el “Muñeco” no sabe si podrá echar mano a esos nombres el próximo sábado, cuando River debute en la Copa de la Liga ante Unión, en Santa Fe, desde las 19.15: Palavecino se recupera de una tendinitis en la rodilla izquierda.
Lejos de representar un problema, Gallardo sabe que ahora sí cuenta con variantes de sobra para armar el equipo. En el amistoso sin goles del sábado ante Vélez, el reemplazante de Palavecino fue Tomás Pochettino, de partido apenas correcto luego de su auspicioso ingreso en el 3 a 0 frente a Platense. En lugar de Palavecino también podrían haber jugado Juan Fernando Quintero, Nicolás De La Cruz, Esequiel Barco, Jorge Carrascal o Braian Romero, todos de características ofensivas. Pero Gallardo no eligió a Romero para que, por caso, Julián Álvarez tuviera un acompañante bien definido en la delantera: por ahora, su búsqueda ofensiva tendrá un solo punta puro. Y ese es Julián Álvarez.
Ni siquiera en la última media hora, cuando River buscó el triunfo con mayor determinación, puso a Romero para acompañar a Julián Álvarez. A cambio, sí incluyó a Quintero, De La Cruz y Barco para dotar al equipo de mayor frescura en ataque, algo que logró muy especialmente cuando la pelota pasó por los pies del colombiano, que anotó el segundo gol ante Boca en la final de la Copa Libertadores 2018, en Madrid.
De algún modo, este equipo con cuatro mediocampistas que intentan pisar lo más seguido posible el área adversaria tiene puntos en común con la idea que lleva adelante Pep Guardiola en el City, uno de los equipos que mejor juegan al fútbol en el mundo.
Las similitudes con algunos movimientos que suele realizar el conjunto inglés son varias: los marcadores centrales se paran casi siempre cerca del círculo central asumiendo riesgos, con la idea de que el equipo permanezca el mayor tiempo posible en el campo rival; los laterales pasan seguido al ataque para darle amplitud a la ofensiva y también saben cerrarse para establecer superioridad numérica en el mediocampo cuando es necesario; los volantes tienen mucha movilidad para no darles referencias a las defensas rivales y buscan pisar con frecuencia el área adversaria; y hay un “falso nueve” que en River es Julián Álvarez y en el City, Phil Foden.
En el mediocampo del City suele pararse Rodri como principal referencia defensiva y delante de él, cuatro “llegadores” como Raheem Sterling, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne y Jack Grealish, quienes parten unos metros por detrás de Foden. En River -quedó dicho- se viene una fuerte competencia para ocupar los lugares del mediocampo por delante de Enzo Pérez: hoy parten con ventaja Simón, Enzo Fernández, Palavecino y Paradela, pero Quintero, De La Cruz, Pochettino y Barco tocan bocina pidiendo pista.
Hoy, Carrascal es considerado por Gallardo la tercera alternativa como “falso nueve”, detrás de Julián Álvarez y de Braian Romero, primer suplente del cordobés de Calchín. El tiempo dirá si el “Muñeco” sostiene el esquema que comenzó a utilizar este año o si en algún momento retorna al ataque con dos delanteros definidos, teniendo en cuenta que Romero posee un buen promedio de gol (12 en 26 partidos oficiales) y que posiblemente en un mes lo tenga disponible a Matías Suárez, quien hasta antes de la operación en su rodilla derecha era considerado uno de los mejores delanteros de la Argentina.
Por ahora, la convivencia de dos delanteros entre los once parece reservada para momentos puntuales de los partidos, cuando River necesite remontar alguna desventaja o “romper” un partido cerrado. Gallardo, especialista en reinventar equipos si los hay, y consciente de que los rivales tienen cada vez más estudiado a River, ya puso en marcha una nueva vuelta de tuerca en el juego del actual campeón del fútbol argentino.
SEGUIR LEYENDO: