Si hay algo por lo que Miguel Ángel Russo se caracteriza es por evitar dar títulos en cada conferencia o entrevista. Sin embargo, a miles de kilómetros de distancia (hoy dirige al Al-Nassr de Arabia Saudita), se distendió y habló sin tapujos de varios temas. Su salida de Boca, el mejor partido de Juan Román Riquelme, su frustrada llegada a la selección argentina y la delicada situación que atravesó en Colombia mientras luchaba contra el cáncer.
“No le tuve miedo a la muerte y nunca pensé en eso. Siempre pensé en que iba a vivir y que me faltaba mucho por hacer todavía. El ser inconsciente le hizo muy bien a mi cabeza. No fui un necio y un loco al que le daba todo lo mismo, pero mi mente siempre pensó en positivo con respecto a mi muerte”, fue una de las declaraciones que hizo Russo, sin filtros, en diálogo con Súper Deportivo Radio.
Y más tarde, le abrió los brazos al pueblo colombiano: “Amo a la gente de Millonarios porque estuvo al lado mío en el momento más difícil de mi vida junto a toda Colombia. Jamás me invadieron en nada. En Argentina hacés quimioterapia y te quieren sacar una selfie con el celular; en Colombia hubo un respeto total. No tenía invasión, me cubrieron y protegieron y eso me hizo sentir mejor”.
Sobre su tratamiento y rehabilitación, recordó: “Me reía. Decía ‘hijos de puta’, porque venían y me decían que estaba bien pero yo sabía que estaba muy mal. Era un momento delicado de mi vida que por suerte pude sacar. Estoy escribiendo de todo esto, me falta terminarlo. Jugué las finales del torneo contra Santa Fe, que es como el River-Boca de Colombia, y dos días antes de un partido me había dado quimio. Estaba abajo de la lluvia dando indicaciones. Mi oncólogo no entendía nada, pensaba que era imposible que un tipo estuviera viviendo lo que estaba viviendo por cómo estaba 48 horas antes”. Y no pudo evitar quebrarse: “El hecho de ver rodar la pelota me sanaba más que todo lo demás. Me emociona eso porque en definitiva no lo he dicho nunca esto”.
¿Qué hizo Miguel luego de su salida de Boca? “Mi duelo fue aislarme y encontrarme a mí mismo. Me junto con mi gente y preferí vivirlo en soledad. Mis amigos respetan mi silencio. Algunos quizás no comparten mi idea y quieren ir y romper todo. Yo digo que no, porque primero hay que hacer un análisis y todo lo que se dice en caliente es negativo”, mencionó.
Y valoró: “Yo disfruté mucho Boca. No digo qué me hubiese gustado y que no. Siempre hago mi análisis propio y lo hago para mí. Lo que valoro de Riquelme es que me fue a buscar en un momento importante y decisivo de su carrera como dirigente. Esas cosas no son normales y naturales, porque Boca no es fácil para nadie”.
Además, sacó chapa por lo conseguido en 2007: “No soy egoísta. Ojalá que Boca salga campeón de América. Uno ya está en la historia. Hablar del pasado es innecesario porque uno ya está. Estoy al lado de Lorenzo y de un prócer como Bianchi. Después de ellos viene Miguel Russo”.
EL MEJOR PARTIDO DE RIQUELME, SEGÚN RUSSO
“Habíamos empatado 1-1 con Libertad en la Bombonera por el partido de ida y él no estaba al 100 por ciento. La forma en la que reguló el partido, lo midió. Cuando terminó el primer tiempo le pregunté cómo estaba y me dijo que bien. Se guardó para hacer un esfuerzo que fue el gol. Esa capacidad para resolver no es normal en un futbolista. Que alguien que está en inferioridad física elija el tiempo para hacer el gol... No me sorprendió porque su capacidad era amplia. Sabía que era, quizás, el partido más importante de la Copa”.
Por último, Russo se refirió a las frustraciones que tuvo como futbolista y entrenador con la selección argentina. “Quedé en la última etapa afuera de un Mundial (1986) con un tipo que amaba y seguí amando toda mi vida como Bilardo. Uno de los que, en definitiva, más cosas compartimos en Estudiantes, mi club. Ahí me educaron como persona y como hombre. Después, a nivel futbolístico, Bilardo fue un adelantado a todos 30 años. No me olvido una sola charla, una frase, una cosa. Y muchas cosas íntimas, que son las más importantes”, se sinceró.
Y concluyó: “Dios sabe por qué no fui entrenador de la Selección. Sí, estuve cerca. Me llamaron una noche y me dijeron ‘sos el técnico de la selección’. Y a la mañana siguiente no era más, ja. Pero esto es así. No me abrí el pecho con un puñal, seguí viviendo a mi forma y manera”.
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