Ojos vidriosos, voz entrecortada y un nudo en la garganta. La descripción bien puede ser para Juan Martín del Potro, quien anunció que podría abandonar definitivamente la práctica profesional del tenis después de participar en el Argentina Open, o también para los presentes en la conferencia de prensa y el público que la siguió de forma remota. La palabra de la Torre de Tandil acongojó a todos y sirvió como anticipo de lo que puede suceder en los próximos días, con la chance latente de que cuelgue la raqueta.
“Pedí iniciar esta conferencia para poder dar un mensaje que vengo hace mucho tiempo sintiéndolo, imaginándomelo y creo que es uno de los más difíciles que me toca afrontar y transmitir porque como todo el mundo sabe y espera que haga una vuelta al tenis, posiblemente no lo sea así y tal vez sea más una despedida que una vuelta”, fue lo primero que dijo Delpo, todavía manteniendo la compostura frente a los micrófonos y flashes.
Sin embargo, hubo tres momentos que sobresalieron de su discurso por el nivel de emotividad.
“Vengo haciendo demasiado esfuerzo para poder seguir adelante y la rodilla me tiene viviendo una pesadilla. Hace muchos años que vengo intentando alternativas y tratamientos y médicos y distintas maneras de solucionarlo, pero es el día de hoy que no lo logro. Nunca me imaginaba retirarme del tenis ni un posible retiro jugando, en la cancha. No encontraba mejor torneo que el de Buenos Aires para poder hacerlo y creo que después de estas semanas Dios dírá qué pasa con mi futuro, pero lo que sí tengo claro es que hoy tengo que elegir vivir como una persona de 33 años, tratando de no tener dolores, y no como un deportista profesional que hasta el día de hoy me siento. Por eso nunca bajé los brazos. Es una decisión difícil y se las quería comunicar”, fue el primer pico emotivo.
Los insoportables dolores sufridos por el tenista de 33 años lo llevaron a tomar la decisión de replantearse su futuro, seguramente antes de lo esperado. “Por supuesto que voy a jugar y no veo la hora de entrar a esa cancha el martes porque lo que estoy viviendo es para lo que me operé la última vez. Lo que viví toda mi vida. Es el día de hoy que sigo haciendo un esfuerzo tremendo para poder jugar, porque amo este deporte. Pero bueno, creo que es difícil también lidiar con tantos dolores y querer hacerlo tan bien como siempre me tocó hacerlo”, fue otra de las frases de uno de los deportistas argentinos más importantes de las últimas décadas.
Y completó: “Ojalá que tenga un lindo día el martes. Me tocó jugar con un amigo (Federico Delbonis), no podía pedir otro rival para jugar que no sea Fede porque juntos compartimos los días más lindos de nuestras vidas tenísticas y posiblemente el martes sea otro de los días inolvidables en mi vida. Que esté él me pone contento”.
“Algo muy especial para mí es que más allá de amigos y de gente que pueda venir a ver, va a estar mi mamá presente, que nunca me vio en un torneo. Va a ser muy lindo”. Con el último hilo de voz llegó Del Potro a completar la frase con la que se quebró al referirse a su madre. Justo antes, había dicho: “Lo que pueda imaginarme del martes va a quedar chico, por lo que estoy escuchando y me hacen sentir”.
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