En el primer partido amistoso con público de River Plate en 2022, en el que el Millonario le ganó 3-0 a Platense, la interna de Los Borrachos del Tablón hizo sonar una vez más la alarma. Porque la facción oficial buscó dejar un mensaje, una demostración de fuerza, y se hizo presente en el Monumental. Solo entre 50 y 60 terceras líneas, sin derecho de admisión, lograron ingresar al estadio, pero la puesta en escena resultó una manera de responderle al grupo disidente, que había movido sus fichas el pasado jueves, con su aparición en el Museo River.
La facción oficial se reunió se juntó en los alrededores del Monumental y se dirigió hacia la entrada, en pos de hacerse escuchar, tal como se puede observar en los videos que se viralizaron. El operativo del Ministerio de Seguridad estaba montado en la colectora a la altura del puente, por lo que sólo lograron pasar el retén quienes no tenían derecho de admisión. Se trató de un grupo conformado principalmente por integrantes de los grupos de la zona de Béccar y Pilar. No entraron ni banderas ni bombos. El resto se tuvo que ir a esperar a la Costanera, cerca de Ciudad Universitaria.
La actitud ofició de réplica ante lo que sucedió el pasado jueves 27, cuando la facción disidente apareció en las inmediaciones del Museo River. Empleados del club se comunicaron con la Policía y el grupo terminó marchándose sin incidentes, pero con el mensaje enviado: los barras no abdicaron en la puja por comandar Los Borrachos del Tablón. Son señales de un conflicto latente.
Luego de tres años de ausencia, el sector oficial ya había hecho su regreso al Monumental a fines de noviembre, en la goleada ante Racing que confirmó el título de los dirigidos por Marcelo Gallardo en la Liga Profesional. La diferencia es que, en aquel encuentro, en el paravalanchas estuvieron dirigiendo la operación los miembros más importantes de la primera línea, que supuestamente tienen prohibido el ingreso. Gustavo el Uruguayo Larrain, los hermanos Ferreras de Beccar, Martín de Soldati, Chimi Leguizamón y Emiliano D’Amico (estos dos con la admisión vencida en dicho momento).
Su líder, Caverna Godoy, montó su oficina de operaciones en el primer piso de una pizzería de Congreso y Libertador. Este retorno se venía gestando desde comienzos de 2021, cuando Caverna empezó a convocar nuevos hombres que no estuvieran en admisión para armar una barra con ficha limpia mientras él y sus secuaces manejaban todo desde atrás.
Primero hubo un intento de acercamiento a la facción disidente. La idea era que si arreglaban las diferencias y volvían todos juntos como una sola barra, habría acuerdo. Pero todo terminó mal entre ambos líderes y hasta hubo una invitación a pelear mano a mano de Hernán Taboada, de la disidente, hacia Caverna, de la oficial.
Después del escándalo de la final frustrada de la Copa Libertadores 2018, que incluyó el allanamiento a la casa de Godoy y la obtención de los 300 carnets de los miembros de Los Borrachos del Tablón, los barras de River habían caído afortunadamente en desgracia. Porque la dirigencia decidió cortar el grifo de los tickets. Y porque la fiscalía de Núñez y la de Eventos Masivos de la Ciudad controló cada encuentro del equipo de Gallardo en el Monumental para impedir que los que tenían derecho de admisión pudieran entrar.
Pero el 2022 comenzó con la tensión al máximo. Y el cruce de mensajes, de puestas en escena, presagia que la interna puede ofrecer más capítulos.
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