Después del asesinato del hincha de Independiente, Juan Calvente, en el primer clásico del torneo de verano que enfrentó al Rojo con San Lorenzo, en el Aprevide saben que nada puede fallar. Si bien aquel crimen y los tres heridos de bala no tuvieron que ver con un choque de barras sino con un problema con gente del barrio Rancho Grande que estaba haciendo un piquete sobre la autopista Buenos Aires-La Plata, la ineficacia demostrada por la Bonaerense que está siendo investigada por su accionar en la fiscalía cuarta de Avellaneda, encendió todas las alarmas. Más si se tiene en cuenta que el partido de esta noche entre Boca y San Lorenzo tendrá varias hipótesis de conflicto, pero sobre todo una vinculada a La Doce. Por eso, habrá un operativo imponente con casi 600 policías y una diferencia sustancial con lo que venía ocurriendo hasta el momento con el traslado de las barras y los micros de las peñas.
“Hacía mucho tiempo que la Provincia de Buenos Aires no albergaba un Torneo de Verano. Como en otras épocas, el torneo nos dejó para la final uno de los clásicos más importantes del fútbol argentino. Vamos a trabajar de forma coordinada la organización, los clubes y el resto de los actores involucrados para garantizar la seguridad y que el evento sea una verdadera fiesta”, expresó Gustavo Gómez, titular de APREVIDE, y agregó que “hemos supervisado el operativo policial, donde está previsto que cada hinchada viaje por lugares distintos desde CABA hacia la ciudad de La Plata”.
En efecto, esta vez no irán todos por la autopista Buenos Aires- La Plata, que es la forma más sencilla de llegar al estadio de Estudiantes, sino que ambas parcialidades deberán tomar caminos diferentes. La autopista quedó para Boca, mientras que San Lorenzo irá por la ruta 6 teniendo que recorrer varios kilómetros más para llegar a la cancha. De hecho, será acompañada desde General Paz y Autopista 25 de Mayo por móviles y motos policiales hasta el mismo ingreso al Uno por la calle 115 hasta llegar a 55, mientras que La Doce hará el habitual recorrido de la autopista hasta 1 y 57. Pertenecer a la barra más famosa tiene sus privilegios. De cualquier manera, también es cierto que, de los equipos grandes, quizá la mejor relación interbarras la tienen la Butteler con La Doce. Eso quedó claramente al descubierto en el proceso judicial que se abrió en 2013 por el crimen de dos hinchas de Boca en la previa de un partido amistoso en el Nuevo Gasómetro, cuando los tickets que se llevó la facción disidente de entonces, que estaba liderada por Rafael Di Zeo y Walter Coronel, fueron conseguidos a través de los capos de la barra de San Lorenzo. Eso, en aquel momento, les permitió pasar el cordón de seguridad y enfrentarse con la facción oficial que lideraba Fido Debaux y el choque terminó con dos barras asesinados.
De cualquier manera también hay otra explicación al por qué la parcialidad xeneize toma el camino más corto y tiene que ver con la hipótesis latente de conflicto primero con la facción disidente pero luego también entre los propios miembros de la barra oficial, ya que en la previa al partido con Colo Colo hubo un incidente en una pizzería de Mataderos donde se suelen juntar habitualmente los seguidores de Rafael Di Zeo. Ese día, el 17 de enero a las 16,25 exactamente, la Policía de la Ciudad tuvo que armar dos operativos de urgencia, uno en dicho local gastronómico de Alberdi al 4900 donde se había producido la gresca, lo que motivó un llamado al 911 de la gente que estaba en la zona, y otro en el Club Leopardi, sede del grupo de Mauro Martín, ante el miedo de un choque inminente que por suerte no ocurrió. Lo que si pasó es que en los grupos internos de La Doce hubo tras ese episodio mensajes encriptados contra parte de la facción Lomas de Zamora, que viene en tensión creciente tanto con el grupo de Martín como con el de Di Zeo. Y nadie sabe si esa bomba que tiene mecha corta puede explotar de un momento a otro.
Por ahora, la frágil convivencia sigue en pie. Claro que a eso se suma que esta vez habrá una sola popular para Boca, algo que también suma preocupación ya que en la Bombonera y en los partidos contra los equipos chilenos, como Boca tenía ambas cabeceras, miembros de la facción disidente fueron a la tribuna de enfrente a la que ocupa La Doce pasando inadvertidos. Esta vez hubo una sugerencia de la Seguridad de que ni siquiera se les ocurra aparecer por La Plata, ya que cualquier mirada puede encender el conflicto, y que a cambio podrían ir a la segunda bandeja que da al Riachuelo sin problemas en el debut contra Colón, lo que en principio fue aceptado y todos los consultados por Infobae dicen que cumplirán lo pactado. Se verá si es así esta noche, en una final donde no sólo Boca y San Lorenzo se juegan todo, sino también los organismos de Seguridad.
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