Entre ellos hay un cariño mutuo, una conexión especial, un afecto que ni siquiera la distancia fue capaz de disolver. Una empatía que fluye, difícil de encontrar entre un entrenador y uno de sus dirigidos. Quienes los conocen en profundidad afirman que los pilares en los que se basa la entrañable relación entre Marcelo Gallardo y Juan Fernando Quintero son dos: por un lado, la misma sensibilidad futbolística; y, por el otro, el hecho de que ambos tienen personalidades con un magnetismo particular y que se atrajeron desde un primer momento. Se admiran, se quieren, se respetan, se sienten agradecidos el uno del otro: Gallardo, por el juego exquisito de Juanfer y por ese gol ante Boca en la final de la Copa Libertadores 2018 que para muchos de los hinchas “millonarios” es el más importante de la historia del club; y Quintero, porque con el “Muñeco” de entrenador dice haber vivido los mejores momentos de una carrera que también lo vio vestir las camisetas de Envigado, Atlético Nacional y Deportivo Independiente Medellín (DIM), en Colombia; del Pescara, en Italia; del Porto, en Portugal; del Stade Rennes, en Francia; y del Shenzhen, en China; además de la del seleccionado “cafetero” a nivel mayor, Sub-23 y Sub-20.
“Fue como un amor a primera vista. Gallardo lo quiere porque lo considera una gran persona y a Juanfer le pasa lo mismo con Marcelo. Se tienen esa mezcla de respeto, admiración y afecto que solo genera buenas energías entre la gente”, afirma, en diálogo con Infobae, una persona que forma parte del día a día de River y que los conoce muy bien a ambos.
Quintero no se fue de River en octubre de 2020: huyó. El club le debía una importante suma de dinero y además había firmado un contrato con un tope del valor del dólar demasiado bajo. Tuvo que resignar dinero para desvincularse de River y la relación con la dirigencia que encabezaba Rodolfo D’Onofrio se volvió más que tirante en los últimos días. Fue, en definitiva, una salida desprolija por donde se la mire. Incluso, Juanfer primero se fue a Miami y luego demoró medio año en debutar en el Shenzhen, el 21 de abril de 2021 ante Henan Songshan Longmen. “Gallardo lo supo entender. Marcelo siempre le dijo que si estaba convencido de lo que estaba haciendo, contaba con su apoyo para tomar cualquier decisión”, agrega la misma fuente al referirse a la partida del colombiano al fútbol chino.
Otro informante, del riñón más íntimo de Juanfer, aporta más nombres de las personas del ambiente del fútbol más caras a los sentimientos del colombiano: “Además de Gallardo, también es muy amigo de James Rodríguez (surgieron de Envigado), de Fabio Burbano (juega en Águila, de El Salvador, y se conocieron en Envigado), de Harold Preciado (juega en Deportivo Cali y coincidieron en el Shenzhen), de Santiago Trellez (hoy sin club, es el hijo de John Jairo) y de Adrián Arregui”. Arregui es un mediocampista argentino de 29 años que juega en el DIM y que anteriormente pasó por Berazategui, Temperley, Montreal Impact (Canadá), San Martín de Tucumán, Huracán e Independiente.
Tras su salida de River, era poco menos que imposible imaginar un regreso de Quintero al club de Núñez tan pronto como el que acaba de concretarse: sus personas de confianza reconocen que se fue entre desilusionado y triste por esas cuestiones extrafutbolísticas que poco más de un año atrás lo terminaron desgastando.
Justamente la gran relación que mantiene con Gallardo, y la decisión del “Muñeco” de continuar al menos durante un año más, resultaron vitales para que se concretara este reencuentro, toda una caricia para los hinchas de River que reviven el gol del colombiano ante Boca en el Bernabéu como fondo de pantalla de sus celulares, de sus computadoras o en cualquier plataforma que tenga un aparato reproductor. También existen otros motivos menos candorosos para su regreso: Quintero estaba harto de los aislamientos preventivos por el coronavirus que debía realizar cada vez que salía de China o que regresaba a ese país, y además entiende que en un equipo con las exigencias habituales que afronta River y con Gallardo como entrenador, llegará en el mejor estado de forma al Mundial de Qatar 2022, para el que espera clasificarse con su seleccionado.
Ante las cámaras y los micrófonos, Quintero se animó a definir la relación que mantienen de “amistad”. Lo hizo, por caso, en una entrevista que le concedió a ESPN Colombia en agosto del año pasado: “Los mejores años de mi carrera los pasé en River. Fue difícil la adaptación, pero con Marcelo (Gallardo) tenemos muchas historias, es mi amigo, nos mandamos mensajes casi todos los días y creé una muy buena relación con él”.
A Gallardo, que tiene 17 años más que Juanfer (46 contra 29), se le suelen iluminar los ojos cuando habla de Quintero. Al menos públicamente, nunca pronunció la palabra amistad para definir el vínculo entre ambos, acaso porque su rol de jefe de grupo lo obliga a ser cuidadoso con esas cuestiones. En diciembre, cuando Juanfer comenzó a preparar el terreno para irse del Shenzhen y volver a River, el “Muñeco” ratificó las palabras del colombiano: “Con Juanfer hablo bastante seguido, tenemos una muy linda relación”.
La génesis del enorme afecto que se profesan tiene que ver con un sentimiento de admiración recíproco. Gallardo lo puso en su radar desde que lo enfrentó con River en la fase de grupos de la Libertadores 2017, cuando Juanfer jugaba en el DIM. A la distancia, al colombiano le generó mucho respeto el modo en el que el “Muñeco” condujo a River a la obtención de la Copa Sudamericana 2014 y de la Libertadores 2015, sus principales logros en los primeros dos años de trabajo como técnico del conjunto “millonario”. Por entonces, Quintero jugaba en el Porto, pero estaba muy al tanto de lo que ocurría en esta parte del continente. Por ello, justamente, se acercó para saludar a Gallardo a un costado del campo de juego en pleno partido entre River y el DIM, el 25 de mayo de 2017 en el Monumental. “¿Cómo le va, profe?”, le preguntó Juanfer al estrecharle la mano derecha al entrenador. Aquella noche, el conjunto colombiano le ganó 2 a 1 a un River que ya estaba clasificado para los octavos de final y que en esa Copa quedó eliminado en las semifinales ante Lanús, que le dio vuelta por 4 a 3 una serie que perdía por un global de 3 a 0.
Al año siguiente, Gallardo dejó en claro que su estilo de conducción tiene mucho de paternalismo para con los jugadores, pero también de una exigencia extrema. En la semifinal de ida ante Gremio, en el Monumental, el entrenador le gritó a Quintero, enfurecido: “¡Hacete cargo!”. Fue en medio del partido, que por entonces estaba igualado sin goles y luego finalizó con victoria 1 a 0 del conjunto de Porto Alegre. En la revancha, River ganó por un agónico y cardíaco 2 a 1 en Brasil y avanzó a la final que luego le ganó a Boca en España. “Tenía tres hombres encima y, para no perder el balón, se la di a (Leonardo) Ponzio y ahí él (por Gallardo) me gritó: ‘¡¿Cómo se la vas a dar a un volante?! Hacete cargo’. Fue una situación muy particular, pero creo que después terminé haciéndome cargo en la final, ja”, bromeó Quintero en alusión al golazo que le anotó a Boca en el Santiago Bernabéu, el del 2 a 1 parcial que puso a River por primera vez arriba en la serie, luego rematada por Gonzalo Martínez con el definitivo 3 a 1.
Gallardo siempre confió sobremanera en el juego de Quintero. Sin embargo, el colombiano solo se ganó la titularidad de manera continua en el arranque de 2019, ya después del triunfo ante Boca en el Bernabéu. Una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, en marzo de aquel año, interrumpió aquel gran momento del colombiano, que al regresar a las canchas no logró consolidarse nuevamente en la formación principal.
En las largas charlas que solían mantener, Quintero le reconoció a Gallardo que le sirvieron las críticas que recibió de un sector de la prensa por un supuesto exceso de peso al llegar al país para sumarse a River, en enero de 2018. De hecho, hasta terminó cambiando su alimentación y empezó a consumir mucha menos carne, lácteos y sus derivados. “Ahora me siento con más energía, Marcelo”, llegó a decirle Juanfer a Gallardo cuando el técnico le preguntó por su cambio alimenticio.
A Gallardo le fascinan cuatro aspectos del juego de Quintero: la pegada, la personalidad para intentar siempre, el desparpajo para animarse a jugar con alegría y la capacidad para meter pases quirúrgicos. Y Quintero valora muy especialmente los consejos que supo darle el “Muñeco” para volverse más influyente en los partidos y cómo en la previa de los encuentros suele anticiparles lo que va a ocurrir o por dónde puede estar la clave para ganar.
Gallardo y Quintero. El “Muñeco” y Juanfer. Enganches de buen pie y fieles representantes del estilo histórico de River. Se admiran, se quieren, se respetan y acaban de reencontrarse. River disfruta a cuenta de las historias que en breve escribirán nuevamente, dentro y fuera de la cancha.
SEGUIR LEYENDO: