Los vínculos del detenido Mariano Mera con las barras de Boca y River: el relato de la mujer secuestrada por parte de La Doce

Luego de tres años, la Policía capturó al abogado, hijo de Julio Mera Figueroa, ex ministro del Interior. La trama de la estrecha relación entre el núcleo que domina el paravalanchas en la Bombonera y el acusado

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Rafael Di Zeo está bajo
Rafael Di Zeo está bajo investigación del fiscal del caso por los vínculos de Mera Figueroa con la barra de Boca (Foto: AFP)

A fines del año pasado, el Gobierno le puso precio a la cabeza de Mariano Mera Alba Figueroa, el dirigente político del peronismo hijo de Julio Mera Figueroa, extinto ministro del Interior de la primera presidencia de Carlos Menem. Para quien diera pistas sobre su paradero, se ofrecía una recompensa de 1,5 millones de pesos. Se había fugado en 2019 después de ser acusado de abuso sexual, lesiones y privación ilegítima de la libertad con respecto a Jessica R. Y por lo visto, la zanahoria monetaria funcionó: Mera Figueroa fue detenido esta mañana en Francisco Álvarez y ahora deberá enfrentar a la Justicia, a la que había evadido en el primer juicio oral donde se ventiló el caso realizado en mayo del año pasado, cuando terminaron condenados dos de sus cómplices a cinco años de prisión y además se extrajeron testimonios por un dato inquietante: según el fiscal del juicio, Oscar Ciruzzi, avalado por los magistrados del Tribunal Oral 10, se determinó que la acción del secuestro tuvo la coordinación de la barra brava de Boca y se abrió un proceso para investigar como presuntos coautores a Rafael Di Zeo y Norberto Cibile, el famoso Turco de La Boca, hombre clave en el grupo del barrio con el que se referencia La Doce. Esta causa la tramita el juez Alejandro Litvack, aunque no ha tenido casi movimientos. La explicación oficial es la pandemia. Pero viendo cómo las causas que involucran al barra brava más famoso del país se extienden en el tiempo, quizá haya explicaciones alternativas.

Para entender la historia hay que remontarse años atrás, cuando empezó el calvario de Jessica R. y también hay que entender las relaciones conspicuas de Mera Figueroa tanto con la barra de River, especialmente con el sector denominado Palermo, cuyos líderes terminaron presos con cadena perpetua por el asesinato de Gonzalo Acro, como también con Di Zeo y compañía.

“El padre de mis hijas trabajaba para Mera Figueroa cuando éste era asesor en la intendencia de Merlo. Le habían conseguido un puesto aunque a la Municipalidad iba solo el día que cobraba, después se la pasaba haciendo política. Cuando nos separamos él deja de pasarme plata y desesperada porque tenía que mantener a mis dos hijas, acepto trabajar para Mera en su casa con la promesa de un puesto municipal. Y un día pasó lo que pasó. Yo lo denuncié y me fui a vivir primero con mi abuela y después a La Boca, donde era amiga del Turco, que lideraba al grupo del barrio de La Doce. Yo siempre fui a la cancha con ellos, porque el Turco manejaba las entradas, los molinetes, nos hacía entrar gratis. Así fui conociendo a todos los de la barra. Jamás pensé que ellos podían llegar a entregarme”, le contó en su momento Jessica a Infobae.

Pero su pálpito falló, la secuestraron y el fiscal cree que Di Zeo fue clave presentando como pruebas un intercambio de Whatsapp con Mera Figueroa, donde en uno de esos mensajes el líder de La Doce le dice: “Mirá que la estuvieron buscando en la cancha y no la vieron, pero si no es hoy, es el domingo”.

Y finalmente fue, no un domingo, sino un miércoles de Copa Libertadores, el 19 de octubre de 2018, tras la victoria frente a Cruzeiro en el partido de ida de cuartos de final. Y así lo narraba Jessica. “Yo me entero de que ellos me entregaron cuando estaba secuestrada. Supe que cuando empezó la movida a Rafa le preguntaron por mí y dijo ‘no tengo idea de quién es’. Entonces le mostraron una foto del Turco para decirle ‘se junta con este chabón y su gente’ y Rafa pidió que se lo trajeran y entendieron que era la pieza fundamental para hacerme algo. Ahí me cerró lo que viví esa noche contra Cruzeiro, que fue la última vez que pisé la cancha, porque me miraban mucho, venían atrás donde yo estaba o desde el paravalanchas me marcaban y yo no entendía nada, pero me daba cuenta de que había una onda como ‘es ella, es ella’. Y después me enteré de que mi foto circuló por el grupo de la barra con el texto ‘el que la ve, avise’. Después de que me llevaron, termino en una casa en Moreno donde aparece Mera con un abogado y me dicen: ‘Vos decís esto, esto y esto y te vas con las nenas de nuevo (por sus hijas) y acá no pasó nada’. Es más, Mera me agrega: ‘Yo hablé con Rafa y ni se te ocurra mencionar que te llevó la barra de Boca. Hacé un video para Facebook diciendo que estás bien, que te fuiste por tu propia cuenta y si sale todo bien, el domingo Rafa te lleva al paravalanchas y te para al lado suyo en el Superclásico (Boca-River se jugó ese domingo 23 de octubre de 2018)”.

Lo cierto es que después de esto la Policía logró rescatarla, y finalmente hubo juicio donde el dirigente político no fue juzgado porque se había fugado y tendrá que responder ahora que fue capturado. ¿Ahora bien, de dónde viene la relación de Mera con Di Zeo si el dirigente político era fanático de River? Para entenderlo hay que otra vez bucear en la historia de la política y las barras. En la década del 90, cuando su padre era ministro del Interior, la relación entre el menemismo, Los Borrachos del Tablón (la barra brava de River) y La Doce fue constante. De hecho ambas barras que se jactaban de pelearse el territorio del fútbol cada vez que podían, trabajaban juntas en las campañas políticas del menemismo.

Ambas ponían las mismas banderas del Justicialismo en las tribunas y como narró el histórico Matute a Infobae año y medio atrás, el menemismo en su momento arregló primero con él para las campañas y después con el Gallego Chofitol, otro capo barra, para poner las banderas, lo que generó una división dentro de la propia tribuna.

Y en todo ese andamiaje, Mera Figueroa hijo era un hombre de la popular cuyas relaciones con los violentos estaban referenciadas en el grupo de Palermo. Este mismo grupo de Palermo que tenía integrantes con relaciones por el delito común con barras de Boca. De hecho, Ariel el Colo Luna, el asesino de Acro, fue al paravalanchas en varias oportunidades con La Doce. A eso se le suma que la propia barra de Boca había hecho seguridad y llevado gente a un montón de actos de Menem, por lo que la llegada de Mera Figueroa era por doble vía. Y, según la Justicia, utilizó presuntamente esos contactos en su momento para secuestrar a Jessica R. Ahora cayó. Y quizá en el juicio por venir se pueda echar aún más claridad sobre los vínculos de la política y los barras en general, a partir de este caso en particular.

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