La Fórmula 1 tuvo en 2021 una de las mejores temporadas de sus 71 años de historia. La lucha por el título entre Max Verstappen, de Red Bull, y Lewis Hamilton, de Mercedes, fue un álgido mano a mano que derivó en una definición al mejor estilo de un libreto cinematográfico, dado que el campeonato se decidió en la última vuelta de la carrera que cerró el calendario. Tuvo de todo: acción, suspenso, drama y hasta ciencia a ficción si se quieren tomar algunas maniobras en pista que parecieron de otro planeta. Por estos condimentos llenos de polémicas en el vivo y en directo, superó a su serie de Netflix, Drive to Survive.
Cuando Bernie Ecclestone vendió la mayoría de las acciones de Formula One Management (FOM) a Liberty Media en 2016, al año siguiente los nuevos dueños de la Máxima empezaron a meterle fichas a las redes sociales para poder ganar la atención del público joven, que en los últimos 20 años dejó de acercarse a la categoría. Montar un producto en Netflix era toda una apuesta por los millones de clientes que tiene la plataforma en todo el mundo.
La serie se distingue por mostrar el detrás de escena y en la segunda temporada creció mucho al poder incorporar a Ferrari y al piloto más influyente de la categoría, Hamilton. Conflictos dentro de la pista, problemas internos de los equipos, el drama de los pilotos que los bajan o los cambian de escudería como pasa con Red Bull y su equipo satélite, Alpha Tauri y la intimidad de los protagonistas fueron sus principales matices.
El producto fue con el fin de acaparar la atención de un público que no consumía automovilismo y dieron en la tecla. Muchas personas que no miraban las carreras comenzaron a hacerlo, ya que se engancharon con las historias que desnudaron que no todo es color de rosa en el gran circo.
“Drive to survive” logró captar el interés de quienes no son aficionados al automovilismo, pero como toda producción audiovisual tiene un guion con ediciones, montajes y si bien el público se prendió, no hay nada como el evento en vivo y en directo.
Este año pudo verse la tercera temporada de la serie que se basó en lo vivido en 2020. Por los inconvenientes por la pandemia de COVID-19, hubo muchas historias para contar y golpes de escena en cuanto a los infectados y las crisis emocionables de los pilotos y de todos los integrantes de los equipos. Describir cómo se sacó a flote una temporada en un contexto de crisis mundial entregó interesantes testimonios.
Pero lo que se vio en la pista 2021 superó todas las expectativas y entregó material de sobra para producir la cuarta entrega de la saga. Quienes están a cargo de la serie tuvieron para hacer dulce durante el año en el que desde la primera fecha Mad Max mostró sus armas con su súper competitivo Red Bull y un motor Honda que respondió de la mejor manera desde que el proveedor japonés está asociado con la escudería austriaca, justo en el certamen con el que los nipones se despidieron de la categoría.
En esa carrera en Bahréin, el neerlandés de 24 años vendió cara la derrota ante Hamilton que desde ese momento supo que la iba a tener muy difícil para poder conseguir su octavo título y superar por uno a Michael Schumacher para ser el más laureado de la historia.
En la segunda fecha Verstappen respondió con su triunfo en Imola, sede del Gran Premio de la Emilia Romaña donde ratificó sus chances de candidato y la película fue tomando forma con varios géneros que fueron cambiando a lo largo del año según las circunstancias.
La emoción estuvo siempre y con los toques que hubo entre Hamilton y Verstappen pasó ser una de drama. Los puntos más álgidos fueron en los algunos episodios como en Silverstone, Gran Bretaña, donde ninguno regaló nada y el neerlandés terminó contra las defensas con su monoposto destruido y él en el centro médico.
Ese drama se convirtió en terror en Monza, Italia, donde otra vez fueron al límite en la primera chicana y el Red Bull se montó sobre el Mercedes, cuyo halo salvó la integridad de Hamilton. Estuvo claro que ambos estuvieron dispuestos a todo en la lucha por la corona dentro de un marco muy encendido e incluso en octubre Verstappen se negó a dar entrevistas para la serie porque dijo “que se manipulan sus declaraciones”. Se trató de una baja sensible en cuanto al valor de su testimonio, más allá del personaje, ya que se trató de uno de los dos favoritos al título.
El nivel conductivo de ambos fue de un nivel superior al resto. Demostraron su muñeca para poder mantener el ritmo en carrera, romper los relojes y cuidar los neumáticos la mayor cantidad de vueltas posibles. Tuvieron gestos técnicos increíbles que le dieron su cuota de ciencia ficción a la temporada.
Luego de la victoria de Max en México, Lewis respondió con todo en Brasil, donde cambió su motor a combustión con el que ganó en velocidad, porque respondió mejor que el Verstappen, que cambió sus dos impulsores (el eléctrico y a combustión) en Rusia. El inglés fue superior en Interlagos, donde otra vez volvió a tener una maniobra al límite con el neerlandés que estiró la frenada y Hamilton debió levantar para evitar un nuevo toque. No obstante, el mejor rendimiento de su Mercedes le permitió vencer en San Pablo. Luego repitió sus festejos en Qatar y Arabia Saudita y el género para ser suspenso.
A la última fecha de la temporada en Abu Dhabi ambos llegaron igualados en puntaje, algo que no pasaba desde 1974. La cuenta era muy fácil: el que terminaba adelante, era el campeón. Aunque Verstappen tuvo la carta que, ante un abandono de ambos, se consagraba porque llegó con 9 victorias contra 8 de Hamilton. Pero fue esa carrera final donde los géneros volvieron a juntarse.
A pesar de la pole positions de Verstappen, lo que le permitió largar adelante, Hamilton lo superó tras la partida y tomó el liderazgo. Se vio un “policial” con la persecución del neerlandés, que no pudo alcanzar al británico, quien se encaminó a un triunfo que le iba a dar su octavo título. La historia pareció terminada, aunque cinco vueltas antes del final hubo un golpe de efecto donde se juntaron el drama, la acción y el suspenso con un desenlace de película.
Fue en el giro 53 de 58 que el despiste de Nicholas Latifi obligó al ingreso del auto de seguridad. El impacto cambió la definición del título de un momento a otro y no dio respiro. La tensión creció y el suspenso se adueñó de un cierre que tuvo todos los condimentos. La carrera se neutralizó y Verstappen era segundo, pero tuvo cinco autos rezagados delante suyo. Fue ahí cuando llegó la polémica porque el Director de Carrera, Michael Masi, ordenó a los pilotos que estaban delante del neerlandés que lo dejaran pasar. Al tener gomas blandas nuevas (el compuesto que más pronto se adhiere a la pista), Max fue más rápido que Lewis y lo superó en ese último giro, ganó la carrera y el campeonato.
Está claro que Verstappen y Hamilton fueron los protagonistas estelares y el público se dividió. Las redes sociales explotaron con ellos. Sin embargo, hubo otros personajes de esta historia y uno que fue ganando escenas con el correr de la historia fue Michael Masi, que llegó a tener el nivel de atención de los pilotos que definieron el campeonato.
¿Michael Masi fue el Villano del año? Tuvo un fierro caliente, pero a favor o en contra hay que reconocer que en la definición actuó rápido. Él hizo uso del artículo 15.3 del reglamento deportivo que le permite al Director de Carrera controlar al auto de seguridad y en lugar de terminar la competencia con bandera roja, decidió hacerla con velocidad lanzada. Mercedes reclamó amparándose en el artículo 48.12, que marca que en el caso de que se decida que los autos rezagados puedan recuperar la vuelta, solo se les autorizó a los cinco que estaban delante de Verstappen, medida que le permitió a Max quedar detrás de Hamilton.
Habitualmente en las series se cuentan historias de todos los protagonistas y la temporada 2021 de la F1 tuvo capítulos dedicados a varios de ellos. Hubo personajes que en algunos momentos fueron el centro, como la emotiva victoria de Daniel Ricciardo en Monza, que le devolvió el triunfo a McLaren luego de nueve años. Fue un 1-2 histórico de la escudería británica con Lando Norris que terminó como escolta.
O “el sueño del pibe” de Esteban Ocon al ganar en Hungría, ese chico francés de escasos recursos en sus inicios y que gracias a ser descubierto por un cazatalentos llegó a integrar el programa de jóvenes pilotos de Mercedes y ser contratado por Alpine, que logró su primera victoria de la mano del joven galo.
Latinoamérica tuvo su momento gracias a Sergio “Checo” Pérez, que en su primer año con Red Bull ganó en Azerbaiyán. Fue un merecido triunfo del mexicano que fue competitivo con un equipo de punta y resultó el mejor compañero de equipo para Verstappen, muchas veces luchando para el neerlandés, como sus batallas con Hamilton en Brasil y Abu Dhabi.
La batalla entre Verstappen y Hamilton fue de película, como la de Niki Lauda y James Hunt en 1976, historia que llegó al cine con el film Rush, y el duelo más importante de la historia protagonizado por Ayrton Senna y Alain Prost, cuyos encuentro de alto voltaje, si llegan a la pantalla grande, con seguridad tendrán secuelas. Todos tuvieron su cuota de acción, drama, suspenso, impactos, emoción y desenlaces inolvidables, como el que entregó esta temporada de la F1 que fue más que su propia serie de Netflix.
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