Mitos y verdades de la influencia de Riquelme en las decisiones de los cuerpos técnicos de Boca Juniors

Cuánta injerencia tiene la palabra de Román en el vestuario xeneize

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Román y Seba Battaglia, los
Román y Seba Battaglia, los líderes del proyecto futbolístico de Boca

A los pocos meses de sentarse en el sillón de la vicepresidencia de Brandsen 805, a Juan Román Riquelme le endilgaron el armado de los equipos de Boca. Ese rumor por Casa Amarilla y Ezeiza desde la época de Miguel Ángel Russo, que a siete partidos oficiales de haber asumido como DT le arrebató el título de Superliga a River. Y se extendió hasta la actualidad, bajo la tutela de Sebastián Battaglia como técnico del plantel profesional.

¿Riquelme les arma el equipo a los técnicos de Boca?

Para llegar a una conclusión y respuesta hay que contextualizar la historia del Román dirigente desde el inicio de su mandato. E incluso es válido remontarse al lapso que transcurrió desde su retiro como futbolista profesional a fines de 2014 con la camiseta de Argentinos Juniors hasta la decisión de jugar políticamente para la lista de Jorge Amor Ameal en las elecciones de la entidad de la Ribera a fines de 2019. Fueron casi cinco años en los que el ídolo se nutrió de conocimientos con gente experta en materia de gerencias de fútbol, management deportivo y aplicó con su experiencia personal. Siempre eludió la chance de volcarse a la carrera de entrenador, un lugar en el que nunca se vio.

A Russo se le discutieron algunas formaciones, como en el día de la eliminación contra Santos por las semifinales de la Libertadores 2020 en San Pablo, encuentro en el que dejó entre los relevos a Edwin Cardona. También la de la derrota contra Barcelona en Guayaquil por la fase de grupos de la última Libertadores. Y hasta existió algún cuestionamiento tras el cruce contra River por los octavos de final de la Copa Argentina que lo vio triunfar en la tanda de penales tras el 0-0 en tiempo reglamentario.

Russo y Riquelme, durante la
Russo y Riquelme, durante la última pretemporada que dirigió el entrenador

Por currículum y sapiencia a la hora de armar grupos, Russo jamás hubiera dejado que Riquelme o alguno de los integrantes del Consejo de Fútbol le tocara las fichas del pizarrón, aunque en la cancha se reflejaron algunas cuestiones imposibles de soslayar. La preferencia por Carlos Zambrano antes que el sólido Lisandro López, que a la postre terminó ganándose el lugar como alternativa de Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo en la zaga central, a expensas del apoyo popular. O la inclusión de Esteban Rolón en lugar de un Alan Varela que había concluido la temporada anterior en alto nivel, tema que abrió un debate aún mayor: ¿qué juveniles están preparados y cuáles necesitan intercalar titularidad y suplencia para afianzarse en Primera?

Las conversaciones del cuerpo técnico con el Consejo tuvieron lugar asiduamente en el Predio de Ezeiza, tanto antes como después de cada partido. Russo, que dirigió a Román en 2007 cuando juntos conquistaron la última Libertadores que obtuvo el club, es gente de fútbol igual que el ex 10. Y dentro de ese canal de diálogo, se entienden a la perfección. Pero, ¿cuánto habrá podido limitar sus opiniones Riquelme frente al DT y cuánto se guardará ahora con Battaglia? Es probable que, aunque sin intención, tácitamente haya marcado la cancha en más de una oportunidad y condicionado a la hora del armado de algún once.

Mencionó Román en TNT Sports antes de que Boca disputara la semifinal de la Copa Argentina ante Argentinos Juniors en Mendoza: “¿El equipo? Se lo tienen que preguntar a Battaglia, el técnico es él. El día antes de cada partido yo lo llamo para saludar y él me dice ‘va a jugar éste, éste y éste’. Si él forma ese equipo, será porque lo ve bien. Es él quien los ve día a día en el entrenamiento. Yo no estoy en el entrenamiento, no me meto ahí. No voy porque me conozco y sé que por ahí se me escapa algo. Me gusta mucho el fútbol y por ahí se me escapa algo”.

Seba Battaglia coincide con Román
Seba Battaglia coincide con Román en el proyecto de los juveniles "a fuego lento" en la Primera de Boca

Russo, en definitiva, no desatendió las apreciaciones del vicepresidente pero igualmente fue cesado en su cargo. Su relación de amistad no se resquebrajó, al punto tal que juntos vieron el partido entre Boca y Barcelona por la Maradona Cup en uno de los palcos del estadio Mrsool de Arabia Saudita, donde Miguel desembarcó para dirigir al Al-Nassr. Por códigos, no hará público su pensamiento, pero en el fondo a Russo le dolió sacarse el buzo de estratega azul y oro. La (polémica) eliminación en la Libertadores contra Atlético Mineiro y el mal arranque en el campeonato local, donde se privó de dirigir dos partidos oficiales (ante Banfield y San Lorenzo) por tener al plantel en aislamiento obligatorio tras romper la burbuja sanitaria en Brasil, le abrieron la puerta de salida.

El reemplazante perfecto frente a este escenario fue Battaglia por varias cuestiones. Era un hombre que conocía a la perfección a la enorme mayoría de juveniles con los que cuenta el plantel, tenía la espalda lo suficientemente ancha por su palmarés como jugador (se mantiene como el más ganador de la historia de Boca) y ofrecería cierta cuota de “docilidad” por el hecho de haber acompañado a Román desde la campaña electoral de 2019.

Una fuente que conoce a la perfección cada rincón del Predio de Ezeiza y la Bombonera aseguró que Román habla de fútbol las 24 horas, no solamente con el entrenador de fútbol sino con quien se siente junto a su mesa a esperar un mate suyo. Discute, intercambia ideas y aporta su veredicto. En ningún momento se pasa de la raya o se entromete a la hora de marcar un esquema, táctica o estrategia. Al unísono, otra cara que comparte a menudo mateadas y asados con el astro azul y oro desmintió que se entrometa en asuntos técnicos que no le competen: “Sus opiniones no son ‘tenés que poner al 4 de 8′, simplemente comparte su mirada como lo haría cualquier dirigente de fútbol. El tema es que tiene un apellido pesado y ante una mala racha se empieza a instalar cualquier rumor”.

Riquelme todoterreno: además de mirar
Riquelme todoterreno: además de mirar los partidos de la Primera, siguió cada presentación de la Reserva y hasta los juveniles

A pesar de que las cámaras lo grabaron entrando al vestuario luego de hacer bajar del micro a algunos jugadores tras la derrota contra Gimnasia La Plata en la Bombonera, imágenes que dispararon diversas teorías e hipótesis sobre su injerencia en el vestuario, ese acto fue uno más dentro de la habitualidad. La palabra de Román, voz autorizada por ser ídolo, referente y directivo de la institución, fue escuchada en más de una oportunidad en el gimnasio de Ezeiza o un vestuario de Casa Amarilla. El propósito siempre fue el mismo: concientizar sobre lo que está en juego, brindar su apoyo en nombre del Consejo y hasta arengar previo a la disputa de un Superclásico.

Ustedes se enteran más que nosotros, saben cosas que no pasan. Nos llamó Román, algunos estaban en el vestuario y otros arriba del micro. Fuimos a hablar con él, nada más. Nos dio palabras de apoyo. Que teníamos que recuperarnos de lo que había pasado y que venía un partido importante (contra Argentinos por Copa Argentina). Fue eso, palabras de aliento, mostrar que están con nosotros”, puntualizó en conferencia Izquierdoz, primer capitán tras la salida de Carlos Tevez, que tuvo otra mirada respecto al asunto del ómnibus.

Un punto crítico durante la gestión Battaglia fue la caída contra River en el Superclásico por la Liga Profesional. Allí se reflotó el tópico “juveniles vs. veteranos”. El DT se inclinó por Luis Advíncula, Frank Fabra, Pulpo González y Nicolás Orsini cuando Marcelo Weigandt, Agustín Sandez, Cristian Medina y Luis Vázquez se mantenían en muy buen nivel hasta allí. Seguramente la expulsión de Marcos Rojo al cuarto de hora habrá atentado contra las posibilidades de ese elenco, pero la suplencia de los pibes generó resquemores en el Mundo Boca.

Román junto a parte de
Román junto a parte de su cuerpo de trabajo en el Predio que Boca tiene en Ezeiza

“A los chicos les pasa lo lógico: debutan y los primeros dos o tres partidos lo hacen muy bien. Después les agarra ese bajón como les pasó a todos. Hay que llevarlos de a poquito para que puedan subir su nivel y ojalá la mayoría pueda triunfar con la camiseta de Boca, que no es fácil”, valoró Román al respecto. Y Battaglia, anteriormente, había declarado: “Que jueguen los jóvenes es parte del proyecto. Demostraron estar a la altura y es un calendario apretado, pero son chicos y hay que contenerlos y acompañarlos. Lo importante es que todos estén bien y, a partir de ahí, el técnico tiene la decisión”.

La última arista analizable respecto a la cuestión territorial del vestuario de Boca fue el caso de “intoxicación” destapado por el propio Battaglia en la conferencia que brindó luego del empate sin goles ante Newell’s en la Bombonera. Carlos Zambrano, Edwin Cardona y Sebastián Villa quedaron en el ojo de la tormenta por un acto de indisciplina que se cajoneó, sobre todo después de la conquista de la Copa Argentina. Quien tomó la determinación de mandar al banco al trío de extranjeros fue el entrenador, con la anuencia de un Consejo que respetó su determinación. Riquelme, que posiblemente habrá estado al tanto de lo sucedido de antemano, “aclaró” ante los micrófonos que no le correspondía inmiscuirse en esa situación porque era expresa responsabilidad del técnico y que se pondría al corriente cuando se reuniera con Seba para dialogar sobre la renovación de su contrato.

En síntesis, que Riquelme le arma los equipos a los técnicos de Boca es idea de la gente que elija creer.

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