* Las mejores atajadas de Alan Leonardo Díaz, la figura de River en el Superclásico
El año de River Plate quedó marcado por distintos hechos que pasaron a la historia. Uno de los sucesos que se seguirá recordando con el paso de los años tiene a Alan Leonardo Díaz en el centro de la escena. El arquero no había tenido su estreno en Reserva, pero un brote de coronavirus en el plantel obligó a que tenga su bautismo en el primer equipo durante el Superclásico de los cuartos de final de la Liga Profesional.
El jugador que en los próximos días cumplirá 22 años tuvo un rendimiento destacado a pesar de la derrota por penales y se ganó un contrato con el club hasta 2024. A 7 meses de aquel evento, el guardametas recordó su bautismo millonario con una frase caliente dirigida a Edwin Cardona, quien le picó el penal durante la tanda definitoria: “Te juro que le quise tirar la pelota en la cara, pero como era un pendejo no le dije nada. Si estábamos en el barrio, le pegaba un pelotazo. Me dio mucha bronca. ¿Debutaba y me la viene a picar?”.
En diálogo con Rock y River, que se emite por FM Concepto, también contó cuál fue la frase que le dijo Marcelo Gallardo una vez que lo abrazó al consumarse la derrota ante Boca: “Yo estaba medio enojado, con la cabeza agachada porque habíamos perdido. Me dijo que levante la cabeza y me sienta orgulloso”.
En aquella ocasión, un brote de COVID-19 dejó a River sin sus cuatro arqueros principales (Germán Lux, Enrique Bologna, Franco Petroli y Franco Armani), lo que empujó a la elección obligada de Díaz para cubrir los tres palos. Si bien no volvió a sumar minutos oficiales, continúa como parte de la estructura del club y acumuló algunas presentaciones en Reserva.
Leo Díaz recordó que el llamado para sumarse al plantel de Gallardo fue repentino ante la ausencia obligada de sus colegas. “Me acuerdo que justo estaba por ir a comprar algo para cenar, porque eran como las 9. Estaba por comprar algo para cenar y me entra un llamado. Me dijeron que me tenía que presentar en el Monumental a las 3 de la tarde que iba a jugar en la Bombonera. Le dije: ‘Bueno, está bien, a esa hora voy a estar. Yo estaba mirando en la tele y se veían todos los casos”.
Aquella noticia le hizo “explotar el teléfono” tanto por los seguidores que sumó en su perfil de Instagram como por los mensajes vía Whatsapp. “Mucha bola no le di, contestaba a los que conocía de siempre, pero me hablaron de muchos teléfonos que ni yo tenía. A esos no les contestaba”, aclaró. Al mismo tiempo, por esas horas se viralizó que se había cortado el pelo, algo que generó cierto revuelo porque el Millonario debía extremas las precauciones al máximo para evitar otro contagio, pero Leo aseguró que “tenía el turno para ese día” con el peluquero.
Si bien todavía desconoce si recibirá un llamado para viajar a la pretemporada en Estados Unidos con el plantel principal, el futbolista aseguró: “El partido ese fue un puntapié para lo del contrato. Hice la pretemporada a base de ese partido. Realmente si no hubiese tenido ese partido no creo que hubiera firmado ni hubiese ido a la pretemporada. Ese partido fue el puntapié para lograr todo lo que logré”.
Lo cierto es que su futuro en el club todavía no está claro ya que el entrenador pidió el regreso de Ezequiel Centurión –estaba a préstamo en Estudiantes de Buenos Aires– ante las salidas de Bologna y Lux. De ese modo, Centurión y Díaz deberán pelear con Petroli por cubrir las espaldas de Armani.
“Yo ahora quiero hacer una buena pretemporada y tratar de jugar la máxima cantidad de partidos posibles. Arriba hay mucha competencia, hay arqueros muy buenos. Estoy donde me digan, no tengo problema. Siempre trato de dar lo mejor, entrenar cada día para mejorar. A Centu lo conozco, es buena persona y buen arquero. Estamos todos para pelear el puesto”, afirmó.
Luego de su estreno, se viralizaron algunas imágenes del jugador disputando encuentros por dinero en su barrio: “Antes jugaba mucho con unos chicos del barrio que tenían un equipo y le jugábamos a cualquiera que nos desafiaba. Eso era presión porque era ganar o ganar. Muchas veces no se terminaban los partidos. En el momento de jugar, el puesto de arquero era el más tranquilo, pero a la hora de los penales había que poner eh...”.
“Ahora te tratan diferente. En el barrio como que te conocen todos. Soy bastante tranquilo, siempre estoy con mi familia, con amigos, siempre con los mismos. No me cambió mucho. Nunca sentí presión a la hora de atajar, siempre doy lo máximo. Desde chico en River me aconsejaron que siempre me olvide de la jugada y piense siempre en lo que viene. Lo que pasó, ya está. No puedo hacer más nada. Me dijeron que siempre piense en lo que viene”, sentenció.
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