Éver Banega figura en el podio de las ventas más caras de la historia de Boca Juniors. El hombre que surgió como heredero de Fernando Gago en 2007 y le cubrió las espaldas a Juan Román Riquelme en el equipo conducido por Miguel Ángel Russo que alzó la Libertadores ese año se alejó de la institución en enero de 2008 a cambio de unos 20 millones de dólares, cifra apenas menor a la de los traspasos de Walter Samuel (a la Roma en el 2000) y el propio Gago (al Real Madrid en 2006). Desde su partida, surgieron rumores sobre su retorno en incontables mercados. Y en los últimos días el mediocampista del Al-Shabab de Arabia Saudita se cruzó con Román...
La calidad y vigencia del talentoso volante central de 33 años que militó seis temporadas en Valencia, una a préstamo en Atlético Madrid, un semestre en Newell’s, cinco en Sevilla y una en el Inter de Milán antes de instalarse en el fútbol saudita, es una garantía. Pero el salario que percibe en territorio asiático y las comodidades de las que goza con su familia en Riyadh lo tornan prácticamente inalcanzable para Boca y cualquier otro equipo argentino.
Infobae, presente en el encuentro que el Xeneize disputó la semana pasada ante el Barcelona por la Maradona Cup en Arabia Saudita, constató la presencia del argentino, que se ubicó en uno de los palcos del estadio Mrsool para observar de cerca la acción entre el conjunto en el que se formó y debutó como profesional y el Barça, al que enfrentó en innumerables ocasiones en la liga española.
Y justamente Éver se paseó por las entrañas de la cancha en busca de Riquelme, con quien no solamente compartió césped y la misma camiseta en Boca, sino también en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 con la selección argentina. El vicepresidente boquense tiene contacto fluido a través de mensajes de texto con Banega, así como también con otras estrellas de renombre. Y aunque desde que el ídolo xeneize hizo su desembarco en el Consejo de Fútbol de Boca se mencionó a Éver como probable refuerzo, esa opción jamás llegó a tomar forma.
En este caso, pese al encuentro circunstancial en una tierra lejana como la árabe, la historia no se modificará: Banega continuará su carrera en Al-Shabab, que pelea por el título de una liga saudí que paradójicamente acaba de sumar a Miguel Ángel Russo como uno de sus protagonistas (firmó como entrenador del Al-Nassr) y exhibe a Éver como una de las figuras internacionales de mayor nivel en la actualidad. Es decir que, más allá de los trascendidos que circularon en los últimos días por el cónclave entre él y Riquelme, no existen posibilidades de que sea refuerzo de Boca (vale aclarar, ni de algún otro equipo argentino).
A mediados de 2019, cuando Nicolás Burdisso era director deportivo de Boca, Éver Banega había sonado como posible incorporación para afrontar las rondas finales de la Libertadores. Ya en el inicio de 2020, con Russo como técnico, fue uno de los primeros nombres que se barajó en ese mercado. Lo concreto es que el retorno del rosarino al club que lo vio nacer se presenta como una utopía y el confort que le brindan en Arabia Saudita lo invita a reflexionar sobre la chance de retirarse en aquel exótico fútbol.
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