Apenas Fernando Valenzuela anotó el 5-4 definitivo que decretó el triunfo de Barracas Central ante Quilmes y el ascenso a Primera División del Guapo, Rodolfo De Paoli rompió en llanto. Primero dentro del ramillete de abrazos, luego sentado, solo, en el banco de suplentes, mientras su plantel disfrutaba la porción de historia que acababa de alcanzar.
El entrenador, que narra los partidos de la Selección para la señal que transmitió el partido, consiguió el objetivo en la segunda final, luego de perder la chance en la primera definición frente a Tigre. Y se desahogó ante el micrófono consumado el salto a la élite.
“El fútbol es mi vida, no soy solo un pelotudo que relata. Gracias a mi familia y mi mujer, mis hijas, a mi papá y mi mamá. Es un desahogo”, dijo, con la voz entrecortada. “Cuando me retiré le fui a preguntar a la medalla milagrosa por qué no jugaba más al fútbol, si es lo único que sabía hacer, era un burro en el colegio. Y acá está la respuesta”, completó.
En efecto, De Paoli se retiró a los 22 años, luego de pasar por Nueva Chicago, Banfield, el fútbol mexicano y El Porvenir. Luego, participó de un reality radial en el que quedó como uno de los relatores de Boca. Y terminó haciendo carrera en el periodismo. Claro, nunca abandonó su deseo de mantenerse vinculado al fútbol desde adentro. Trabajó junto al Turu Flores en Defensa y Justicia, dirigió en Real Pilar, Argentino de Merlo y Chicago. En Barracas, el club que tiene como referente a Claudio Tapia (titular de la AFA) y cuenta con Matías (hijo de Chiqui) como titular, y a Iván (otro heredero) como capitán, se ganó su lugar en la marquesina.
“Estoy conmovido por mi historia de vida y en el fútbol. Éstos son los jugadores con los que más me sentí identificado, fueron los más sólidos emocionalmente de la temporada. Confiaron a muerte en mí. Esto no es modestia, los acompañé y se dejaron acompañar”, declaró.
Sobre los prejuicios que enfrentó en el banco de suplentes, el orientador, de 43 años, dijo: “Esto me pasa desde que relato fútbol, hasta jugadores de renombre les llamaba la atención, tener un relator explicándoles cómo recibir una pelota. Pero el jugador tiene un idioma del fútbol, el prejuicio se corta a los 10 minutos. Afuera es tremendo, porque sos del periodismo, y paradójicamente no soy el periodismo, soy un jugador de fútbol anónimo al que se le dio por relatar y encontré una forma de vida”.
Barracas se quedó con la Zona B de la Primera Nacional, aventajando por un punto a Ferro, en una definición que incluyó polémica por los fallos arbitrales. De Paoli desestimó las críticas. “El fútbol argentino es tremendamente cuestionable, hay muchas cosas para mejorar, pero es tremendamente complicado. Así es la B Nacional, decía, que vean los partidos. Jugamos un fútbol muy bueno y nadie lo sabía. Se empezó a hablar de nosotros por ir primeros. Estoy harto del tema arbitraje, los tres equipos que llegamos a las finales son los que más penales tuvimos a favor. Esa crítica era un golpe bajo al trabajo de estos jugadores, el tema del caballo del comisario”, concluyó.
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