A Paulo Díaz lo consultaron por los mejores equipos del fútbol argentino y, como no podía ser de otra forma, ubicó a River Plate en el pedestal. La pregunta en ESPN fue entonces quién era el segundo mejor conjunto de la Liga Profesional, tras lo cual el chileno mencionó a Colón de Santa Fe, Defensa y Justicia y Talleres de Córdoba. ¿Boca? No estuvo incluido entre sus preferidos.
“Creo que el segundo mejor es Colón, que por algo jugó una final con nosotros y ganó el torneo anterior. Ellos son el otro buen equipo, con buen funcionamiento. Después hay muchos más, como Defensa y Justicia, que también tiene buen juego, y Talleres, que hizo un gran torneo. Hay buenos clubes, buenos equipos en el fútbol argentino, pero siempre el 1 va a ser River”, sonrió.
Oscar Ruggeri quiso puntualizar en la referencia para el Xeneize y el futbolista riverplatense argumentó: “Estamos hablando de juego y equipos. No creo que sea de los mejores en funcionamiento. Sí tiene buenos jugadores, es un gran club, pero no tiene el funcionamiento que tienen los clubes que nombré”. Para Díaz, el elenco conducido por Sebastián Battaglia no está entre los mejores de Argentina.
Por otra parte, el trasandino hizo hincapié en la influencia de Marcelo Gallardo semana a semana: “Te exige todos los días, no te deja un segundo relajarte y eso es lo que hace elevar al jugador al mayor nivel. Las prácticas son partidos. Uno se juega como se entrena. Marcelo te lo hace sentir en cada entrenamiento. Te marca tanta exigencia”.
Y en cuanto a lo personal, opinó: “Me siento muy bien, muy consolidado. Esto también es producto del técnico, de mis compañeros, que yo haya encontrado mi mejor versión. Y también agradecido con la gente, que me da su apoyo día a día para seguir adelante”.
Finalmente, el chileno concluyó con una experiencia personal, una especie de radiografía de su evolución: “Nunca tuve una preparación. Quizás en el barrio, cuando era más chico, puesto que faltaba me metía ahí. No es lo mismo en el barrio que profesionalmente. No sé si mi viejo lo comentó, pero cuando era chico era 9. Y pasar de 9 a central son distintas cosas también. No es que tuve una preparación a distintos puestos. Cuando podía y me metían en alguna parte, lo intentaba hacer de la mejor manera”.
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