La barra disidente de Chacarita llamada Somos Familia, comía un asado para despedir el 2021 en el Polideportivo del club ubicado en San Andrés. Habían decorado las instalaciones con las banderas de la facción y habían armado un torneo de fútbol entre los 40 integrantes más conspicuos de este grupo aunque no puede ingresar a la cancha, donde manda La Famosa Banda, la barra oficial. Claro que desde las últimas elecciones ganadas en agosto por la oposición al mando de Néstor Di Pierro, parece la disidente ir recuperando terreno dentro de la institución.
El jefe de la oficial, Chucky Canteros, se enteró de lo que estaba ocurriendo. Y junto a otros tres secuaces decidió ir a “escupir el asado”, como se dice en la jerga. Y lo hizo a su manera: armado hasta los dientes. Llegaron hasta el lugar en dos autos, uno rojo y otro azul, y dispararon. Desde adentro salió toda la facción dispuesto a vengarse y cuando Chucky y los suyos aceleraron para huir, a los pocos metros, el auto en el que iba el líder volcó, lo que le permitió a sus rivales atraparlo. Ahí nomás lo golpearon, también le rompieron el auto a sus acompañantes y le dejaron en claro que las cosas ya no son como eran. Tiros, puñaladas y una amenaza de que esto si sigue así termina con muertos. El video de la secuencia al que accedió Infobae, con Chucky ensangrentado y el jefe de la disidente, Ipi, amenazándolo, es escalofriante. La situación está en un momento crucial y si la intendencia, la Policía, la Justicia y la dirigencia deportiva no intervienen, la navidad no será blanca, sino roja. Y hará homenaje al apodo de Chacarita: el Funebrero.
La pelea a sangre y fuego lleva ya casi tres largos años, cuando mientras Chucky estaba preso por narcotráfico varios disidentes quisieron tomar el mando y Angélica Molina, madre de Chucky, junto a su marido el legendario Raúl Escalante, alias Muchinga y jefe histórico, resistieron y ganaron la batalla. De allí la disidente se alió a Ana Molina, hermana de Angélica, y nació la facción Somos Familia. Durante el segundo semestre de 2019 y hasta el comienzo de la pandemia quisieron ganar la barra lo que provocó una guerra de guerrillas en cada cuadra de San Martín. Justo por entonces Chucky cumplió la pena por narcotráfico, salió de prisión y logró unificar bajo su mando a muchos barras de las zonas de Billinghurst, 9 de Julio, Loyola, Villa La Cárcova, Villa Melo, José León Suárez, los barrios Curita y 18, Libertador y Villa Maipú. Todos con prontuarios pesadísimos que habían tenido una causa de asociación ilícita iniciada por el ex jefe del Aprevide, Juan Manuel Lugones, pero tras la caída de éste lograron zafar de la misma. Y arrasaron con todo.
Somos Familia entonces se retrajo. Pero con la pandemia volvieron a pensar cómo llegar al poder. Mientras, La Famosa Banda hacía una alianza con Guillermo Moreno para trabajar en la campaña del partido Principios y Valores y se quedaba con todo el negocio al regreso de los hinchas: organizaron fiestas en instalaciones de la institución cobrando entrada y llevando a tocar a grupos de cumbia y además explotaron el monopolio de la venta de indumentaria, merchandising, reventa de entradas y los trapitos y el manejo de las canchitas de fútbol cinco.
Pero en el medio, Chucky se peleó con su madre, Angélica, porque esta se quedó con el bar clave de la zona de San Martín y porque además todo lo que se recaudaba bajo el nombre La Famosa Banda terminaba en sus bolsillos, ya que ella es quién registró el nombre hace tiempo en el Registro de la Propiedad Intelectual. Y se unió a Muchinga, su padrastro, para reclamarle. Y Angélica, la mujer más poderosa en el mundo barra, como para dejar en claro que no aceptaba rebeliones, denunció a Muchinga por hurto y lo mandó a prisión en octubre de este año. Si bien su ya ex marido salió rápido, las cosas se pusieron tensas y Somos Familia creyó ver una oportunidad. Entre eso y el triunfo de la oposición pensaron que llegaba su momento. Fue así que de a poco empezaron a pisar el club y ayer decidieron festejar el fin del 2021 en el polideportivo. Chucky, viendo peligrar su reinado, decidió ir a dar un escarmiento. Como lo hacen los barras: a los tiros. Le salió mal y aunque las fotos parezcan decir lo contrario, la sacó barata. Porque sus rivales después de destrozarle el auto y pegarle un rato, lo dejaron ir. Prometiendo que la próxima vez no serían tan indulgentes. El tema es que conociendo a Chucky, por San Martín todos creen que se tomará revancha. Por eso el miedo recorre las calles. Por eso Chacarita está más Funebrero que nunca.
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