“Sentí una decepción tremenda. A la gente de Ferro Carril Oeste, que seguramente con esta decisión se sentirá a disgusto conmigo, le quiero pedir las disculpas del caso. Me encuentro con un profundo disgusto y tristeza. El hecho de no poder dormir por un par de días no me lo quita nadie”. Las palabras son de Nicolás Lamolina, el árbitro que quedó en el centro de la escena tras cobrar un polémico penal en Quilmes-Ferro que le permitió al Cervecero clasificar a la final por el segundo ascenso a la Liga Profesional.
El juez brindó una nota en TyC Sports y se mostró arrepentido de su fallo, aunque explicó detalladamente lo que visualizó en la cancha para sancionar el penal del arquero Marcelo Miño sobre el delantero Federico Anselmo.
“El partido terminó cerca de las 11 noche, pero para mi siguió hasta la madrugada porque no pude dormir. A todo aquel que busca la justicia deportiva estas situaciones no lo ponen bien. En mi casa, viendo la repetición de la jugada en cuestión, que al fin y al cabo termina siendo la más importante, veo que el golpe termina siendo de Anselmo en la pierna del arquero Miño. Lo que sucede es que Anselmo en busca del balón termina pateando a Miño. Obviamente esto analizándolo con la televisión y revisando en mi cabeza muchas veces lo que sucedió. En la cancha, en milésimas de segundos, sentí que el arquero había salido con imprudencia y por eso sancioné penal”, explicó el juez.
Lamolina pidió explicar “cronológicamente” la jugada para detallar qué vio en el terreno de juego del Estadio Centenario: “En primera instancia, hay un tiro franco al arco por la izquierda del ataque de Quilmes. Mi posición en ese momento es la que recomienda el reglamento, la ortodoxa, la correcta para poder evaluar con certeza si hay una mano de bloqueo o una situación que se presenta en el transcurso de ese tiro al arco. Obviamente que esa posición es la inicial y así como es mi posición, también es la posición de Miño que está esperando ese tiro al arco y la de Anselmo que viene por el ataque en busca de un pase filtrado. El problema empieza a suscitarse cuando hay un desvío en el defensor de Ferro. Esa anti naturalidad en el movimiento de la pelota que toma altura hace que se altere toda esa normalidad. Se nos altera a todos. Fundamentalmente a mí que estoy esperando en una posición un remate al arco, a Miño que esta esperando ese remate y atajarlo y a Anselmo que iba en busca de un pase filtrado”.
Y continuó: “Ante esta situación del desvío, yo debo ajustar mi situación. A partir de ahí, resulta que Miño sale desarmado en busca de la pelota y Anselmo sale imperiosamente en busca del mismo. Y yo, que estaba en posición de tiro, debo salir a ajustar mi posición. En esta situaciones se busca tener ángulo y perspectiva. No somos fichas que estamos ubicados en un lugar y por un software nos desviamos y nos ponemos en otra posición”.
Lamolina aclaró que desde su “ángulo y perspectiva” vio un penal del portero del Verdolaga. “Veo que Miño no juega el balón y el que sí lo juega es Anselmo. En ese movimiento de Miño de ir a buscar el balón y no jugarlo, termina chocando con Anselmo que sí lo juega. El balón termina saliendo en sentido a la meta. Miño sale desarmado por la situación de la anti naturalidad del desvío, tira el manotazo y no llega a jugar el balón. Yo interpreto en el campo, y en milésimas de segundos, esta imprudencia de Miño y por ende la sanción del penal posterior”.
Tras el empate 1-1 en la ida, el Cervecero se llevó la victoria 1-0 en su casa gracias al tanto de penal que Anselmo anotó. El encuentro terminó con un serio conflicto entre el plantel de la visita y el árbitro, a punto tal que debió adicionar varios minutos por la invasión de campo que realizaron. “Decidí recibir a Favio Orsi (DT de Ferro) en el vestuario. Vino a mostrarme la jugada. Yo no la había visto con cámaras de televisión. El hecho de esa adrenalina, porque todavía ni me había terminado de bañar, yo seguía con mi imagen de capo de juego y de esa imprudencia de Miño a la hora de buscar el balón”, se justificó Lamolina, quien en el vestuario defendió su decisión del penal ante los representantes del club de Caballito.
El árbitro reconoció que vivió “con mucha angustia” lo ocurrido y se defendió: “Soy un ser humano que se esfuerza. Sé que hay mucho esfuerzo de todas las partes, pero también está el esfuerzo nuestro de tratar hacer las cosas bien. Uno nunca quiere equivocarse”.
El ascenso a la máxima categoría se definirá el próximo martes (desde las 20.10) entre Quilmes y Barracas Central, que viene de perder la primera final por el boleto a la Liga Profesional ante Tigre.
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