La semifinal del Reducido de la Primera Nacional entre Quilmes y Ferro se resolvió por un grosero error del árbitro Nicolás Lamolina. El juez, al que le costó enormemente controlar un partido de elevada temperatura desde el inicio, sancionó un increíble penal para el local a los 30 minutos del segundo tiempo: juzgó falta del arquero del Verde, Marcelo Miño, sobre el delantero Federico Anselmo. Sin embargo, el que inició el contacto fue el atacante. El propio ex Unión cambió la oportunidad por gol y definió la serie, dado que en la ida en Caballito habían igualado 1-1.
Así, el Cervecero jugará por el salto a la élite ante Barracas Central, que venció 3-2 a Almirante Brown (la definición se desarrollará el próximo martes 21 desde las 20 en estadio a confirmar). El encuentro terminó en escándalo, primero con los jugadores visitantes insultándose con los plateístas locales, casi sin intermediación de la Policía, y luego con una gresca alrededor del árbitro Lamolina, con manotazos entre el plantel de Oeste y las autoridades.
El primer tiempo lo disputaron a máxima intensidad. Quilmes pudo golpear primero con un cabezazo de Pons que rebotó en el travesaño. Ferro se acomodó a ese primer shock y de a poco logró lastimar, aunque priorizó más la velocidad por las bandas (con Gallardo y Turbo Rodríguez) en lugar de la sociedad entre Mosca y Ellacopulos, que le dio mejores réditos.
De hecho, sendos remates de los organizadores de juego convocaron a la respuesta del arquero local Rodrigo Saracho. También tuvo su oportunidad Gallardo, con un remate que se marchó desviado.
El inicio del complemento fue palo y palo. Primero Rodríguez pisó el área, pero si intento volvió a marcharse alto. Casi inmediatamente, Pavone definió de taco un centro desde la derecha y el lujo casi rompe el cero, y Miño respondió ante un cabezazo franco.
Pero todo se desmadró en el penal. La pelota quedó dividida tras un remate que rebotó en un defensor y cayó en las inmediaciones de Miño, ante la puja con Anselmo. El guardameta buscó primero embolsar y luego rechazar con el puño. El delantero estiró el pie para impactar, pero le pegó al ex Rosario Central y cayó. Ahí se confundió el juez y sancionó un penal inexistente. Su asistente Bonfá, en la línea de la jugada, no lo asistió.
“No era justo que Quilmes pase a una final así, por un error del árbitro. Si hay foul es foul del arquero, es una jugada insólita. Nosotros nunca nos quejamos de los arbitrajes, capaz es por eso, porque aceptamos las cosas, y hay otros que no. Lamolina sabe que se equivocó. Si es hombre de bien, me llamará y me dirá que se equivocó. Era el momento de dar el salto, para ascender, este imponderable nos lo impide. Todavía estamos muy dolidos”, se descargó Daniel Pandolfi, presidente de Ferro.
“Estamos muy molestos. El trabajo de todo el año, en un esfuerzo gigantesco, se pierde cuando hubo infracción del delantero al arquero. Le estoy llevando la foto en la que está clara la falta del delantero de Quilmes. Está el año tirado”, agregó Favio Orsi, uno de los entrenadores del visitante, después de sufrir una jugada que se debatirá por varios días. Y que a Ferro le costó la temporada.
SEGUIR LEYENDO: