Gestos adustos. Chistes solamente por lo bajo. Contención de sonrisas. La última jornada de trabajos del plantel de Boca Juniors en Ezeiza no fue igual a las demás. En el Xeneize reinaba el buen ambiente porque el equipo estaba a punto de conseguir el objetivo de clasificarse a la Libertadores 2022 y saborea un nuevo título de Copa Argentina tras el triunfo ante Argentinos Juniors y el acceso a la final. Pero una situación inesperada hizo que el clima se espesara justo en vísperas de la disputa del último trofeo del año. Nuevamente el propio Boca volvió a tirotearse los pies.
Del válido debate táctico por la gran cantidad de cambios que estaba instalado en el club después de que Sebastián Battaglia rotara a muchos titulares contra Independiente a la expectativa por retomar el camino victorioso ante Newell’s, la postergación del encuentro por lluvia y la bomba que explotó en el hotel de concentración de Puerto Madero. Carlos Zambrano, Edwin Cardona y Sebastián Villa, implicados en un acto de indisciplina que colmó la paciencia del entrenador y, en segundo plano, del Consejo de Fútbol.
El DT, que sabe que está en evaluación su continuidad para el próximo año, tomó cartas en el asunto tras desayunarse con la “intoxicación” de los tres implicados en la mañana del martes, día del compromiso ante Newell’s. Inmediatamente puso las cartas sobre la mesa y decidió, con el respaldo del Consejo, borrar de la formación titular a los tres futbolistas que estaban apuntados. Para algunos se quedó corto al mantenerlos en la nómina de concentrados, darles un lugar en el banco de suplentes y hasta hacer ingresar a los dos colombianos en el segundo tiempo (más por necesidad futbolística que por convicción propia). Él entendió que era castigo suficiente, al menos por ahora.
Es que la realidad sería muy distinta para el trío que pecó de irresponsable si Boca ya no tuviera objetivos pendientes en este semestre. Pero como la cabeza está puesta en bordar otra estrella y conseguir de una buena vez una plaza en la Libertadores 2022, harán una tregua parcial con los implicados en esta cuestión. Esta mañana Battaglia les aclaró la situación a Zambrano, Cardona y Villa en el último entrenamiento: se acabó por completo el margen de tolerancia y los quiere enfocados en la final contra Talleres. Definida la suerte deportiva del equipo, se tomarán decisiones fuertes que, lógicamente, provendrán de la mesa chica liderada por Juan Román Riquelme.
En Ezeiza respaldaron la decisión que tomó el entrenador porque creen que de esa manera marcó el territorio en el vestuario. ¿Habrá sido suficiente? El gesto de Cardona, en las narices de Battaglia, cuando tuvo que ir a calentar para entrar contra Newell’s, avivó el fuego. Y ante todos los rumores que circularon en los últimos días (trascendió que en el hotel de concentración xeneize se permitió el ingreso a “agentes externas” a la delegación boquense) hubo absoluto silencio de los protagonistas con la salvedad de los posteos de Edwin, de buenos minutos contra Newell’s, y Villa, al que le costó desnivelar cuando sustituyó al Changuito Zeballos. El dicho “quien calla, otorga”, a la orden del día.
A Cardona lo respaldó Riquelme en incontables ocasiones: desde que falló el penal picándosela a un arquero juvenil de River hasta cuando optó por tomarse vacaciones en lugar de prestarse a disputar la serie de octavos de final de Atlético Mineiro, algo que el propio Román jamás se hubiera permitido. Cacho Riquelme se mostró en una acalorada discusión por defenderlo al colombiano dentro de la cancha. Y el Patrón Bermúdez declaró hace algunos días que estaban contentos con su nivel de compromiso, abriendo la puerta para negociar la compra de su pase con Xolos de Tijuana, pese a que ya expiró la fecha para hacer uso de su opción de compra. “No aprende más”, es el mensaje que salió desde el club por las recurrentes faltas del enganche que cumplirá 29 años justo el día de la final de Copa Argentina. Esta frase puede significar un preludio de su alejamiento definitivo de la Ribera.
Lo de Villa parece estar masticado y digerido de cara al próximo mercado de pases. El futbolista desea irse desde hace tiempo y sus representantes le buscan lugar en Europa. Estuvo cerca de Bélgica y sonó en Rusia. Tendrá que cumplir seis fechas de suspensión en copas internacionales y eso resulta una invitación para prescindir de sus servicios, aunque no a cualquier precio. La cotización del delantero que cuenta con vínculo hasta 2024, advirtió el Consejo, tendrá que estar bastante por encima de los 7 millones de dólares que ofreció el Brujas belga. El inconveniente es que este tipo de episodios tira para abajo la cifra de su pase.
El caso de Carlos Zambrano, que fue tapa del periódico peruano Líbero por estar en carpeta de Alianza Lima, elenco que participará de la próxima Libertadores, es distinto. Fue uno de los requeridos por el Consejo de Fútbol desde su arribo al club y también respaldado por los entrenadores de turno (Miguel Ángel Russo y Battaglia) a pesar de contar con competencia de lujo en Carlos Izquierdoz, Lisandro López y Marcos Rojo. El incaico, que nunca militó en su país porque tuvo su estreno profesional en el Schalke 04 de Alemania, perdió consideración del público a la par de López y como alternativa de Cali y el ex Manchester United. Su indisciplina puede llegar a marcar un punto de inflexión en su estadía en Boca, pero por cuestiones de necesidad (Izquierdoz y Rojo también acarrean una suspensión de 4 y 5 partidos -respectivamente- por los incidentes contra Mineiro) sería sostenido en el plantel pensando en el 2022.
Boca ingresó en una recta final de definiciones deportivas e institucionales. Los encargados del fútbol pretenden que la polvareda del último escándalo que llegó a tomar notoriedad pública se disipe con el correr de las horas y no desenfoque a los jugadores de la meta del próximo miércoles. No obstante la lista negra del CDF continúa sumando apellidos.
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