Históricamente, Argentina ha sido un país pionero en materia de derechos y de inclusión de las personas que integran el colectivo LGBTQ+. En los últimos años, las instituciones deportivas han comenzado a entender que sus estructuras también deben acompañar estos cambios y, en ese marco, Rosario Central ha dado un paso importante al convertirse en el primer club de América Latina en aprobar el denominado “Cupo trans” dentro de la entidad.
¿Qué implica esta medida? Que personas del colectivo de travestis, transexuales y transgénero ocuparán puestos laborales en un porcentaje que va del 1 al 5% dentro del club Canalla. La implementación de esta flamante medida va a ser de manera gradual y se va a aplicar bajo el convenio laboral que tiene la institución. Pronto se va a abrir un Registro Único de Aspirantes para que las y los interesados en aplicar puedan anotarse. Hay un dato importante: no es necesario que quienes postulen hayan hecho el cambio de DNI.
“Se van a detallar las funciones que se necesitan dentro del club, va a depender de los recursos que se precisen en cada momento. Puede ser para cualquier puesto: administrativo, deportivo, social, etcétera”, le explicó a Infobae Camila Ferreyra, titular de la Secretaría de Género de Rosario Central, área que forma parte del organigrama del club, por lo que cuenta con un presupuesto propio y está dentro del estatuto. En 2019 este espacio ya había cumplido uno de sus primeros objetivos al lograr la aprobación e implementación del Protocolo de Prevención y Actuación para el abordaje de situaciones de violencia de género y discriminación en el club. En el 2021 fueron más allá.
La idea de implementar el cupo trans dentro del club rosarino surgió en marzo de este año, pero recién unos meses después las integrantes de la Secretaría de Género recibieron el empuje definitivo para ir por su aprobación cuando se los planteó el dirigente que está a cargo del área de Recursos Humanos. Fue en ese momento cuando comenzaron las reuniones con los integrantes de la Comisión Directiva para intentar conseguir sus firmas. La tarea no fue fácil: las diferencias generacionales hicieron que a algunos representantes les costará comprender de qué se trataba la norma o por qué era importante y necesario aprobarla. Sin embargo, a partir del diálogo se pudieron zanjar esas diferencias.
Los argumentos para la implementación de este tipo de medidas son bastante sólidos: la población travesti y trans suele atravesar numerosas violencias y discriminaciones que comienzan durante la infancia. De manera permanente estas personas son expulsadas de sus hogares, de los establecimientos educativos, del sistema de salud y también del mercado laboral formal, entre otras áreas. Toda esta vulneración de derechos hace que su esperanza de vida sea realmente baja: en Argentina ronda tan solo los 40 años.
La sanción de la ley de inclusión laboral para la población trans, travesti y transgénero en el Congreso Nacional y su posterior reglamentación por parte del Poder Ejecutivo les permitió a las integrantes de la Secretaría de Género del Canalla obtener un impulso mayor para ir por su objetivo. Finalmente, consiguieron todos los votos necesarios y el pasado 10 de noviembre la Comisión Directiva de Rosario Central aprobó la norma que establece el cupo trans dentro del club en el marco del denominado “Proyecto Noviembre 4″.
“Salió por una especie de decreto. Esto va a quedar para siempre, no es que va a llegar otra dirigencia y lo va a sacar. En la implementación se establece que va a haber una responsabilidad de todo el club de tratar que esto se cumpla. A nosotros nos queda un año de gestión y después pueden venir personas con otras ideas que quieran sacarlo, pero trabajamos para que haya gente que se especialice y se encargue de hacerlo cumplir”, sostuvo Ferreyra.
¿Qué buscan con la aprobación del cupo trans?
- El objetivo es tener un club abierto, que acepte diferentes opiniones y que pueda seguir otorgando derechos a personas que fueron postergadas por mucho tiempo. Muchos se sorprendieron por esto, por algo tan simple como buscar trabajo, pero este derecho fue ganado por el colectivo (trans-travesti), no lo ganó Rosario Central ni la Secretaría de Género.
¿Qué respuestas han tenido dentro del club y en las redes sociales?
- En las redes están los de siempre, esos que nos han llegado a decir “las quiero rociar con nafta y prender fuego”. Esas son cosas que después terminan haciendo, hay muchos casos de mujeres que han muerto por esas prácticas. Pero siempre decimos que eso no nos puede mover la aguja: si dependiéramos de esos comentarios, no podríamos hacer absolutamente nada. Por eso tratamos de no leer. Y con los compañeros dentro de la gestión siempre tratamos de explicar el motivo, el por qué de esta medida y finalmente entienden. Está bueno que acompañen, estén o no de acuerdo.
¿Los clubes pueden ser espacios de trabajo amigables para la población trans o travesti?
- Pueden serlo, pero siempre trabajando desde la prevención y explicando a la gente que compone el club todo el daño que ha atravesado este colectivo. El trabajo y el acompañamiento de las Secretarías o Áreas de Género es fundamental. Un club sin perspectiva de género no sé si puede estar abierto a tener este tipo de otorgamiento de derechos.
Pero las nuevas políticas implementadas por Rosario Central no terminan allí: en la misma semana, anunciaron que se establecerá una cláusula de rescisión contractual por violencia de género que alcanzará a jugadores, jugadoras y deportistas profesionales.
“Lo que propone esta cláusula es la obligatoriedad de cada deportista de saber que existe una Secretaría de Género, de que hay un protocolo de prevención y actuación ante las situaciones de violencia y de que tiene que asistir a los talleres. Después, si él o ella comete alguna situación de violencia y va a un juzgado, el club tiene la libre decisión de poder rescindirle el contrato”, precisó Ferreyra, e hizo especial hincapié en que esta medida se aplicará tanto a atletas varones como mujeres o de cualquier identidad de género.
La capacitación y la concientización se vuelven aspectos claves en ese marco. Por eso en el club ya llevan varios años brindando talleres de sensibilización a los distintos planteles. El equipo de fútbol masculino, por ejemplo, ya participó de tres ediciones de este espacio.
“Con los jugadores varones se habla mucho de masculinidades, de repreguntarse sobre su postura como hombres u otras cuestiones como por ejemplo, por qué nunca han podido llorar. Hubo también un taller de violencias en el cual se explicaron los distintos tipos de violencias que existen y cuándo podemos ejercerlas sin darnos cuenta. La verdad es que se copan bastante, no son para nada cerrados”, destacó la titular de la Secretaría de Género.
Las luchas sociales y de ampliación de derechos han llegado hasta estas instituciones deportivas que aún tienen resabios de un conservadurismo y de un machismo que parece inexpugnable, pero que con ciertos matices comienza a desarmarse. De a poco, con pasos pequeños pero significativos, los clubes empiezan a ser espacios de puertas abiertas en los que la diversidad también puede expresarse.
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