El boxeo argentino vivió una velada inédita con la presentación en el club Morón de una pelea estelar que tuvo a un policía de la bonaerense en actividad por un lado y a un preso que cumple una condena de 14 años por robo, por el otro. Julián el Diamante Gómez, parte de las fuerzas de seguridad, venció en el primer round a Martín el Renacido Jara.
Luego del himno, el combate se inició en un ambiente de alta temperatura. Gómez buscó el triunfo desde la primera campanada y logró derribar a su oponente a los segundos. La pelea siguió, pero el predominio no amainó. El Diamante castigó al Renacido durante una interminable secuencia de golpes hasta que concluyó con dos golpes al rostro cuando faltaba menos de un minuto para el cierre del primer asalto.
Una vez que se decretó el KO, Gómez se acercó y pareció provocar a un Jara que estaba visiblemente conmovido y no pudo responderle. La tensión se apoderó del ambiente. “¡Viva la fuerza, viva la Policía, viva la gente de bien!”, gritó el oficial policial mirando a cámara mientras a su rival debían atenderlo y la preocupación reinaban el estadio.
Debieron pasar varios segundos hasta que Gómez se acercó a Jara para verificar cómo estaba de salud. Finalmente, el agente de la bonaerense se acercó a su oponente, pareció pedirle disculpas y lo levantó en andas para calmar los ánimos. “Fue el momento de calentura que me había hecho un gesto que no me gustó. Soy un caballero y pido disculpas, él también me pidió disculpas por el gesto”, declaró Gómez. “Había tenido un gesto que no me gustó. Yo vengo de un problemita”, insistió.
“Esto se basa en el trabajo que uno metió en el gimnasio. Gracias a mi entrenador, al Ministro de Seguridad y al Jefe de Policía. No voy a desaprovechar la oportunidad”, afirmó Gómez. “Volvió Julián el Diamante Gómez. Estamos para grandes cosas. Vengo de bajar 20 kilos, hicimos un plan de entrenamiento para bajar de peso y otra preparación para pelear”, agregó.
El triunfador tiene 29 años, mide 1,79 y acusó 72,600 kilos en la balanza. Este fue su quinto combate, teniendo en cuenta que acumulaba una inactividad de cuatro años ya que su último evento había sido con derrota en diciembre del 2017. Previamente, el oriundo de San Miguel había ganado tres peleas: todas por nocaut.
Del otro lado se paró un peleador de 33 años, de 1.72 metros y con un peso de 72.300 kilos que había subido a los rings en tres ocasiones entre abril del 2015 y agosto del 2016 con una estadística de dos victorias y un empate.
“Estamos trabajando mucho en eso. Todos los deportes son buenos para unir a las personas. Estamos tratando de ayudar desde la parte que nosotros podemos. Estamos contentos que esto se lleve a cabo”, explicó el ex pugilista Marcos René Chino Maidana, organizador del evento, en la previa a la presentación.
Hace un mes y medio que Jara fue trasladado desde un penal de Bahía Blanca hacia la Unidad Número 48 de San Martín, donde entrena el equipo de rugby de los Espartanos y lugar en el que hay un gimnasio con todas las comodidades para trabajar. Allí El Renacido, que ya ha cumplido diez años de una condena de 14 por robo, se preparó para el combate. Quienes autorizaron su salida para participar de la pelea fueron el Juez de Ejecución Penal Número 1 del Departamento Judicial de Bahía Blanca, Claudio Brun, y el jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires, Daniel Alberto García. También se requirió de la colaboración del ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Julio Alak, y de la directora de Deportes y Cultura que depende de esa cartera, Claudia Rodríguez.
El viernes, Jara había sido trasladado por dos móviles policiales hasta el pesaje que se desarrolló en el hotel céntrico Centuria: estuvo esposado hasta que subió a la balanza y una vez que dio el peso debió volver al penal ubicado en San Martín. El sábado recibió un permiso de salida especial, fue nuevamente trasladado con un operativo de seguridad y al finalizar la presentación debía ser trasladado otra vez a prisión. El objetivo da este enfrentamiento fue el de promover al deporte como una de las formas de reinsertar en la sociedad a una persona que ha cometido un delito y que ha tenido que cumplir una condena.
SEGUIR LEYENDO: