Un busto decapitado, sedes incendiadas y la sombra de Los Monos: qué hay detrás de la escalada de violencia entre Newell’s y Central

El domingo se desató un inesperado frente de batalla entre las barras de los dos clubes más populares de Rosario. Sin embargo, la Justicia investiga si puede tratarse de una pantalla

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Prendieron fuego la sede social de Rosario Central

Un ataque a una escultura por acá, una moto que pasa tirando por allá y un grupo de vándalos que atacan la sede del microcentro de Rosario Central con bombas molotov para finalizar. Rosario está que arde por lo que algunos creen una escalada de violencia entre los barras de Central y Newell’s, y otros que, hurgando en motivos más profundos, suponen que se trata de una operación armada para distraer fuerzas policiales desde algunos sitios calientes de la ciudad hacia la custodia de los predios de ambas instituciones, dejando libres zonas que, con mayor patrullaje, intentan ponerle un freno al negocio de Los Monos y sus sucedáneos.

Lo cierto es que otra ola de violencia estalló en la ciudad santafesina y esta vez bajo los colores de los dos clubes más populares. Todo comenzó en la madrugada del domingo. Ese día, dos individuos vestidos con la camiseta Canalla fueron hasta el Parque Independencia y en la zona donde está ubicado el busto de Isaac Newell, fundador de la institución que lleva su nombre, lo decapitaron. No es la primera vez que sucede, pero sí es la primera vez que, tras el hecho vandálico, los delincuentes filmaron y distribuyeron por las redes sociales imágenes destrozando con una maza la escultura, hasta dejarla irreconocible. Y todo bajo la leyenda: “En Rosario manda Central” y “Siempre te hicimos lo que quisimos”.

Pasaron varias horas y la viralización de las fotos provocaron la indignación rival. A eso se sumó que no hubo detenidos por el hecho, porque si bien quedaron registrados en cámaras de seguridad, al estar encapuchados no lograron ser identificados. Como si fuera poco, el presidente de Newell’s, Ignacio Astore, lejos de poner paños fríos, acusó al ministro de Seguridad, Jorge Lagna, de tener favoritismo por Central (hizo Inferiores en ese club y salió campeón en distintas categorías), y dijo que por eso hacía la vista gorda con lo sucedido. Y con palabras similares habló sobre la dirigencia del clásico rival, cuyo titular, Rodolfo Di Pollina, aseguró que repudiaba el hecho, pero que no se podía hacer cargo de lo que hicieran personas escudadas en un supuesto fanatismo.

Dos ecapuchados, con indumentaria de Central, destruyen la cabeza del busto de Isaac Newell
Dos ecapuchados, con indumentaria de Central, destruyen la cabeza del busto de Isaac Newell

Así las cosas, se suponía entonces que podía haber alguna respuesta de los violentos leprosos y eso sucedió a la madrugada siguiente cuando dos adolescentes pasaron en una moto de baja cilindrada y lanzaron dos bombas molotov contra la subsede Canalla ubicada en el barrio Luis Agote, hecho que también registraron en video y lo subieron a las redes. Se creía que con esa respuesta estaba terminada la historia, pero no fue así: esta madrugada, en un hecho violentísimo y con una organización de la que según la Policía habrían tomado parte hasta 15 personas, varias de éstas llegaron hasta la sede que Central tiene en el microcentro, donde funcionan las oficinas administrativas del club y lo que empezó como una pedrada siguió con varias bombas incendiarias que hicieron que las llamas se propagaran rápidamente y si no hubiese sido por la acción rápida de los bomberos se estaría hablando de una tragedia, ya que lograron rescatar al custodio del local que estaba herido con quemaduras y también complicado por la inhalación de humo, quien quedó internado en un sanatorio local. Por otro lado, la dirigencia de Central habla de cuantiosos daños materiales.

Si bien la primera hipótesis con la que trabaja la fiscal Raquel Almada tiene que ver con la histórica lucha irracional entre barras de ambas instituciones, empieza a crecer otra presunción bastante más inquietante: que la serie de ataques estuvo coordinada por el grupo Los Monos y otras bandas delictivas que en las últimas semanas vieron cómo se restringía su libertad de movimiento por el despliegue policial local, más las fuerzas federales. De hecho, el ataque a estaciones de servicio que se produjo la semana pasada tendría las mismas motivaciones: que el Ministerio tenga que destinar efectivos para custodiar en este caso sedes de ambos clubes, colegios y estaciones, y así reduzca la cantidad de policías patrullando las zonas calientes. Para sustentar esta hipótesis hay un dato no menor: la cúpula de ambas barras tienen muy buena relación, y las bandas delictivas asociadas al narcomenudeo y la extorsión cuentan con barrabravas de los dos clubes por igual.

Mientras la Justicia investiga bajo estas dos premisas, desde esta mañana todos los lugares pertenecientes a ambas instituciones están con custodia especial y a las 18 horas habrá una reunión entre el ministro de Seguridad, Jorge Lagna, y directivos de los dos clubes para bajarle el tono al conflicto y tratar de encauzar una violencia que una vez más ataca a la ciudad disfrazada con los colores de Newell’s y Central.

Imagen del incendio en la sede del centro del Canalla, que terminó con un custodio herido y cuantiosos daños materiales
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La provocación de los vándalos, compartida en las redes sociales
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Así quedó el busto del símbolo de la Lepra
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