Cinco motivos para creer y cinco que generan dudas: la radiografía de la selección argentina

A poco más de un año para el Mundial, el equipo albiceleste está a un paso de clasificarse para Qatar 2022. En el camino, a veces ilusiona y en otras despierta interrogantes

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Argentina está a un paso
Argentina está a un paso de cerrar su clasificación al Mundial (Foto: Reuters)

La selección argentina se transformó en un equipo ambivalente. Por un lado, despierta buenas sensaciones e ilusiona. Por el otro, genera dudas e interrogantes. El Mundial comenzará el 21 de noviembre de 2022, de manera que falta un año y una semana para la cita en Qatar. 372 días pueden ser mucho o poco tiempo, según la óptica con que se mire. El presente del equipo albiceleste tiene claroscuros y aquí nos proponemos detallarlos.

Cinco motivos para creer:

Argentina fue campeón de la
Argentina fue campeón de la Copa América en el Maracaná (Foto: EFE)

1) Argentina llegará a Qatar sin el lastre de los 28 años sin títulos a nivel mayores. La consagración en la Copa América, con el enorme valor agregado de que fue ante Brasil y en el Maracaná, le reforzó la autoestima y le quitó al equipo una presión que se había vuelto asfixiante, especialmente después de las siete finales perdidas de manera consecutiva: ante Dinamarca por 2-0 en la definición de la Copa Confederaciones 1995; frente a Brasil por penales en la Copa América 2004, en la Copa Confederaciones 2005 (4-1) y en la Copa América 2007 (3-0); contra Alemania en el Mundial de Brasil 2014; y ante Chile en otras dos ediciones de la Copa América: en 2015 y 2016, en ambos casos por penales.

2) La presencia de Lionel Messi. El hecho de contar con el mejor jugador del mundo siempre representa tanto un plus para Argentina como una preocupación extra para los rivales. El capitán del seleccionado busca volver a tomar ritmo futbolístico tras la violenta patada en la rodilla izquierda que le dio Adrián Martínez en el partido ante Venezuela, el 2 de septiembre en Caracas, y que lo llevó a jugar menos de la mitad de los partidos desde que llegó al París Saint Germain. Esa fuerte infracción también le generó dificultades musculares en la misma pierna y recién el viernes, ante Uruguay, volvió a jugar luego de dos semanas sin actuar oficialmente. Argentina cuenta con el as de espadas y esa es una carta única, una bala de plata.

3) Lionel Scaloni le dio forma a un plantel más rico en jerarquía individual en el último año, con las apariciones de futbolistas que le dieron un salto de calidad al equipo como Emiliano Martínez en el arco, Cristian Romero en la zaga central y Nicolás González en el ataque. El desembarco de Dibu Martínez como titular le dio al equipo mucha seguridad y la presencia de un arquero gana partidos: con él bajo los tres palos, Argentina mantuvo la valla en cero en ocho de los trece encuentros que jugó. Ante Uruguay, el viernes en Montevideo, fue la figura de la cancha y el principal sostén para la victoria por 1 a 0 que dejó al seleccionado con un pie en Qatar 2022. Cuti Romero es un marcador central de primer nivel internacional y Nico González, quien quedó desafectado de esta convocatoria por seguir dando positivo de coronavirus, le da el entrenador la posibilidad de contar con un polifuncional que le rindió con creces en tres posiciones diferentes: lateral, mediocampista o extremo por la punta izquierda.

4) Es un equipo difícil de quebrar. Más allá de sus vaivenes futbolísticos, Argentina estiró su invicto a 26 partidos con Lionel Scaloni al frente del equipo y se mantiene como el seleccionado con la mejor racha vigente a nivel mundial. La última caída fue ante Brasil, el 2 de julio de 2019, cuando perdió 2 a 0 por una de las semifinales de la Copa América que se jugó en ese país y que ganó el conjunto local. En los 26 encuentros posteriores que lleva sin perder, consiguió diecisiete victorias y nueve empates. Se trata del segundo invicto más largo de la historia albiceleste: el primero es el récord establecido con Alfio Basile, de 31 encuentros entre 1991 y 1993, con dos títulos de Copa América incluidos.

5) Los signos de madurez futbolística. Desde que ganó la Copa América en el Maracaná, el 11 de julio, Argentina mostró varios signos de mejoría. A las respuestas individuales ya mencionadas de Dibu Martínez, Cuti Romero y Nicolás González, hay que sumarle los rendimientos por lo general satisfactorios y crecientes de Nahuel Molina, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña, Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Guido Rodríguez, Giovani Lo Celso, Exequiel Palacios, Lautaro Martínez, Joaquín Correa y Ángel Correa. A grandes rasgos, los futbolistas a los que Scaloni echa mano, terminan respondiendo. Y eso también tiene que ver con un equipo que en muchos partidos evidenció un crecimiento que quedó en suspenso tras el descafeinado triunfo ante Uruguay.

Cinco motivos que generan dudas:

Argentina, con Messi entre los
Argentina, con Messi entre los suplentes, tuvo un nivel bajo ante Uruguay (Foto: Reuters)

1) Dibu Martínez es figura muy seguido. Es cierto: los arqueros están para evitar los goles en el arco propio. Sin embargo, no representa un buen síntoma el hecho de que el guardavallas del Aston Villa tenga tanto protagonismo. En un Mundial, y con rivales de una jerarquía todavía mayor a la que tienen los delanteros sudamericanos, las manos salvadoras de Martínez tal vez no sean suficientes. Por eso, cuanto menos trabajo tenga el Dibu, mejor será para el equipo.

2) La propensión a ceder la iniciativa peligrosamente. Argentina suele sentirse cómoda al concederle el manejo de la pelota al rival, especialmente si se encuentra arriba en el marcador. Cuando eso sucede, le ocurre con frecuencia que los rivales le generan bastante peligro. Y el equipo siempre camina por la cornisa. Se trata de una cuestión a revisar, más allá de que sea natural que los rivales busquen el gol al quedar en desventaja. Una cosa es jugar de contragolpe. Y otra, muy peligrosa, es retrasarse en el campo a la espera de que pase el tiempo.

3) Una convicción ganadora algo endeble. Ocurrió el viernes en Montevideo: luego de ponerse en ventaja con el golazo de Ángel Di María a los siete minutos de juego, Argentina pareció dejar de lado sus apetencias ofensivas. Jugó sin la determinación que tienen los equipos mentalmente fuertes para seguir imponiendo condiciones. El rival le manejó la pelota durante bastante tiempo y Argentina casi no volvió a llegar a posiciones de gol. Esa postura, demasiado conformista, puede costar caro frente a adversarios de mayor fuste.

4) ¿El equipo está preparado para jugar sin Messi? Ante Uruguay, el capitán jugó solamente los últimos 15 minutos. Circunscribir la floja actuación colectiva al hecho de que Messi no fue titular sería algo temerario. Sin embargo, es un tema para atender. Paulo Dybala, el encargado de reemplazarlo, aportó poco en los 45 minutos que jugó antes de salir por una sobrecarga muscular en el sóleo izquierdo. Tal vez fue víctima de la pobre respuesta del equipo, pero -más allá de eso- la realidad marca que Dybala sigue sin lograr en la Selección la influencia positiva que sí muestra en la Juventus.

5) Hay puestos en los que no sobra jerarquía. Las respuestas individuales crecieron en los últimos meses, pero así y todo existen posiciones en los que Argentina pierde en la comparación con potencias mundiales como Inglaterra o Brasil. Nahuel Molina y Marcos Acuña parecen ser los laterales titulares para Scaloni. Y en líneas generales siempre responden de manera satisfactoria, pero no brindan aún ese salto de calidad que -por caso- le dan Trent Alexander-Arnold y Ben Chilwell a Inglaterra; y Emerson, Danilo, Alex Sandro o Renan Lodi a Brasil. Nicolás Otamendi mejoró con Romero como compañero de zaga, pero hoy está en un nivel inferior al del Cuti. Lo Celso es una de las principales usinas de fútbol de Argentina, aunque lo perjudica el contrapeso de los baches que tiene en su juego.

Tal vez sea una mirada demasiado exigente, pero para aspirar a conseguir el tercer Mundial de la historia se necesita ir a Qatar con un equipo sumamente confiable en todas las líneas. Más allá de que se trate de fútbol y de que muchas veces influyen factores externos como la fortuna o las actuaciones arbitrales.

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