Un ex Vélez relató el día que Trotta le dio un “correctivo” en el vestuario

Guillermo Morigi contó una anécdota con el defensor que se consagró campeón del mundo con el Fortín

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Guillermo Morigi contó una anécdota con el defensor que se consagró campeón del mundo con el Fortín

Un equipo que se consagró campeón de la Libertadores y la Intercontinental del 94 como el Vélez de Carlos Bianchi ostentaba futbolistas de tremenda personalidad en su plantel. José Luis Chilavert, Víctor Sotomayor, Raúl Pacha Cardozo y Omar Turco Asad, entre otros. Otro de los referentes era Roberto Trotta, amado y odiado en el club por dichos posteriores a su salida. Con sus compañeros, el Cabezón también era vehemente, según relató Guillermo Morigi.

En diálogo con TNT Sports, el ex mediocampista que estaba haciendo sus primeras armas como profesional durante la época dorada del Fortín, reveló: “Yo me comí un cachetazo un día... Estaba elongando en el Polideportivo de Juan B. Justo, tenía muy buena relación con Trotta y Juan Docabo. No sé qué dije y el Cabezón me metió un correctivo como diciendo ‘nene, callate, eso no lo podés decir’. Yo como que me puse en el lugar, pensé ‘si acá no me ubico...’”.

La anécdota vino a cuenta del paralelismo con los tiempos que corren, en los que los juveniles tienen muchas más libertades e injerencia con los más grandes. “Hoy eso no existe, es muy difícil que pase. En ese momento siempre tenías uno que te decía ‘ubicate’ y no pasaba nada, todo lo contrario. Era ponerte en el lugar que tenías que estar y punto, se terminó”, comparó el actual Coordinador de las inferiores velezanas.

Guillermo Morigi durante su época como jugador de Vélez (@fotobairesarg)
Guillermo Morigi durante su época como jugador de Vélez (@fotobairesarg)

Y prosiguió con su reflexión: “Son otras generaciones, nosotros estábamos educados de otra manera. Hoy es diferente, muy diferente. Sabemos que ese tipo de cosas, si ocurren, son muy esporádicas y en casos puntuales. Es muy difícil que ocurra porque cambian las generaciones y formas de vida. No hablo de este club, pero los chicos tienen representantes desde mucho antes, se los promociona y al hincha se le genera una ilusión antes de que aparezca en Primera. Eso puede hacer trastabillar el pensamiento de los chicos cuando tienen que participar en Primera”.

Por último, el ex jugador que tuvo dos ciclos como futbolista del elenco de Liniers (del 93 al 97 y del 99 al 2002, con un paso por el Valencia de España en medio) compartió algunas apostillas de lo que fue convivir en el vestuario con aquellos cracks de Vélez en los 90: “Había que ganar y el equipo estaba a la altura. Yo me saco el sombrero, no participé mucho de esa Copa (Libertadores), pero estoy orgullosísimo de haber estado, compartido... Siempre digo lo mismo con respecto al plantel de desa época: vos podías decir lo que quieras y de quien quieras en el vestuario, que de ahí no salía. Eso es lo que siempre rescato y más me enorgullece. Eso es muy difícil de lograr. Hoy, imposible”.

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