Muchos lo saben, pocos lo recordarán en el futuro: Lucas Pratto se inició en las inferiores de Boca Juniors, donde llegó a debutar como profesional antes de hacer carrera en otros clubes del fútbol argentino y el exterior. El Oso quedó muy identificado con Vélez y, en el último tiempo, con River. Fundamentalmente después de haberle convertido dos tantos justamente al Xeneize en las finales de la Copa Libertadores 2018. En la sección Líbero Versus, de TyC Sports, habló sin tapujos de su idolatría por Martín Palermo cuando era chico y por qué perdió el fanatismo por la Azul y Oro.
“Yo me cortaba el pelo como Palermo. No por cómo jugaba, sino por lo que representaba. Me pasaba con Maradona. Cuando era chico, era hincha de Boca. Crecí con Martín y Guille (Barros Schelotto). Martín era un modelo a seguir. No me teñirme el flequillo, pero me cortaba el pelo como él”, reveló Pratto, quien también contó que de chico lo llamaban “Beto” porque cuando gambeteaba se relataba a él mismo diciendo “la lleva el Beto”, por Márcico y Carranza, figuras de Boca en los 90.
Con el correr del tiempo, el Oso conoció a Palermo, quien facilitó la prueba en la que quedó en las inferiores xeneizes: “Tenemos una relación especial. Lo invité a mi casamiento. Nunca me juzgó, nunca me dijo lo que tenía que hacer. Dejó que hiciera mi camino. Cuando me fui a River, no me dijo nada. Me deseó éxitos por medio de su representante. Después de la segunda final en Madrid, me felicitó, aunque él quería que ganara Boca”.
En medio de las finales de aquella recordada Libertadores 2018, Pratto y Palermo coincidieron en un asado: “Fue en la casa de mi representante. Nunca me había juntado con él antes de un partido tan importante. Yo le decía ‘vení Martín, vamos a tocarte a ver si me das un poco de gol’. Martín no sabía qué hacer. Lo toqué un poco, aunque ya había hecho un gol en la primera final, me dio suerte en la segunda”.
¿En qué momento Pratto perdió el fanatismo por Boca? “Tuve un problema. Capaz está mal. Cuando la gente que está adentro de un lugar te hace sentir mal, le perdés amor a ese lugar. Lamentablemente lo representan”, comentó. El quiebre fue después del partido en el que Boca le ganó a Banfield por la última fecha del Apertura 2009, en el que el Taladro se consagró campeón en la Bombonera. El delantero que por entonces tenía 21 años había ido al banco de suplentes y, en el vestuario, un dirigente (optó por preservar su nombre) se acercó para decirle que debía irse a préstamo a Platense, que peleaba por la permanencia en la B Nacional.
“Quería mucho al club. Con el Coco (Basile) iba mucho al banco. Pero se empezó a manchar todo lo bueno, empecé a perder el cariño. Al dirigente le dije que no, que esperara, que quería decidir yo también y no era un buen momento ese para hablar. Ahí decidí irme a Unión”, detalló. A la hora de definir su simpatía por algún equipo en la actualidad, nombró a Vélez y River pero se inclinó por el Fortín: “Cuando no estuve, el sentimiento era por Vélez”. Y explicó por qué no dudo en firmar con River cuando se le presentó la chance: “No estaba identificado con Boca. No había tenido la oportunidad como me pasó en Tigre y Vélez de jugar en Primera continuamente. Había tenido una charla con Marcelo (Gallardo) cuando estaba en Vélez. Le había planteado que si River ponía el dinero que quería Vélez, iba con él. River no quiso invertir lo que Vélez necesitaba y después sí hizo un esfuerzo grande”.
De Núñez se terminó marchando por algún cortocircuito con el Muñeco, aunque aún así le guarda afecto: “Gallardo es algo especial como persona. Es diferente, tiene una energía diferente. Para la gente de River es lo máximo y se lo ganó. Él me quería usar de una forma que yo no quería y cada uno tomó su decisión, pero no quiere decir que haya sido mala o que yo esté dolido. Me gustaría charlar con él por la relación que teníamos y porque siempre fuimos personas que nos respetamos mucho. Pero si no pasa, no es que estoy enojado”.
Aunque a la hora de elegir al mejor técnico que tuvo en su carrera optó por Ricardo Gareca, sí señaló a Gallardo como el mejor estratega. Y puntualizó sobre la charla que brindó el DT en las semifinales de la Libertadores 2018 contra Gremio en Porto Alegre: “Pocas veces nos había dicho lo que nos dijo ese partido, porque estábamos jugando muy bien pero perdíamos 1-0. Dijo que siguiéramos así y que confiemos en nosotros porque si hacíamos un gol, lo dábamos vuelta. Y bueno, pasó lo que dijo él. Es un estratega de la puta madre”.
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