La decisión de Juan Román Riquelme de bajar a los futbolistas de Boca del micro para dialogar luego de la derrota por 1 a 0 ante Gimnasia Esgrima La Plata en La Bombonera generó una grieta. Uno de los que se manifestó en contra del accionar del vicepresidente del Xeneize fue Oscar Ruggeri. Los dichos del Cabezón no le cayeron bien al ‘10′, quien no dudó en contestarle.
Ante semejante revuelo, Alejandro Fantino, conductor en ESPN y ex periodista partidario de Boca, se metió en la interna y en su programa de televisión rememoró el día que se peleó con Carlos Fernando Navarro Montoya.
“A mí me vino a buscar un jugador y me mostró mucha hidalguía. Nos fuimos a pelear. Fue con Navarro Montoya. Yo lo mataba, lo destrozaba. Decía barbaridades. Era la época de Bilardo en Boca. Era un momento que Boca no andaba bien”, comenzó su relato en FC Show. Y luego, añadió: “Boca perdió 3 a 1 en Corrientes. En la trasmisión pido al aire que traigan la llave para abrirle las esposas que tenían amarrado al Mono contra los palos. La mujer lo escuchó y se lo contó”.
El arquero, al enterarse de lo que había acontecido durante la transmisión, no dudó en encarar a Fantino. “Estábamos comiendo en un restaurante al lado del río. De golpe siento un brazo, una toma mata león, que me agarra de atrás, y me dicen ‘forro, seguís hablando al pedo. Forro’. Miro y (Roberto) Leto, que estaba atrás, le dice ‘Mono, pará’. Cuando nos vamos para atrás, como para surtirnos, Bilardo le grita a Leto para pararnos”.
“Todo el restaurante se paró. Lo miro, él me mide. Y cuando lo miro a los ojos, como para pegarme, levanto la vista y viene uno limpiándose la boca con el brazo. Ahí dije ‘morí acá’. Era Gabriel Cedrés, que tenía fama de haberse agarrado con un plantel de los Pumas y haber sacado a tres por la ventana”, rememoró.
“Mirá lo grande del plantel de Bilardo. Cuando dijo ‘vamos a arreglar las cosas’ pensé que se terminaba acá. Nos abrieron las puertas para pelear al lado del río. A pelear, los dos solos, mano a mano. Cuando estábamos al lado del río, caminando, pensé ‘listo, nos vamos a cagar a trompadas’. Cuando llegamos me pidió explicaciones, pero bien, muy educado. ‘Sí, la verdad que soy un boludo’, le dije. No es que me achiqué, me pareció que el flaco estuvo bien en pedirle las explicaciones. Pero hubo un momento de tensión”, soltó.
Para culminar la anécdota, Fantino le envió un mensaje a Oscar Ruggeri y Juan Román Riquelme: “Esto al Cabezón no se lo vi nunca. Y a Riquelme tampoco. No lleguen a esto, porque está mal. Boquearse públicamente no les hace bien a ninguno de los dos. Ni a Oscar, que es muy querido por la gente, y tampoco a Román”.
Vale recordar que el campeón del mundo en México 1986 criticó con dureza al mandatario xeneize. “Es una vergüenza. Porque si yo estoy caliente en la tribuna porque mi equipo no está haciendo nada y les pagamos una fortuna y los tenemos al día y están tan mal en la cancha, yo bajo caliente al vestuario y los espero en el vestuario. Riquelme lo hubiese sacado cagando del micro. Entre nosotros que somos jugadores de fútbol no se hacen esas cosas. Somos jugadores de fútbol, déjense de romper las pelotas los del Consejo. Déjense de romper las pelotas, seguimos siendo jugadores de fútbol, hagan las cosas bien. ¿Qué es esto de mandarse en cana?”. Y luego, añadió: “Esto no está bien para la profesión, no está bien. Más allá de que fue un mostro (sic). Como jugador, allá arriba. Como tipo... defraudado total. Menos mal, gracias a Dios que no fuimos compañeros. No me gusta tener un compañero así. Más allá de que te podía hacer ganar un partido, no me interesaba. ¿Tener un jugador así? no. A mí no me representa”.
Tras estas palabras, el ídolo de Boca recogió el guante y no dudó en enviarle un mensaje al Cabezón: “Cada uno es libre de decir lo que quiera. A mí me cuentan todas las cosas, yo miro poca tele. A mí me enseñaron a vivir de una sola manera. Si sale un amigo mío o me dice en la cara que lo defraudé, me pondría mal. Sé que ese amigo a mí me quiere y yo lo quiero. Si viene un familiar y me dice que lo defraudé, me pongo mal. Porque sé que ese familiar me quiere y yo lo quiero. Ahora si lo dice una persona que no tengo relación, no me causa nada. No puedo defraudar a una persona que no tengo relación. Es tan simple como eso. No le doy mucha vuelta a la vida. Vivo muy simple, me enseñaron a vivir de esa manera. No es tan difícil esto. Vivo tranquilo porque no le hago mal a nadie. Trato de ser simple cuando contesto, simple en mi vida y cuando una persona que uno no tiene relación sale a decir esas cosas, no me causa nada. Lo que dice este muchacho para mí no cuenta. Es tan simple como eso”.
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