La última presentación de Boca ante Gimnasia de La Plata en La Bombonera arrojó un manto de preocupación en el mundo xeneize. Es que el equipo que dirige Sebastián Battaglia cayó por 1 a 0, pero lo más llamativo se instaló en la carencia de ideas ofensivas que atentó contra los deseos de sumar de a tres para recortar distancias con River en la lucha por el campeonato.
Por lo tanto, cuando Juan Román Riquelme le pidió al plantel que bajara del micro que los trasladaba a la concentración, para reunirlos y hablarles durante diez minutos en el vestuario se generaron muchas versiones sobre la tensión que se vivió en el improvisado encuentro. “No me sorprenden las cosas que se inventan, porque siempre pasó en el mundo Boca. Román conoce muy bien el club y nos brindó un apoyo absoluto. Cuando asumimos estábamos lejos de clasificar a la Libertadores y hoy estamos mucho más cerca. Es una lástima que la gente crea cosas que no pasan. Lo de Román fue algo muy positivo para el grupo”, dijo el entrenador en una conferencia de prensa improvisada junto al capitán del equipo.
“Él es una autoridad del club que decidió en ese momento darnos su apoyo. Por eso se dio así. Nos dio su parecer del momento que estamos viviendo y de la unidad que tenemos que tener porque vamos a jugar un partido muy importante en la Copa Argentina”, argumentó el estratega con la intención de minimizar lo sucedido el sábado pasado.
En la misma sintonía, Carlos Izquierdoz también se expresó frente a los micrófonos y destacó: “No nos fuimos conformes después del partido con Gimnasia. Lo que pasó en el vestuario con Román es algo que pareciera que ustedes (en referencia a los periodistas) se enteran más que nosotros. Dijeron cosas que no fueron así. Él nos llamó para darnos sus palabras de apoyo y para recuperarnos de lo que había pasado. Nos brindó su confianza para el partido que se nos viene, que será muy importante. Escuchamos versiones sobre unos gritos que no se dieron. No entiendo la necesidad de mentirle a la gente, pero nosotros nos tenemos que enfocar en lo que va a pasar el miércoles”.
“A veces nos reímos de las cosas que se dicen. Estamos acostumbrados y tratamos de ignorarlos. Al contrario de lo que dijo la prensa, sentimos su respaldo porque estamos en contacto permanentemente. Tal vez hizo un poco de ruido que los muchachos bajaran del micro, pero fue una charla muy positiva. Ahora apuntamos a trabajar para lo que viene, porque hay un lindo grupo. No queremos que lo que dicen afuera nos afecte”, completó el Cali.
No es la primera vez que los protagonistas toman como enemigos a los cronistas. El impulso de Juan Román Riquelme, con esa llamativa postura de llamar a los jugadores cuando estaban a bordo del bus no sumó en ningún aspecto positivo. Tal vez, el ídolo popular podría haberse trasladado al hotel donde se concentra el plantel y realizar la reunión en privado con todo el grupo. Una muestra de poder que debilitó la imagen de Battaglia.
El próximo miércoles el Xeneize se jugará el único objetivo que le queda en el semestre. Su compromiso frente a Argentinos en Mendoza, por las semifinales de la Copa Argentina, podrá ser determinante. En dicho encuentro se sabrá si realmente fue efectiva aquella reunión que tanto ruido provocó en los pasillos de La Bombonera.
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