El Vélez de Carlos Bianchi es uno de los equipos más recordados del fútbol argentino. Y dentro de sus figuras resalta la de Omar Asad, un delantero que a fuerza de goles se convirtió en uno de los grandes ídolos de la institución de Liniers. El Turco fue el autor del gol del 2-0 en la recordada Copa Intercontinental de 1994 que el Fortín le ganó al Milan en Japón y su gran actuación en aquel partido derivó en una divertida anécdota que recordó 27 años después.
“Había tanta confianza en que íbamos a hacer un gran papel que unas semanas antes Bianchi tocó ese tema. Nos dijo: ‘Aparte de salir campeón, tenemos un premio y si lo logra alguno de ustedes vamos a repartirlo entre todos los que viajan y los que se quedan’”, relató Asad y destacó que todos los integrantes del plantel estuvieron de acuerdo con la propuesta del Virrey.
Después de aquel histórico triunfo ante el Rossonero de Fabio Capello en Tokio, el Turco -que por entonces tenía 19 años- fue elegido como la figura del partido y se llevó como galardón el lujoso automóvil. “Yo tenía un 147 y me dieron una Ferrari, me quería morir”, contó entre risas sobre el vehículo, que en realidad era de la marca Toyota.
“Cuando quise hacerme el malo para no largarlo me pegaron una apretada en el vestuario mis compañeros”, reveló el actual entrenador. Entre los más exaltados por su actitud estuvieron José Luis Chilavert, José Turu Flores y el propio Bianchi.
Sobre aquel episodio que ocurrió cuando volvieron a Buenos Aires, rememoró: “Cuando llegó a Vélez, la vi y era una cupé roja, imaginate…Yo llegué con mi ‘batatita’ blanca y dije ‘Ese es mi auto’. Estacioné al lado, veía los dos y me quería morir. La toqué, la quise abrir y me dijeron que no. Ni entré, no la toqué nunca...”.
“Me fui al vestuario y me hice el guapo. Estaban Chilavert, Bianchi, el Turu y dije : ‘El auto que está allá es mío, no lo reparto’. Ahí me dieron”, relató Asad, quien finalmente aceptó rifar el auto. ”Hicimos como mil números y se vendieron todos. Se hizo una cena gigante y sacamos un montón de plata para todos”, concluyó.
La historia, de todos modos, tendría un final feliz para el Turco, que tiempo después lograría cambiar su viejo 147 por un vehículo más moderno.
Asad, de 46 años, desarrolló toda su carrera como jugador en Vélez y, tras su prematuro retiro por una lesión en el 2000, comenzó su etapa como entrenador. Estuvo al frente de equipos como Godoy Cruz, San Lorenzo, Atlas y Monarcas Morelia (México), Olimpia (Paraguay), Aucas (Ecuador) y San José (Bolivia). Su último club fue Always Ready, también del país del altiplano, del que se fue en julio de este año.
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