El cambio radical en la vida del hijo de Santiago Lange: de ganar el oro olímpico con su padre a salvar los océanos

Yago fue uno de los responsables en contribuir con la gesta histórica que logró su padre junto a Cecilia Carranza en los Juegos de Río. Era una promesa deportiva, pero decidió modificar su rutina y hoy lidera diversos proyectos ambientalistas que involucran a más de 30 países

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Santiago Lange junto a sus
Santiago Lange junto a sus hijos Yago y Klaus en el Club Náutico de San Isidro. (Foto: Gustavo Cherro/ RB Content Pool)

Yago Lange nació, se crió y creció en las aguas en las que su padre Santiago forjó su legendaria carrera deportiva. Comenzó a caminar casi al mismo tiempo en que empezó a dar sus primeras brazadas. Y el amor por las regatas fue una herencia anticipada que le regaló el medallista olímpico.

Él fue uno de los responsables que contribuyó a la gesta histórica que logró su papá junto a Cecilia Carranza en Río de Janeiro. Como integrante del equipo argentino que se subió a lo más alto del podio, fue parte de la delegación nacional que pisó fuerte en territorio carioca.

En la Bahía Guanabara de Brasil notó que algo no andaba bien. “El agua estaba super contaminada y con mi hermano (Klaus) no lo podíamos creer. Si bien nuestro objetivo era contribuir para ganar la medalla, no queríamos ver eso. Igualmente, recién hice el cambio en 2018, cuando empecé con las limpiezas. Me hizo un click en la cabeza porque no podía entender que siguieran pasando esas cosas. Había que hacer algo para solucionar ese problema”, dijo en diálogo con Infobae.

Hace más de tres años que Yago Lange decidió cambiar de vida. Atrás quedaron los viajes por el mundo para disputar las competencias internacionales, dado que en el último tiempo se instaló a las afueras de Mar del Plata para acompañar los diversos proyectos ambientalistas que surgen de Parley for the Oceans, entidad encargada de organizar limpiezas en las costas del Río de la Plata y el océano Atlántico en diferentes puntos de la Patagonia, como así también la realización de campañas de concientización.

Como director de la organización sin fines de lucro que involucra a 30 países, Yago encontró su nuevo eje en el sector educativo con la misión de preservar las aguas y el medio ambiente. “Estamos en muchas regiones del país, pero también en el exterior. Nos vinculamos también al compost comunitario y desde el año pasado comencé a trabajar en el reciclado de residuos, porque la idea es convertir en tierra toda la basura orgánica que generamos”, explicó.

Yago Lange focalizado en sus
Yago Lange focalizado en sus metas ambientalistas

Si bien las escuelas volvieron a la presencialidad, el ex atleta olímpico realizó constantes encuentros virtuales durante la pandemia en los que participaron cerca de 16.000 chicos.Fue un cambio radical y necesario. Todos los que tenemos un contacto estrecho con el agua vimos cómo creció la contaminación con el paso de los años. La idea fue levantar la voz y explicar lo que uno siente, porque ¿qué sentido tiene seguir compitiendo representando a la Argentina y conocer nuevas culturas si el lugar en donde desarrollo ese deporte está cada vez peor? No me podía quedar de brazos cruzados. Si bien hoy extraño la competencia y los beneficios que me generaba, también disfruto de todos los proyectos que integro, porque mantengo un vínculo con el agua desde un lugar que es súper necesario para protegerla”, analizó.

Además, Yago será uno de los jurados que considere los proyectos de Red Bull Basement desde un ángulo de sustentabilidad, que consiste en un programa global que ofrece recursos para emprendimientos de estudiantes universitarios para que construyan las tecnologías del futuro y aprovechen todos los recursos ofrecidos como talleres, tutorías y hasta eventos de networking, entre otras actividades. “Es una alegría poder acompañar a las personas que cuentan con buenas intenciones para colaborar y encontrar nuevas soluciones a un problema que afecta a todo el mundo”, subrayó.

Fomentar la conciencia social es uno de sus principales objetivos, debido a que la contaminación “es un tema que está en aumento, y lo ideal es que cada uno pueda contribuir desde su lugar”. “No hace falta ser un ambientalista para ayudar al planeta. Hoy es un problema que va en aumento y requiere de mayores cambios que no sólo deberían darse desde la política o instituciones internacionales, sino desde el propio ciudadano. Antes mi desafío era afrontar una regata, pero hoy trato de vincularme con comunidades para contribuir en las soluciones que se puedan encontrar”, argumentó.

El ex atleta en pleno
El ex atleta en pleno proceso de limpieza

Naturalmente, sus conversaciones cotidianas con su padre representan una motivación constante en su nueva rutina. Su relación siempre estuvo amparada en el agua. Desde los días cuando vivían en un barco, hasta las extensas jornadas de competencia que derivaron en la gloria olímpica. “Tenemos muchas charlas sobre esta situación. Él está muy orgulloso de lo que estoy haciendo. Sobre todo por los cambios que propuse en la comunidad náutica internacional. Durante la pandemia se logró disminuir la contaminación. Antes esas situaciones me sacaban del eje en las competencias y no podía entender lo que estaba pasando. Hoy con mi viejo nos inspiramos mutuamente, porque sabemos que estamos conectados también desde el ambiente que compartimos. Nuestra pasión son los océanos”, reveló.

Tanto con mi viejo, como con mi vieja, tuve la posibilidad de vincularme desde muy chico con la naturaleza. La infancia en el barco me recuerda que se puede vivir con algo muy simple. Me da mucha pena ver que los ríos en los que nadaba de chiquito estén todos contaminados. Imaginate que un joven se encuentre con la habitación de su infancia repleta de mugre… ¡Es indignante! A mí me pasa eso con el río. Por eso deposito toda mi energía para cambiar esta triste realidad”, agregó.

Si bien el ex atleta considera que hubo un desbalance en su carrera deportiva porque antes de cada regata se esforzaba por tratar de limpiar las turbulentas aguas invadidas de basura, el joven Lange prefiere mirar el vaso medio lleno y se conforma con la concientización colectiva que impuso gracias a sus iniciativas. “Hoy miro a la mayoría de mis rivales y a gente de la comunidad náutica que está más involucrada con los proyectos que propongo”, sostuvo con orgullo.

Sus días como regatista quedaron
Sus días como regatista quedaron en el pasado

Sin embargo, sabe que todavía queda mucho trabajo por delante porque “lamentablemente los valores de contaminación no están disminuyendo”. “En el Río de la Plata es impresionante la cantidad de basura que aumenta día a día. Hace unas semanas estuvimos en una isla desierta de la Patagonia y acopiamos 10 toneladas de residuos. Y en la isla de al lado, más de 20. Nosotros no creemos que las limpiezas sean la solución final, sino que son una plataforma de educación para llamar la atención de lo que está pasando. Hay que evitar la cantidad de plástico descartable y cuidar los lugares que queremos”, enfatizó con la misma tenacidad que imponía en las regatas.

Para Yago Lange,las catástrofes naturales que se están observando en todo el planeta se deben a la falta de conciencia”. Y su tarea está focalizada en transmitir un mensaje que beneficiará a todos.

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