Emiliano Martínez (6): tapó el tiro libre de Lapadula en el primer tiempo y luego exhibió seguridad en los centros desde los costados y en la salida. Le sancionaron un penal por una falta a Farfán cuando en realidad fue el peruano el que inició el contacto. Yotún remató al travesaño con los hinchas cantando “el Dibu se lo come”. La psicológica, esta vez, la propuso la tribuna.
Nahuel Molina (7): pasó mucho al ataque y su obstinación tuvo premio: edificó la pared con De Paul, que lo puso a correr para que habilitara a Lautaro Martínez en el 1-0.
Cristian Romero (6): una clase de timming y anticipo, siempre con buen pie para conducir; un combo que levantó al público más de una vez. Se lo devoró a Lapadula, al punto que Gareca lo reemplazó. Dos lunares en el partido: el mal cálculo de arriba en la acción que el italiano luego controló en el área -lo salvó el retroceso de De Paul- y arrancó un segundo tarde en la corrida de Farfán que derivó en el penal.
Nicolás Otamendi (6): desde la irrupción de Romero, su nivel levantó notablemente. Muy bien en el juego aéreo, se anima a jugar por abajo, responsable junto al resto de la defensa de que Perú casi no llegara a los dominios de Martínez.
Marcos Acuña (5): descarga permanente por izquierda, aunque menos influyente que en otros partidos. Además, lo logró cerrar bien las acciones en las que desbordó. En su favor: Perú no inquietó por su banda.
Rodrigo De Paul (7): aún en un partido difícil para el mediocampo ante el juego cortado que propuso la visita para dinamitar las virtudes de Argentina, fue el jugador más claro del dueño de casa. Construyó la jugada del gol con la pared con Molina, ayudó en la marca volviendo hasta el área propia (el cierre ante Lapadula vale como testimonio), y ofreció pase limpio.
Leandro Paredes (6): intentó desde sus botines sensibles limpiar el juego, sobre todo en el primer tiempo, donde Argentina fue total dominador de las acciones. Le dio buen destino a la pelota y es puntal en la presión alta. La Selección perdió el balón en el complemento y ahí sufrió el ex Boca. Scaloni lo reemplazó por Guido Rodríguez.
Giovani Lo Celso (5): tras el partido consagratorio ante Uruguay, fue el que más padeció el campo minado de Perú. Sin tiempo para pensar ni espacio para recibir, no trascendió. Apenas algún diálogo fructífero con Messi.
Lionel Messi (6): más allá de ofrecer pinceladas de su talento, fue otra víctima de la encerrona de Perú. Por momentos impreciso, Gallese le tapó un tiro libre en el segundo tiempo y entregó un par de pases profundos con su sello que pudieron convertirse en llave del gol, sobre todo en el primer tiempo.
Ángel Di María (6): de lo más peligroso de Argentina en el comienzo, por fe y zancada. Casi abre el marcador a los tres minutos y llegó con peligro otras dos veces en el primer tiempo. En el segundo dejó de ser abastecido e ingresó Nicolás González en su lugar.
Lautaro Martínez (7): con un cabezazo de alto impacto, abrió el marcador para Argentina tras el centro de Molina. Peleó todas y el arquero Gallese le cometió un claro penal que el árbitro Sampaio (y el VAR) ignoraron.
Guido Rodríguez (6): cumplió con la misión que le encomendó el DT, es decir, reordenar el equipo desde un 5 posicional. Argentina no sufrió.
Nicolás González (6): correcto. Con los pulmones llenos, hizo la banda y aportó empuje y sacrificio.
Exequiel Palacios y Joaquín Correa: para cerrar el partido.
Lionel Scaloni (6): planteó el partido con la enjundia habitual de Argentina, pero le costó romper el plan de Perú, sobre todo después del gol anulado a Cuti Romero. Supo ajustar a tiempo tras el penal fallado por Yotún: con Nico González y Guido Rodríguez, cerró el partido.
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