La Scaloneta de la gente: lo que no se vio de la goleada de Argentina a Uruguay y los jugadores más ovacionados por la hinchada

El público vivió una fiesta en el Monumental en un encuentro que puso a la Albiceleste a un paso de la clasificación al Mundial de Qatar

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La hinchada jugó su partido
La hinchada jugó su partido en las gradas del Monumental (Franco Fafasuli)

Lejos quedaron los tiempos de apatía del público que “no era del fútbol” y por eso iba a ver a la Selección. En épocas de barbijos, la Argentina contagia entusiasmo, Messi es el epicentro de la pasión del hincha y la Scaloneta funciona a champagne. Como ocurrió ante Bolivia, la gente jugó su papel.

Quienes pudieron asistir al Monumental para el duelo ante Uruguay se mostraron como dueños absolutos de un equipo que durante varios meses recibió críticas de sectores que cuestionaban el proyecto de Lionel Scaloni. Claro, en ese entonces, la pandemia había cerrado los estadios y las tribunas se quedaron sin voz ni voto. Por eso, desde las redes sociales se inició una batalla -invisible para quienes no forman parte de ellas- que con el regreso del aforo ha quedado clara quién la ganó. El tiempo les dio la razón a los fanáticos que hoy inflaron con orgullo su pecho y alucinan al sentirse partícipes de lo que ven en el terreno de juego.

Desde que las puertas se abrieron a las 17:30 y las tribunas de a poco empezaron a teñirse de blanco y celeste, se notó una atmósfera de fiesta impulsada por la confianza hacia un equipo que transmite seguridad y se ha ganado el amor del hincha.

El primer ovacionado de la noche fue Emiliano Martínez, el hombre que provocó que Dibu dejase de ser sinónimo de un dibujo animado y pasara a ser un referente del equipo de Scaloni. Después de que los arqueros salieran a calentar, fueron el resto de los jugadores los que saltaron al nuevo césped del estadio de River Plate. Nadie quedó sentado entonces, porque había que ponerse de pie para cantar por el Diez. Messi recibió el cariño y la reverencia que años atrás sólo se le hacía en el Campo Nou. Después llegaron los cánticos de campeón, y las famosas estrofas contra Brasil e Inglaterra que ponen a los hinchas a saltar.

rodrigo De Paul fue uno
rodrigo De Paul fue uno de los más ovacionados por el público (Reuters)

Cuando la voz del estadio anunció la formación, hubo Cabildo Abierto en el Monumental y quiénes se llevaron las grandes ovaciones, además de Messi, fueron Dibu Martínez, Ángel Di María, Rodrigo De Paul y el propio Lionel Scaloni. En segundo orden quedaron Lautaro Martínez, el Papu Gómez y Cuti Romero. Como era de esperarse, el público de River Plate se hizo notar también cuando fueron los turnos de Gonzalo Montiel, Julián Álvarez y Franco Armani.

Con el encuentro iniciado, en el minuto 10 la gente se olvidó un rato del partido y recordó a su máximo ídolo. Hubo gritos por Diego Armando Maradona, héroe indiscutido de la Albiceleste.

A los 20 minutos, Dibu Martínez ya era la figura de la Selección por sus intervenciones, cada una de ellas festejadas como un gol por la hinchada que respondió coreando su apodo en cada tapada. Sin dudas, el arquero tiene la confianza al máximo y a los fans metidos en el bolsillo.

Con el correr del tiempo, ambos equipos tuvieron sus chances, pero la falta de precisión les impedía romper el cero. Atento a este detalle, el público tardó solamente 35 minutos en pedir por Di María. Ángel, tanto tiempo resistido, se convirtió en uno de los favoritos después de aquel gol ante Brasil en la epopeya en el Maracaná.

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Dibu Martínez se ganó el amor de la gente tras la Copa América y ante Uruguay fue una de las figuras (Franco Fafasuli)

Antes de los 40 minutos fue Messi el que filtró un pase para la diagonal de Nico González, quien no pudo desviar la pelota, pero su intento confundió a Fernando Muslera y el balón, sin que nadie más lo tocara, entró manso por el segundo palo. La explosión fue inmediata. Por fin llegó el 1-0 y la gente pudo desahogarse con el grito más hermoso del mundo. Gol, aplausos y se coreó el ya tradicional: “Que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”.

La fiesta pareció guionada porque un rato después, tras otra gran acción colectiva -ayudada por algunos rebotes- cayó el 2-0. Fue De Paul, -peón de Scaloni convertido en un rey- el que marcó y se llevó el merecido “Rodrigo, Rodrigo”, que bajó desde los cuatro costados del Monumental. Ya no había dudas. La Scaloneta estaba en marcha y por eso también se cantó por el entrenador. Aplausos, olé y fútbol champagne para la Argentina.

En el complemento, Uruguay tuvo que romper su libreto y fuera de su zona de confort hizo un triste papel. Con el tercero de la Argentina el público se despabiló, tras el adormecimiento que significa el entretiempo, y el volumen de las gargantas llegó a su pico con la salida de De Paul y el ingreso del jugador más pedido, Di María. Ambos ovacionados.

Es que para ese entonces las tribunas se movían de un lado al otro al ritmo del baile del campo de juego. Cada una de las cabeceras del estadio luchaba por imponer su cántico, entre gritos de campeón y más y más ovaciones. Había tanto para aplaudir que a la gente no le daban las manos.

La Selección goleó 3-0 a Uruguay, lleva 24 presentaciones sin derrotas, jugó su mejor partido en estas Eliminatorias -y tal vez de todo el ciclo- y por eso la ansiedad por el inicio del Mundial de Qatar, al que el combinado nacional irá salvo una catástrofe, se sintió en cada espectador, que no conforme con ganar la Copa América ya piensa en dar la vuelta olímpica más ansiada en 2022. Empujada por su público y con nafta champagne, la Scaloneta anda cada vez mejor.

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