En un Monumental enfervorizado, el grito atronó por primera vez en los casi siete años y medio que lleva como técnico del equipo: “Olelé, Olalá, Gallardo es de River, de River no se va”. Imperativo, el canto se pareció más a un ruego que a una sentencia. Los hinchas saben que Marcelo Gallardo todavía no decidió qué será de su futuro a partir del 1 de enero y el domingo, en la victoria 2 a 1 de la Banda en el Superclásico, comenzó el plan para intentar seducirlo con su amor desde las tribunas. El “Muñeco” todavía no ofrece indicios sobre si aceptará renovar su contrato, una incertidumbre que les carcome la cabeza a los simpatizantes millonarios. Por si acaso, la dirigencia comienza a poner sobre la mesa una lista de posibles candidatos a sucederlo.
“Marcelo ya sabe que queremos continuar por el mismo camino, pero dejamos que se tome su tiempo para resolver si va a seguir. Mientras tanto, pensamos en el futuro con la idea de continuar con el proyecto actual, que obviamente lo involucra a Marcelo”, afirman por lo bajo desde el oficialismo que comanda Rodolfo D’Onofrio, cuya gestión finalizará en diciembre, al igual que el contrato del entrenador más ganador de la historia de River.
En River habrá elecciones el sábado 4 de diciembre y el candidato a presidente por el oficialismo es Jorge Brito. Tanto él como los otros cuatro candidatos a conducir el club (los opositores Antonio Caselli, Carlos Trillo, Matías Barreiro y Luis Belli) desean la continuidad del “Muñeco”. En ese sentido, el arco político de River no ofrece grietas: Gallardo es el Dios del presente riverplatense y todos quieren contar con sus servicios, el mejor paraguas protector para cualquier Comisión Directiva.
Muchas especulaciones comenzaron a tejerse el domingo, en pleno festejo por el triunfo ante Boca. La imagen de Gallardo observando festejar a sus jugadores en el centro del campo de juego, acompañado por una parte de su cuerpo técnico (el ayudante de campo Matías Biscay, el preparador físico Pablo Dolce, el kinesiólogo Jorge Bombicino y el médico Pedro Hansing) despertó especulaciones de todo tipo entre los hinchas y también entre la prensa. Que esa imagen en la que se dejó ver con los ojos vidriosos era sinónimo de una despedida cercana. Que el cariño de la gente es el combustible emocional que lo hará seguir un tiempo más. Que esa mirada perdida en el horizonte era la de un hombre que repasaba siete años de gloria como quien sabe que le queda poco tiempo en ese lugar. Que su proyecto todavía está inconcluso y que en ningún otro lugar del planeta estará tan cómodo y a gusto como en River, al que en 1997 -en sus tiempos de futbolista- él mismo definió como “uno de los cinco clubes más importantes del mundo”.
Hoy, la única certeza es que Gallardo, quien está en los planes nada menos que del Barcelona español, aún no tomó una decisión sobre qué será de su vida laboral a partir del 1 de enero. Reservado como pocos, ni siquiera los integrantes de su cuerpo técnico saben si seguirán teniendo trabajo el año próximo. “Está enfocado en tratar de ganar el campeonato local. Por ahora no habla del futuro”, afirman quienes más conocen al técnico. Pero por las dudas siguen actualizando un listado de posibles reemplazantes entre los que se encuentran Alexander Medina, Eduardo Domínguez, Martín Demichelis, Germán Burgos, Eduardo Berizzo y Hernán Crespo.
La actual dirigencia de River aguarda con ansiedad que Gallardo resuelva si seguirá en el cargo. “No sabemos qué va a pasar, pero estamos trabajando como si el proyecto fuera a continuar”, insisten. Y por lo bajo reconocen que si el “Muñeco” decidiera correrse del centro de la escena (siempre dijo que el día que se vaya de River se tomará al menos seis meses sabáticos), los candidatos a sucederlo están en una servilleta a la que Infobae tuvo acceso: el “Cacique” Medina (Talleres de Córdoba), Eduardo Domínguez (Colón de Santa Fe), Demichelis (conduce al segundo equipo del Bayern Munich), el “Mono” Burgos (desocupado), Berizzo (Paraguay) y Crespo (San Pablo). De los seis, solo Medina y Domínguez no tienen antecedentes en el club, aunque el actual técnico de Colón comparte representante con Gallardo: Juan Berros.
Si el oficialismo gana las elecciones, ya anunció que Enzo Francescoli continuará como manager o secretario técnico del club. Y a su nombre nunca hay que descartarlo para dirigir al equipo: en 2017, cuando el propio Gallardo dudó mucho en renovar su contrato, Rodolfo D’Onofrio pensó en el uruguayo y éste dejó abierta la posibilidad de hacerse cargo del equipo, algo que finalmente no ocurrió porque el “Muñeco” siguió siendo el técnico.
No son pocos los que, en los pasillos del Monumental, consideran a Matías Biscay como candidato potable e idóneo para suceder a Gallardo. Porque sería un modo de continuar con el método del “Muñeco” y porque el ayudante de campo principal del técnico conoce el club a la perfección. Curiosidades del ciclo de Gallardo, Biscay fue quien tuvo el equipo a su cargo en las últimas dos finales de la Libertadores ganadas por River por sendas suspensiones del entrenador: en 2015 y 2018. Sin embargo, Biscay por ahora no tiene pensado separarse laboralmente de su amigo.
Por lo pronto, la letra fría del contrato de Gallardo dice que le quedan menos de tres meses como técnico de River. Los dirigentes piensan que a más tardar a mediados de noviembre, el “Muñeco” dará a conocer si continuará en el cargo. Como fuere, el técnico dijo más de una vez que el día que se vaya, lo hará saber con anticipación para que los dirigentes puedan buscar a su reemplazante sin apremios y con margen para una transición razonable, que no sea a las apuradas.
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