Los laberintos de la herencia de Acero Cali: dos sociedades, una colección de autos de lujo y propiedades que no están a su nombre

El ex campeón mundial de kickboxing murió el domingo a los 49 años en una habitación de hotel en La Pampa, adonde había viajado como organizador de una velada de boxeo

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Acero y una de las tres Ferraris que tuvo. Y una moto, parte de su colección de vehículos
Acero y una de las tres Ferraris que tuvo. Y una moto, parte de su colección de vehículos

Jorge Acero Cali se mostraba exultante cada vez que se enfrentaba a los micrófonos o se sumergía en las redes sociales. Su sociedad con el ex boxeador Marcos Maidana en Chino Maidana Promotions lo tenía entusiasmado. De cara a la organización de la velada del último sábado por la noche, en el estadio de Estudiantes de Santa Rosa, viajó con el ex pugilista y parte del staff a La Pampa. A diferencia de una mitad del equipo, optó por pernoctar en el hotel La Campiña (lo mismo que el citado Chino, el doctor Walter Quintero y el Tano Ricci, su compañero de cuarto), para regresar manejando a Buenos Aires el domingo a mediodía. Nunca despertó. Murió a los 49 años, producto de “un infarto agudo de miocardio”, según la autopsia preliminar.

Quedaron pendientes los proyectos con la empresa: en los próximos días, por ejemplo, tenía previsto viajar a Dubai planificando peleas para dos de los boxeadores del equipo: el Avión Gauto y Pumita Martínez. También, una importante cantidad de bienes y propiedades que transformarán la sucesión en un laberinto. Es que, según pudo averiguar Infobae, el ex campeón mundial de kickboxing tenía los inmuebles y su colección de autos a nombre de sociedades.

Sus únicos herederos son su esposa Silvina y su hijo Máximo. Con su actual concubina llevaba más de una década juntos. Una de las sociedades está radicada en Italia, donde además está inscripta una de sus Ferraris. La armó cuando fue a competir con el kickboxing a Europa y ganó 1.5 millones de euros. De esa cifra, la mitad fue producto de la bolsa y la otra mitad, de sus sponsors.

Al mismo tiempo, tenía una sociedad en Argentina, y de ambas heredarán las acciones su esposa e hijo. Ahora bien, ¿qué sucede con las propiedades y vehículos a nombre de sociedades donde él no aparece como titular?. Un detalle no menor: su pareja, al mismo tiempo, fue su secretaria y la que le llevaba las cuentas. Según su entorno, tenía más claro que él todo el movimiento del dinero, por lo que entienden que no tendrá problemas para continuar manejando el patrimonio.

Acero disfrutaba de exhibirse con los componentes de su exclusiva colección de autos. Si bien no hay referencia cierta de cuántos tenía al momento de su muerte, sí hay registro de que, por ejemplo, disfrutó de tres Ferrari en diferentes épocas. “Me di el lujo en mi carrera deportiva de comprarme mi primera Ferrari, una 355; después una 360 y ahora esta ‘colorada’”, dijo en una entrevista con el programa Celebrity Cars en 2013, en referencia al último auto de Maranello que se le conoció, que fue una 458 Spider, que según un artículo del sitio Autoblog, en 2013 era uno de los tres ejemplares de ese modelo de Ferrari en la Argentina y tenía un costo de 500 mil dólares.

“Soy fanático de los BMW y tengo una camioneta (BMW) X6M de Lionel Messi, que es la que se le reventó una cubierta yendo a Rosario. Guillermo Marín me dijo, “‘¿La querés comprar?’ Obvio que dije que sí”, confesó en la misma nota. También supo tener un jeep Willys o comprar un vehículo antiguo para poder restaurarlo.

Además de las sociedades citadas, su pasado por el kickboxing, los negocios relacionados con la noche y su participación en Chino Maidana Promotions, Cali tuvo un paso por la política. En el 2015 participó de la campaña presidencial de Daniel Scioli. Lo acompañó en recorridas por la provincia de Buenos Aires y apareció en actos que el actual embajador argentino en Brasil encabezó en el conurbano bonaerense.

En esa elección, Acero se presentó en la misma boleta del Frente para la Victoria como candidato a concejal de Escobar. Pese a la derrota de Scioli en los comicios presidenciales, el deportista logró entrar al Concejo Deliberante, donde fue presidente del cuerpo.

Un año después, en el 2016, Cali fue destituido del cargo, luego de una denuncia televisiva que lo involucró en un acto de corrupción. En un informe del programa Telenoche se lo acusó de haber presionado para la aprobación de un proyecto para el desarrollo de un emprendimiento recreativo de dudosa legalidad. Y además, por haber presuntamente amenazado a quienes se oponían a la iniciativa.

En ese informe se lo acusó a Cali de destruir humedales del Río Luján y llevar esas tierras a otro terreno, donde serían emplazados los emprendimientos privados. Al conocerse la noticia, el intendente Ariel Sujarchuk, quien sigue gobernando el municipio, pidió iniciar una investigación y mandó a realizar la “clausura preventiva” de los terrenos implicados.

El ex luchador se defendió: “Está claro que fue una operación de prensa, es evidente. Yo nunca recibí ninguna denuncia de ninguna índole y no estoy involucrado ni tengo absolutamente nada que ver con ese emprendimiento”. Pero su defensa no alcanzó para evitar que el Bloque de Concejales ‘Peronismo que Hace’ tomara la decisión de separarlo por “diferencias irreconciliables de carácter ético y político”.

¿Tenía causas judiciales pendientes? La única que llegó a instancia final fue una por estafa en el Juzgado Correccional N° 5 de Quilmes, donde arregló una probation, pagándole a un empresario al que le había entregado cheques de tercero sin fondos. Pagó la deuda y cumplió tareas comunitarias haciendo donaciones. También enfrentó una causa por estafa en Mar del Plata, pero salió absuelto. Era portador legal de arma de fuego, pero tenía vencida la licencia y, según le indicaron a Infobae, pensaba renovarla en los próximos días. En 2013, supieron clausurarle dos locales en el centro porteño, en los allanamientos se encontraron 800 mil dólares y 2 millones de pesos. “Jugamos al póker a modo de divertimento. No existen las apuestas”, aseguró entonces.

Cali tenía tres stents y había agendado una cirugía para practicarse un cuarto. “Era una máquina de laburar. Yo le dije que bajara un cambio con los problemitas que tuvo de salud”, contó el Tano Ricci, quien fue el que lo encontró sin vida. Hace un tiempo, había comprado dos parcelas en el cementerio privado de Pilar, hoy su última morada, mientras la madeja de la sucesión recién comienza a desarmarse.

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