Jorge Acero Cali fue, en vida, un hombre prolífico. Amante de las artes marciales mixtas y el boxeo, construyó una carrera casi como un self made man, que logró entre otras cosas convertir el MMA en un negocio formidable en la Argentina y hacer una fortuna que empezó en el kickboxing, siguió con negocios opacos como los casinos ocultos y la oferta de bailes de caño y terminó, últimamente, en la promoción de nuevos pugilistas asociado a Marcos Maidana, el ex campeón de boxeo, en la empresa Chino Maidana Promotions. En todos estos comercios tuvo variados compañeros de ruta. Pero hay una vía poco explorada y que fue muy cercana: la barra brava de Boca. Sí, La Doce tuvo injerencia primero como rival y después como partener de Acero Cali hasta su muerte. En una historia que mezcla violencia, mucho dinero en efectivo, protección policial, batallas callejeras y el enfrentamiento con otros promotores de boxeo a los que con la ayuda de La Doce, Acero le fue sacando pugilistas de alta valía.
En realidad la historia de Acero con la barra empezó mal, realmente mal. El ex campeón mundial de kickboxing tenía, como se conoce en el ambiente, un “piringundín” en la calle Lavalle. Allí funcionaba una sala de juegos y un privado. Si bien había mesas de ruleta, la estrella era el póker, el juego que apasionaba a Acero. Pero este local escondido en Almagro rivalizaba con otro que siempre se adjudicó a Rafael Di Zeo y que quedaba en la calle Suipacha, casi esquina Córdoba. En realidad era el segundo que se conectó con el líder de La Doce. El primero quedaba en Barrio Norte, muy cerca de Cocodrilo, y tuvieron que cerrarlo después de la balacera en ese boliche que dejó parapléjico a otro jefe de la barra, Richard William Laluz Fernández, que también entra en esta historia. Lo cierto es que si bien ambos tenían protección policial, había competencia fuerte por los clientes de mayor poder adquisitivo.
Esa guerra tuvo un episodio violentísimo en Las Cañitas, pero al mismo tiempo empezó a forjar una relación: Acero Cali se enfrentó en la calle con Horacio Enrique, el Ninja, que por entonces paraba con Di Zeo, en una pelea tremenda que sólo pudo parar un contingente de policías. Tras esa acción se firmó una paz precaria que más tarde terminó en negocio. Ambos vieron la veta y de la calle pasaron al ring con tres peleas memorables. La primera en 2010 en el Luna Park, con toda La Doce en el ringside y que terminó en un escándalo, cuando dieron empate lo que había sido una clara victoria de Cali. Ante el abucheo de quienes habían colmado el Luna, La Doce repartió a diestra y siniestra para bancar a su hombre, el Ninja Enrique. Después hubo dos enfrentamientos más: uno en Mar del Plata y uno último en el Luna Park, con victorias repartidas. La plata para montar esos espectáculos vino de varias manos, y una de ellas era La Doce, que vio en ese lugar un pingüe negocio. Después, el Ninja se pelearía con Di Zeo (mientras éste estuvo preso había forjado una amistad con su rival, el Uruguayo Richard), pero La Doce ya no dejaría de hacer negocios con Cali.
El siguiente punto clave, además de pasarse contactos políticos y policiales y abogados que estaban de ambos lados del mostrador, fue saltar de las artes marciales mixtas al boxeo. Y para eso fue clave un evento en Las Vegas, la velada en que Marcos el Chino Maidana enfrentó por primera vez al supercampeón Floyd Mayweather. Allí el pugilista había llevado como invitados a muchos barras de Boca, entre los que sobresalía uno: Mariano Mantarro. Manija, tal su apodo, era la mano derecha de Fernando Di Zeo (cuándo éste falleció en 2019 pasó a tener ese mismo rol con Rafa). Y trabaron una relación de amistad que después se trasladó a lo comercial. Cuando Acero se sumó a Chino Maidana Promotions, vio que Mantarro y otro miembro de La Doce, Martín Sanchez alias Planchita, ya estaban metidos a full en la empresa acercando boxeadores con mucha proyección que le iban sacando a otros representantes importantes, como Osvaldo Rivero, por ejemplo.
Muchos dicen que detrás estaba la mano de Rafael Di Zeo aunque el líder de La Doce no aparece en ninguna de las operaciones de box así como tampoco figura Mauro Martín cuyo hermano, Gabriel, es casualmente entrenador de boxeo y fue profesor del inefable Rafa. De la mano de la barra y de Acero Cali, el Chino recorrió la Bombonera donde prometió regresar al cuadrilátero frente al venezolano Jaider Parra, para vengar la derrota frente a éste de su hermano Fabián TNT Maidana. Finalmente no se concretó así como tampoco llegó a buen puerto la chance de que Maidana y Acero se hagan cargo del boxeo de la institución con la anuencia de La Doce, algo que siempre estuvo pendiente. La idea era de allí armar escuelitas por todo el país con la marca del Chino y el apoyo de la barra detrás. Pero lo que sí terminó concretándose fue la alianza para promocionar boxeadores. Fueron varios los que acercó la barra a Chino Maidana Promotions, y el más rutilante de todos es Agustín el Avión Gauto, campeón internacional minimosca de la OMB y el mayor proyecto pugilístico de la Argentina de los últimos años, según los expertos en el mundo de los guantes.
Este negocio se concretó hace apenas unos meses atrás por lo que la sociedad entre Acero y La Doce prometía mayores novedades aún. Pero la muerte lo encontró al ex rey del kickboxing en La Pampa y truncó la continuidad de una relación que venía de años y que estaba atravesada por los negocios turbios que ambos lados supieron usufructuar en esta Argentina extraña, donde en cada comercio opaco aparece una barra.
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