Apenas se supo que volverían los hinchas a los estadios, las barras comenzaron a dirimir sus internas para quedarse con esas tribunas que están vacías desde hace ya un año y medio. Como piezas de un dominó se dieron las batallas en Racing, Berazategui y Belgrano de Córdoba, entre otras. Y ahora el turno fue de la barra de Arsenal, que está en guerra hace tres semanas y este mediodía se produjo el segundo episodio a balazo limpio, que dejó tres heridos de arma de fuego, todos internados fuera de peligro. El enfrentamiento se dio cuando la facción Villa Argentina de la barra fue a robar las banderas de la facción Los Pibes del Club a la zona de Villa Itatí. Llegaron en varios autos particulares y en un micro escolar en el que viajaban 30 de los violentos sabiendo que en la morada de Leonardo Egui, alias Tuta, se guardaban los estandartes. El tema es que no tenían la dirección exacta de la casa y empezaron a derribar cuanta puerta había al paso, lo que provocó que desde la villa les respondieran a balazos, lo que dejó tres heridos de arma de fuego.
Apenas se supo del hecho actuó la Policía que por un lado secuestró de Itatí cuatro bolsones con las banderas, y por el otro logró detener al micro en el acceso Sudeste. Además de demorar a 25 barras, secuestró un arma de fuego, infinidad de armas blancas y cuchillos, todo un arsenal para hacer juego con el nombre del club.
Claro que este no es el primer enfrentamiento en el mes de la barra de Arsenal, conocida popularmente como La Mafia. La pelea está dada entre dos grupos: uno histórico, que se llama indistintamente Los Pibes del Club o La barra de Fabián, por el viejo líder Fabián Píriz Alves y cuyo sucesor, Uriel Álvarez Alves fue asesinado en 2016, mientras que el otro grupo tiene su base de comando en Villa Argentina, a 35 cuadras del estadio en dirección sur, mientras que el grueso de La banda de Fabián mora en la zona de Crucecita y tiene gente también en Dock Sud.
La Mafia también está cruzada por el delito común como la mayoría de las barras bravas. De hecho Álvarez Alves purgó penas por robos y secuestros y su cuñado y también barra, Javier “Pinocho” Belizán, lideraba la superbanda “Los Talibanes”, dedicada a los secuestros express, las salideras bancarias y los escruches en todo el Sur del Conurbano, y recién cayó detenido a mediados del 2018 tras haber asesinado a su propio ex cuñado.
Esos acontecimientos le permitieron al grupo de Villa Argentina, autodenominado “La nueva Generación”, ir de a poco instalándose en la popular. Y para hacerlo sumaron gente de zonas aledañas. La situación estuvo en tensa calma hasta el comienzo de la pandemia, pero en esta época la vieja guardia y sus herederos no se quedaron de brazos cruzados. Así Los Pibes del Club empezaron a moverse por la institución y también por los barrios.
El anuncio un mes atrás de que iban a volver los hinchas a los estadios, primero con la prueba piloto de la Selección frente a Bolivia en el Monumental, y después con la certeza de que en octubre sería en el fútbol local, agitó las aguas. Hubo promesas de balas para todos entre ambos sectores. A fines de agosto, Los Pibes del Club hicieron una demostración de fuerza con un banderazo en las inmediaciones del estadio que cubrió casi cuatro cuadras. El desafío estaba planteado. Los de Villa Argentina decidieron el 4 de septiembre hacer su contra desafío con otro banderazo. Terminó todo mal: un Citroen C4 Negro pasó por el lugar y disparó una balacera que milagrosamente no tuvo damnificados. La Policía logró detener al auto a varias cuadras de la zona del hecho y demorar a su conductor, Ariel Pérez. Su acompañante logró escapar, pero según los atacados se trataba de uno de los hermanos del fallecido Uriel Alvarez.
Pero si alguno suponía que la intervención policial iba a plantear una tregua, se equivocó: la facción de Villa Albertina encabezada por su líder, Diego Martín Paz, alias Carucha, decidió vengarse haciéndose con todas las banderas. Por eso, al mediodía se juntaron en la esquina de la Villa y partieron para Itatí bien pertrechados para llegar por sorpresa a la casa de Tuta y robar los “trapos”. Pero el error de cálculo hizo que empezaran por otras casas y eso provocó que uno de los vecinos de Itatí empezara a los tiros dejando como resultado tres heridos y una preocupación gigante de cara al regreso del público en el Viaducto en particular, y en el fútbol argentino en general.
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