Boca debió sufrir hasta los penales para alcanzar las semifinales de la Copa Argentina: igualó 0-0 ante Patronato en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, pero fue más efectivo desde los 12 pasos y se impuso por 4 a 2. Desde un palco, Juan Román Riquelme, vicepresidente y cabeza del Consejo de Fútbol, padeció la definición, algo que fue captado por las cámaras de TyC.
El ex enganche fue mostrado por la transmisión en varios tramos del encuentro. Siempre analítico, comentando las acciones; con gesto más adusto cuando se consumían los minutos y el gol del Xeneize no llegaba a pesar del dominio.
El ex enganche no perdió la compostura penal a penal. No exteriorizó su alegría en el tiro de Sosa Sánchez en el travesaño, tampoco en la atajada de Agustín Rossi frente al ex Boca Leandro Marín. Ni siquiera en las conversiones de Marcos Rojo (con ayuda del palo), Carlos Izquierdoz y Aaron Molinas. Pero el cuarto remate, el de Cristian Pavón, el que podía definir la puja, resultó especial.
La cámara lo detectó con los ojos cerrados, evitando ver la acción. Una vez que sintió el alarido de los allegados, el festejo de los jugadores; que entendió que el 4-2 estaba sellado, se tomó el mate. Luego, se paró y extendió la felicitación a cada uno de los integrantes de la delegación que lo acompañaron en el sector.
Aún sin jugar, Riquelme fue gran protagonista de la serie. Es que no suele estar presente en los duelos que se disputan fuera de la Bombonera. Pero tan importante era para el futuro del equipo, por el título en juego y porque otorga un lugar para la Copa Libertadores 2022 (y la pelea por una plaza a través de la tabla general aparece muy disputada), que JRR viajó junto al presidente Jorge Amor Ameal.
Ya en la previa, en la puerta del hotel se reunió una multitud para saludarlo. Y tuvo un gesto muy especial con una señora, que quedó apretada en la multitud: la alzó para llevarla de su lado de la valla y la abrazó.
Ya en el estadio, en la puerta del vestuario recibió a Lautaro Comas, el futbolista del Patrón que le profesa una profunda admiración, al punto que tiene dos tatuajes del ídolo y nutre desde chico una carpeta con fotos y recortes de Riquelme. Incluso le regaló una camiseta, lo que produjo la emoción del delantero.
Pues bien, Boca consiguió lo que buscaba en Santiago del Estero. No sin sufrimiento. Y Román puede dar fe de ello...
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