La vuelta del público argentino a los estadios es un tema que aún está pendiente de resolución. Si no fuera porque los barras tienen el dominio de la situación, la cuestión ya estaría saldada. Y ayer, tras el partido entre Racing y Talleres en Avellaneda, ocurrió otro hecho que pone más sombras a una decisión que en principio no debería seguirse postergando: hubo un enfrentamiento entre la nueva barra de Racing y un grupo de la barra de Independiente que para en el barrio 4 de junio de Avellaneda, que terminó con un herido de bala, autos y negocios rotos y sembró terror en toda la zona, tal como lo demuestran los múltiples videos a los que accedió Infobae.
Todo comenzó cuando el autodenominado grupo Los Pibes de Racing, la nueva facción que comanda la tribuna de la Academia, regresó al estadio a retirar las banderas que había puesto en las tribunas previo al comienzo del encuentro, como en cada partido que el equipo de Claudio Ubeda juega de local. La barra se desplazaba en varios autos particulares y en un colectivo, y al pasar por el barrio 4 de junio, justo en el cruce de las calles Vélez Sarsfield y Limay, se encontró con que había 15 barras de Independiente en la calle. Primero fueron insultos de un lado a otro, después algunos piedrazos hasta que la barra de Racing decidió bajarse y entrar al barrio a producir un enfrentamiento que fue tremendo, porque a la superioridad numérica inicial de los violentos de la Academia que empezaron rompiendo todo lo que estaba a su paso, la gente del barrio respondió y hubo varias detonaciones de armas de fuego quedando dos heridos, ambos de Racing, uno llamado Jesús Bogado con un orificio de bala a la altura del peroné que debió ser internado aunque ya está fuera de peligro. Todo duró varios minutos hasta que llegó la Policía, que estaba a diez cuadras del lugar, en el estadio, finalizando el operativo de seguridad.
Lo ocurrido pone aún más en tensión toda la situación que se vive con las barras por Avellaneda. En el caso de Independiente, el grupo del barrio 4 de Junio no tiene en la actualidad el peso que supo ostentar años atrás. De hecho, su mayor incidencia en la tribuna del Rojo data de más de un lustro atrás, cuando se referenciaba en Matías Daniel Olivera, alias Sting, un pesado que supo estar en todas las etapas de la barra y que últimamente se había aliado a César Loquillo Rodríguez en la facción Somos Nosotros, que quiso recuperar el mando de la popular tras la caída en prisión de Pablo Bebote Alvarez, algo que no logró. Aunque esa interna entre las distintas facciones de la barra del Rojo está latente y es una de las preocupaciones que rondan por Avellaneda cuando se apruebe la vuelta de los hinchas a las canchas.
Del otro lado, la situación es más caliente aún. La nueva facción de la barra de Racing accedió al poder el mes pasado y ya viene acumulando problemas tras problemas. Están liderados por Leandro Paredes, fuerte en Villa Corina, y Enrique Rulet, alias El Loco, un ex boxeador que tiene una condena a 12 años de prisión por el crimen del periodista partidario, Nicolás Pacheco, producido en enero de 2013. Rulet está libre porque aún cuando la Cámara confirmó su condena en 2019, presentó un recurso de queja a la Corte Suprema, que aún no definió su situación. Rulet es de los que creen que haber ganado la tribuna puede darle un manto de impunidad a su caso. La historia no lo desmiente, aunque su situación parece harto complicada.
También se sumaron los grupos del Oeste, cuyo referente histórico fue Darío Cariatti, quien en su momento patentó el logo de La Guardia Imperial, y los Racing Stones, facción que supo tener poder en la tribuna. Sus rivales internos liderados por José Repetto, alias Josi, parecen estar en retirada. De hecho, el famoso Josi cayó nuevamente preso el mes pasado acusado de un robo en la zona norte del Conurbano y fue beneficiado la semana pasada con la prisión domiciliaria. Pero además esta interna se definió con apoyo político local y presunción de cobertura policial: de hecho existe desde hace 15 días una denuncia judicial que tramita en la UFI 4 contra la Aprevide y contra el titular de la Comisaría Primera de Avellaneda por presunto abuso de autoridad y encubrimiento para favorecer el triunfo de la facción Los Pibes de Racing en la interna de la barra.
En medio de este marco, ayer por la noche se dio el enfrentamiento que dejó dos heridos, uno de bala, y múltiples destrozos en un barrio que está a sólo diez cuadras del estadio, y que no tenía custodia policial al momento de un hecho que vuelve a poner en foco la cuestión de qué se hizo en este largo año y medio de pandemia sin público en las canchas, para terminar con el flagelo de las barras. Y la respuesta parece ser siempre la misma: nada.
SEGUIR LEYENDO: