“Hubo un hecho puntual que está mal informado. Fue antes de la final contra el Real Madrid”. Cristian Traverso dejó atónitos a todos los panelistas del programa que integra en TyC Sports luego de ser consultado por la histórica pelea entre Juan Román Riquelme y Martín Palermo por la ascendencia en el vestuario comandado por Carlos Bianchi.
El polifuncional ex futbolista, que actuaba como nexo entre los subgrupos (concentraba con Riquelme, jugaba al pool con Guillermo Barros Schelotto y a las cartas con Palermo), habló de algunos actos que se fueron suscitando para que se resquebrajara la relación entre los ídolos: “Con los años me enteré de cómo fue. Yo sé cómo fue la historia, no me la va a contar ningún dirigente ni nadie. Por esto hay resquemor con la dirigencia”.
Y tras sembrar el suspenso, disparó: “Estuvieron mal aconsejados y rodeados por gente que les decía ‘vos sos más que el otro’. El rumor era que Palermo le había dicho a Bianchi que en la final contra Real Madrid tenía que jugar Guillermo en lugar del Chelo Delgado, pero Bianchi puso lo que tenía que poner como entrenador y puso al Chelo porque estaba imparable. Esto fue mentira, Martín nunca le pidió a Bianchi eso. Me lo contó uno de los integrantes de lo que pasó (sería Palermo) cuando nos reencontramos después de que me fui a México”.
Más tarde, ahondó: “La historia no fue como dijeron. Hubo gente alrededor, como siempre los dirigentes quieren estar atados a un jugador y llevan el agua para su molino. El beneficiado va a ser el dirigente porque nosotros vamos a pasar, pero muchos se van a quedar en el club como lo hicieron. Un gil dirigente nos vino a tratar de negros, dijo que nos bañáramos con agua fría o vayamos al psicólogo (haciendo alusión al recordado episodio con el ex directivo Orlando Salvestrini). Esas son las cosas que me duelen de Boca”. Y cerró su idea: “Yo voy a luchar para que Palermo y Riquelme vuelvan a estar juntos. Tengo la esperanza que lo voy a juntar a todos de nuevo en el club porque son parte de la historia grande de Boca”.
Traverso no pudo contener las lágrimas al ver imágenes del abrazo de Riquelme y Palermo en el histórico encuentro frente al Madrid: “Me emociono. Veo a estos tipos que son de Boca y pienso en que jugué con estos monstruos”. Recordó que un día los invitó a comer a ambos a Pancho 46 y les tiró flores, por separado: “Román hace bien al tener a todos (los ex jugadores) en el club. Labura (Claudio) Benetti, que fue a pedir laburo al club. Esas cosas no se tienen que tocar y por eso lo felicité, por haberse involucrado en la política. Siempre lo voy a defender. No soy amigo de Martín, lo aprecio muchísimo. Y no es que uno es más y el otro menos. Voy a luchar para que no haya más grietas en el club. Estos tipos no pueden estar separados para conveniencia de otros.
Hubo otro momento en el que volvió a lagrimear: “Yo viví el secuestro del hermano de Román (Cristian Chanchi Riquelme). El pibe estaba jugando a la pelota y me dice ‘secuestraron a mi hermano’. Yo no me iba a ir a casa, me fui con él y me quedé hasta que se dio (la entrega). Gracias a Dios fue un episodio cortito. Por eso me emociono, las medallas y esas porquerías ya no me sirven”.
LOS “PERMITIDOS” DEL PLANTEL DE BIANCHI
Cristian Traverso separó a los subrgrupos que tenía aquel plantel dirigido por el Virrey: “Por un lado estaban los pibes de La Plata (Martín Palermo y los Mellizos Barros Schelotto), que son un país especial y adoptaron a Abbondanzieri, que no era de La Plata. Ellos eran los más chetongos, ja. Por otro los pibes de inferiores de Casa Amarilla; estaban los colombianos, que eran cracks en mi época, y en el otro estábamos los morochitos. Así fue como se fue llevando”.
Pero entre las cosas más jugosas de la charla estuvo la revelación de los alimentos que tenían prohibidos y comían a escondidas. El ex jugador que ganó 7 títulos con Boca repasó: “Teníamos un colaborador que nos traía comidita, porque nos agarraba hambre a la noche. Era un buen sandwich de milanesa, bien fritanga, con huevo frito, completo. ¿Sabés lo que hacía yo? Comía ensaladita en la cena para que (Bianchi) piense ‘mirá este cómo se cuida’. Pero después, si no apagabas la televisión, te agarraba hambre a la noche”. Y remarcó que eran varios los compañeros que se acercaban a la habitación para comer con él.
Por otro lado, reconoció que hubo un ritual semanal: “Nosotros los miércoles comíamos asado con los empleados y cancheros. Atrás de los carteles de publicidad del campo de juego de la Bombonera poníamos una parrillita y comíamos asado. Por eso después vas y le ganás al Real Madrid”. Y remató: “Porque el 1 (Bianchi) sabía que a veces comíamos lechón con cerveza, pero cuando el Profe Santella nos pedía hacer 10 pasadas, hacíamos 20. Con Carlos en alguna oportunidad he discutido fuerte y hasta casi me pierdo el partido contra Real Madrid, pero sabía que nos íbamos a desvivir por él. Él sabía que comíamos choripán o empanadas, pero también sabía que era algo bueno para el grupo”.
Una frase de Carlos Bianchi en el momento en el que desembarcó en el club todavía le quedó grabada a fuego en su memoria: “Lo único que les voy a pedir es que no nos saboteemos”.
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