El tema de debate en ESPN era la patada descalificadora que le habían dado a Lionel Messi en el último partido de la Selección ante Venezuela por las Eliminatorias Sudamericanas. Y ahí Oscar Ruggeri opinó: “Creo que habrá sido la patada más violenta que recibió. Encima con el pie apoyado, esa es la que te fractura”. Más tarde estimó que en la liga francesa los árbitros lo van a cuidar y hasta se animó a bromear con el estado del jeque del PSG mientras veía la acción: “No lo fracturó de milagro. El árabe se tiraba del barco sin salvavidas ni nada”.
Pero lo más jugoso de las observaciones del Cabezón vino después, cuando se refirió a dos ex grandes futbolistas del fútbol argentino a los que llegó a enfrentar. “Era difícil (Juan Román) Riquelme, era difícil anticiparlo. Le pegabas y sabés que no lo movías. Era fuerte”, mencionó primeramente el campeón del mundo en México 86, certamen en el que coincidió en el plantel con Ricardo Enrique Bochini.
“Al más difícil de pegarle, Bochini. Para mí no le pegó absolutamente nadie. Mirá que yo le tiré, eh. En Mar del Plata le tiré”, fue la referencia que hizo Ruggeri a un amistoso de verano disputado en el estadio José María Minella entre River e Independiente. En ese tiempo el Bocha había declarado que no se sentía campeón mundial por el poco protagonismo que había tenido en el equipo dirigido por Carlos Bilardo, dichos que no cayeron bien en varios de sus compañeros.
Inclusive algunos le recriminaron al histórico emblema del Rojo que fuera a buscar los premios por la Copa del Mundo luego de sus comentarios. Y en la cancha también hubo rispideces: “Le tiraba, pero me pasaba por arriba y me decía ‘Ruggeri, ¿qué pasa?’. Más bronca me daba, con ese rulo que tenía en la cabeza como Oaky (personaje de Hijitus)”.
De todas formas, el ex defensor aseguró que todo quedó en aquella anécdota violenta que casi termina en batalla campal, ya que con el tiempo se limaron todo tipo de asperezas: “Con el Bocha no te podés enojar”. No obstante, recordó: “‘Qué vas a ser guapo, guapo es Passarella’, me mandó. Tremendo, me mandó así. Sabés cómo lo corría por el túnel... Después saltó (Ramón Toribio) Adorno y cuatro o cinco, se puso bravo ahí, eh”.
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