- ¿Cómo es su presente?
- Con 38 años, sigo jugando al fútbol en el Atlético Venezuela, en Caracas. Estoy disfrutando de esta etapa de mi vida.
- Usted jugó muchos años en la Argentina, en Colón, Huracán, River y Gimnasia. ¿Qué le genera cuando se acerca un partido entre Venezuela y Argentina y por una clasificación mundialista?
- Lo primero que ocurre es que cada vez que se enfrentan Venezuela y Argentina recibo muchísimas llamadas desde lo que es mi segunda casa, que me trae hermosos recuerdos de mi paso por el fútbol de allí y además, justo me fue muy bien en la Copa América de 2011, que también fue allá y para la que nos preparamos muy bien, primero en Isla de Margarita, luego en Buenos Aires. Ya me empiezo a alegrar cuando escucho la tonada de ustedes.
- ¿En qué momento se encuentra la “Vinotinto”?
- En cuanto a la producción de jugadores, cada vez crece más, y muchos se van al exterior. Creo que si el talento y las condiciones naturales del jugador venezolano se trabajan bien, nos va a ir bien. Lo que más falta es organización y dirigentes. Vamos a ver ahora, que hubo una renovación en la Federación (FVF) porque con un panorama más ordenado se va a poder crecer mucho más, pero creo que tenemos que parar con el discurso de “crecer” y empezar a hablar de “competir”. Hay que dar el paso siguiente que es apuntar a ir a un Mundial.
- Ahora, hay muchos jugadores venezolanos reconocidos.
- Claro que sí. Salomón Rondón acaba de firmar con el Everton, Yangel Herrera, con el Espanyol. Está Jefferson Soteldo en la MLS y antes en el Santos, Jefferson Savarino, en el Atlético Mineiro. Tenemos a Josef Martínez, a Tomás Rincón, jugadores muy importantes.
- Pero la FVF tuvo que cambiar de entrenador en medio de la clasificación mundialista. Se fue el portugués José Peseiro y llegó Leo González. ¿Qué puede aportar el nuevo DT? ¿Seguirá después de esta triple fecha o como dice la federación en el comunicado, va a salir a buscar a alguien con más trayectoria internacional?
-Leo González es un gran director técnico. Su continuidad o no en la selección venezolana dependerá de los resultados, pero me parece importante dar paso a alguien con experiencia internacional, que haya estado en Mundiales. Tenemos también entrenadores con peso, como César Farías o Richard Páez, pero en el caso del resto, todavía no tienen la experiencia suficiente en los altos niveles.
- Tomando en cuenta la tabla de clasificación mundialista en Sudamérica, ¿Venezuela tiene todavía chances de ir al Mundial 2022?
- Creo que el partido clave era como locales ante Paraguay, pero me imagino que en ese momento, todavía Peseiro estaría conociendo a los jugadores (por la segunda fecha, Paraguay ganó 0-1), pero hay que tratar de sumar muchos puntos, aunque nos toca uno de los más difíciles, Argentina, el campeón de América, y se nota la armonía que tiene, la confianza que tienen después de haber ganado la Copa América, que sumado a la garra y al talento y un jugador sobrenatural como Lionel Messi, va a ser un partido duro para empezar.
- Usted es muy recordado en la Argentina especialmente por sus pasos por Huracán y River, que fueron en momentos completamente diferentes. En River, le tocó estar en el peor año de su historia, justo cuando disputaba el Nacional B. ¿Cómo fue convivir con eso?
- Para mí es un orgullo haber vestido esa camiseta. Tuvimos una presión muy grande por ascender, y lo logramos por el equipo y el compañerismo que había, y con jugadores de mucho peso como Leo Ponzio o David Trezeguet y con un entrenador de personalidad como Matías Almeyda. En cambio, en Huracán pude disfrutar más del fútbol. Éramos todos jóvenes y lo pasábamos muy bien. Siempre estoy pendiente del fútbol argentino.
- En Huracán, en 2009, se les escapó el título del Clausura contra Vélez en aquel controvertido partido de la última fecha.
- Sí, tengo un recuerdo muy triste de ese día porque llegamos con dos puntos más que ellos y éramos campeones con sólo empatar, pero aquella jugada del gol de ellos… En fin… Pero me queda aquella alegría con la que jugábamos y fíjese que no se necesitaba tanto tiempo para armar un muy buen equipo. Teníamos pasión por lo que hacíamos en los entrenamientos, en la concentración. Nuestro entrenador, Ángel Cappa, fue muy importante.
- Hablando de entrenadores, acaba de salir campeón de la Copa de la Liga y dirigiendo a Colón un ex compañero suyo, Eduardo Domínguez.
- Sí lo sé, me puso muy contento. Le mandé una felicitación por el título de Colón con un conocido en común. Ya cuando era defensor de Huracán era un DT en potencia por la manera en que analizaba los partidos.
- Hizo una referencia a Cappa. ¿Cuáles fueron sus aportes en Huracán?
- Recuerdo que él se molestaba mucho con la prensa argentina porque lo criticaba mucho con eso del fútbol lírico. Lo que pasa es que él cree en ese fútbol y no en correr. No le gustaba cuando íbamos al gimnasio, nos decía que paráramos con eso, que jugáramos más al fútbol. Para él todo era la pelota. En esa pretemporada de 2009 hicimos once partidos amistosos, fútbol reducido, pero nada de andar corriendo por la playa o médanos. Todo pelota. Una vez vino Fernando Signorini y recuerdo que nos dijo “la preparación física no existe”. Nos hacía querer la pelota. Cada partido era igual, más allá de los rivales, porque disfrutábamos jugando y los hinchas de todos los equipos se sacaban fotos con nosotros por la admiración que les generaba nuestro juego. Es que estaban Javier Pastore, Matías Defederico, Mario Bolatti…
- Lo de River en 2011/12 fue totalmente distinto…
- Sí, otra cosa. Había que ganar. Era un plantel con jugadores de mucha experiencia. El partido con mayor tensión fue como locales ante Instituto, y ganamos 1-0 con el gol de David Trezeguet, porque ahí quedamos primeros.
- Allí jugó Paulo Dybala para Instituto.
- Sí, tenía una habilidad terrible. Almeyda nos decía que tuviéramos cuidado porque jugaba muy bien y viniendo desde atrás. Ese partido fue clave.
- Y también la definición del ascenso.
- Ufff, eso fue tremendo. Estuvimos concentrados una semana en una posada en el Tigre, ni en el Monumental ni en el predio de Almeyda ni en Ezeiza, sino bien lejos de la gente, para estar enfocados. Recuerdo que íbamos del hotel boutique, en el que nos alojábamos, a los entrenamientos en lancha y regresábamos. Nos traían magos, comediantes, psicólogos. Y a veces venía a visitarnos también (Daniel) Passarella, el presidente.
- También pasó por Gimnasia y por Colón.
- Por Gimnasia sólo pasé dos meses y medio porque me fui poco más de dos meses antes a concentrarme con mi selección para la Copa América. Colón fue mi primer equipo en Argentina y me costó la adaptación. Leonardo Astrada me dijo que hasta los jugadores del Interior tardan en acostumbrarse al fútbol argentino de Primera y fui aprendiendo cosas. Yo venía de un fútbol mucho más tímido y allá todo se vive con gran intensidad y ganar o perder es de vida o muerte, y la vida es mucho más que eso, pero es la forma de vivir que tienen. Siempre mi sueño fue jugar allá.
- ¿Y qué opina de la liga argentina actual?
- Antes se jugaba mejor. Ahora se corre mucho. Me hace acordar a lo que nos decía Cappa, cómo se quejaba de los que corrían. Para mí fue un padre, un maestro, espero poder visitarlo en España.
- ¿Piensa ser entrenador en el futuro?
- No me preparo para eso. Por ahora quiero seguir disfrutando de jugar al fútbol y tratar de disputar alguna copa internacional. Tengo acá una academia de formación para niños y jóvenes con la idea de que crezcan y puedan jugar en las principales ligas del mundo.
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