Oveja Hernández: “Hoy el deporte en Argentina es un privilegio, es elitista”

El entrenador analizó su paso por la Selección de básquet y la importancia de Luis Scola para El Alma

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Sergio Hernández fue el entrenador de la selección argentina de básquet en el Mundial de China 2019 y en los Juegos Olímpicos de Tokio (REUTERS/Brian Snyder)
Sergio Hernández fue el entrenador de la selección argentina de básquet en el Mundial de China 2019 y en los Juegos Olímpicos de Tokio (REUTERS/Brian Snyder)

Tras la participación de la selección argentina de básquet en los Juegos Olímpicos de Tokio, Sergio Hernández continuará su camino alejado de la camiseta albiceleste. En sus dos etapas al frente del combinado nacional, el bahiense fue cuarto en el Mundial de 2004, campeón de la FIBA Diamond Ball en 2008, medalla de bronce en Beijing 2008 y subcampeón del mundo en China 2019.

Durante un meet and greet organizado por la Confederación Argentina de Básquetbol para sus sponsors, al cual Infobae fue invitado por Renault, el entrenador analizó en profundidad al deporte en Argentina, lo sucedido en territorio japonés y la importancia de Luis Scola para El Alma. “Después no podemos llorar cuando en los Juegos Olímpicos no nos va bien. Nosotros tenemos que meter el deporte como herramienta de educación e inclusión en el país de una vez por todas”, puntualizó.

-¿Qué balance hace de los Juegos Olímpicos de Tokio?

-En resultados no fue un buen torneo, y en el juego tampoco. Siempre digo que el éxito no siempre está emparentado con ganar y el fracaso con perder, pero en este caso nosotros no tuvimos éxito en ninguna de las dos cosas. No pudimos ganar partidos y no pudimos jugar bien. Eso lo reconocemos, somos los primeros en reconocerlo. No para inmolarse ni culparse, simplemente sucedió. Nosotros nos preparamos seriamente, es un grupo que se entrena y se comporta increíble. Los jugadores tienen un nivel de profesionalidad altísimo. No dejan ningún detalle librado al azar. Son muy unidos. A veces se habla de grupo, y a mí no me convence tanto eso. Hay que hablar más de equipo que de grupo. Nosotros podemos ser un buen grupo para tomar una cerveza, pero después no podemos hacer nada bien como grupo, más que pasarla bien. La realidad es que no pudimos plasmarlo en la cancha. Hubo algunos atenuantes, es verdad, como la lesión de (Patricio) Garino, la llegada tarde por el COVID-19 de (Gabriel) Deck, que lo hizo no jugar bien el torneo, porque no estaba en óptimas condiciones; que pasaron dos años del Mundial en vez de uno. Hubo varias cosas que las podemos tomar como atenuantes, pero no como excusa. Hicimos todas las cosas bien como para jugar bien, pero no pudimos. Y si no jugás bien en el alto rendimiento pagás las consecuencias. Es verdad que ganamos el partido que estábamos obligados a ganar y lo hicimos con autoridad. Los otros tres los podríamos haber perdido igual jugando bien, porque eran tres poderosos, pero la realidad es que sólo tuvimos algunos buenos momentos con España y no mucho más que eso.

-¿Qué va a ser de tu futuro tras la salida de la selección?

-No tengo nada por ahora. Sigo siendo entrenador de básquetbol. Hoy desocupado, pero mi profesión sigue siendo la de entrenador de básquetbol. Eso es lo más importante que puedo decir. Más allá de mi vuelta en su momento de Zaragoza por un tema familiar, y de que mucha gente confundió eso con que no me gusta vivir afuera o extraño, y no era así. Siempre prefiero vivir en Argentina, cerca de mi gente, pero ya tengo 15 mudanzas en mi vida. No me asusta vivir en China, por ejemplo. Donde esté la mejor opción de trabajo, allí estaré.

-¿Cuál sería tu deseo: una revancha en Europa o la oportunidad de dirigir a otra Selección?

-Soy entrenador y voy donde huelo que es un buen momento para ir, para estar. Yo puedo oler que es un buen momento para dirigir un equipo de la Euroliga, pero por ahí no me llama ningún equipo de Euroliga. Cuando tengo ofertas o propuestas, además del dinero, ya me pasó en Peñarol, con Estudiantes de Olavarría, Brasilia o con Zaragoza, es que siento que hay algo de que es el momento. A veces acierto, otras no. Pero no tengo preferencia. Sí me veo más fuera del país. No por una cosa de no querer estar en Argentina, pero no tengo tanta experiencia fuera del país. Sí tengo muchos años dirigiendo la Liga Nacional. Si tuviera que elegir, hoy es más probable que me vaya afuera que a dirigir la Liga, pero eso no quita que vaya a dirigir la Liga Nacional en algún momento. La Liga Nacional para mí es sagrada, es lo más importante que tenemos. Es uno de los grandes secretos por los cuales el básquet argentino en los últimos 20 años ha tenido los resultados internacionales que ha tenido.

-Los chicos de la U16 fueron subcampeones en la FIBA Américas de Xalapa y clasificaron al Mundial. ¿Cómo ve el trabajo que se está haciendo en las inferiores de los clubes en el país?

-No siempre los resultados reflejan realidades. Esperemos que en este caso sí. Súper feliz por la actuación de los chicos, no solo porque hayan ganado y clasificado al Mundial y sólo perdido contra Estados Unidos, sino porque vi mucho potencial en el grupo. Eso es lo que me alegra. En este país siempre se trabajó bien, pero hay que ampliar la base de la pirámide. Hay que tratar de que más chicos jueguen al básquetbol, que más chicos hagan deporte. Argentina tiene que cambiar. Yo no sé si llegará a ser una política de estado, pero velo por el deporte como un derecho, no como un privilegio. Hoy el deporte es un privilegio, lo hace el que puede. Es elitista. Por eso tenemos el cinco por ciento de la población joven haciendo deporte en el país. No lo digo yo, es un censo. Que ni siquiera da el 5 por ciento, digo 5 para no ser tan duro. Y no estoy hablando del básquet, sino en general. Esto fue hecho con chicos de 13 años. Después no podemos llorar cuando en los Juegos Olímpicos no nos va bien. Nosotros tenemos que meter el deporte como herramienta de educación e inclusión en el país de una vez por todas. Y eso va a mejorar la base de la pirámide de todos los deportes y se verá fortalecida la punta de la pirámide. También me alegra que haya tantas marcas en este evento. Tiene que haber cada vez más aportes privados para el deporte de alto rendimiento. A veces se cree que es un gasto, pero el deporte es una inversión. Para que el deporte formativo, el estado, los clubes y los privados sigan invirtiendo en los chicos, los chicos tienen que tener un espejo en donde mirarse. Y si no hay deporte profesional, no hay dónde mirarse. Es muy importante el aporte, el dinero y todo lo que se ponga en el deporte de alto rendimiento. No hay que tenerle miedo a eso. El deporte de alto rendimiento es la cuarta economía del mundo, y nosotros no lo vemos así. No lo vemos ni como una buena herramienta de educación ni como negocio ni como entretenimiento. Y es hora que lo empecemos a ver.

Argentina tiene más logros de lo que el deporte argentino como estructura se merece. Hablar de política de estado pareciera que se la estás pidiendo a Alberto Fernández, y yo no se la estoy pidiendo a Alberto Fernández, ni a Macri ni a nadie. Es una cuestión más social. Porque todos le pedimos al otro. Nosotros somos los demás de los demás. Vamos a empezar a dar un poco más. Me parece que los que tenemos voz en el deporte tenemos que demostrar que el deporte es la mejor herramienta de educación e inclusión que podemos tener.

El abrazo de Sergio Hernández a Luis Scola tras su retiro de la selección argentina (REUTERS/Brian Snyder)
El abrazo de Sergio Hernández a Luis Scola tras su retiro de la selección argentina (REUTERS/Brian Snyder)

-Lo que hace Luis Scola dentro de la cancha es evidente, pero ¿cuál era su importancia para el grupo fuera del campo de juego?

-Scola ha sido y es mejor fuera de la cancha de lo que es adentro, imaginate lo que es. Estamos hablando de un súper jugador, goleador de Mundiales, de Juegos Olímpicos, goleador histórico de la Euroliga, jugó en la NBA, campeón olímpico, subcampeón del mundo dos veces, MVP de todo lo que jugó. Imaginate lo que es si yo te digo que fuera de la cancha es mejor. Es una persona, además de honesta y generosa, que no lo veo como un mérito, porque todos deberíamos ser así; él es un tipo muy preparado, muy comprometido, muy interesado por ver cómo mejorar él y el entorno con el que vive. Él fue una persona detrás de la que todos nos metimos para llegar a lugares que sin él no pudiésemos o no hubiésemos podido ir. Es un referente del deporte argentino.

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