Mafia, armas y guerra sindical: quién es el barra de Estudiantes que quiere desbancar al Pata Medina

Iván el “General” Tobar es uno de los dos jefes de la tribuna del Pincha y su nombre comenzó a sonar cada vez más fuerte en las últimas horas tras los videos que se conocieron en la interna de la UOCRA

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Iván "El General" Tobar amenazó al hijo y al nieto del Pata Medina

Los dos videos son aterradores. Y muestran el grado de penetración que las mafias y las barras tienen en la vida política, sindical y diaria en la Argentina en general y en este caso en La Plata en particular. Están enmarcados en la guerra por el control de la filial de esa ciudad de la UOCRA, el gremio de la Construcción. De un lado, el histórico dueño de ese botín, Juan Pablo Pata Medina junto a su hijos Agustín y Cristian, alias Puly, y su nieto Brian. Del otro lado, un nombre que también siembra terror en la capital provincial: Iván Tobar, El General, uno de los dos jefes la barra brava de Estudiantes, con un prontuario de temer y al que recurrió la UOCRA para garantizarse la sucesión del Pata cuando éste cayó en prisión. Es una pelea entre malos y malos.

A Medina, acusado de liderar una asociación ilícita y esperando el juicio en libertad tras pasar dos años presos, la gente ya lo conoce. Es hora también de descorrer el velo sobre El General, que se presenta como la cara nueva y pacífica de este rubro y su foja de servicios lo contradice completamente.

Tobar nació en Ensenada hace 40 años y es el hermano menor de Miguel, alias el Negro, otro hombre de mismo perfil y prontuario que está actualmente con prisión domiciliaria a la espera de un juicio donde se lo acusa de un homicidio en 2015 y que ya estuvo preso en 2009 por el triple crimen de policías en la planta transmisora de la ciudad, caso por el que fue finalmente sobreseído. Ambos hinchas de Estudiantes, se convirtieron rápidamente en barrabravas y trabajaron además como punteros municipales tanto en Tolosa como Ensenada.

Junto a su compadre Adrián el Gato Socío formaron el núcleo fuerte de la barra de Los Leales, como se autodenominan los dueños del paravalancha de Estudiantes y para ganarla iniciaron una guerra sin cuartel contra quienes eran los jefes por entonces y lideraban la facción El Túnel, Fabián Gianotta y Gustavo Mastrovitto, guerra que duró tres largos años entre 2009 y 2011, dejó una decena de víctimas fatales y varias condenas judiciales, entre ellas una al propio Iván Tobar dictada por el Tribunal 2 a ocho años de prisión por el intento de homicidio de Mastrovitto. Cuando salió de prisión, Tobar decidió que la tribuna volvería a ser suya y otra vez en alianza con el Gato Socío la tomaron para sí y ya no la cedieron más.

Tobar además tiene una vida ligada al sindicalismo ya que a comienzos de los 2000 fue delegado en el sindicato de Comercio, después cobró notoriedad como empleado del Mercado Central de La Plata donde acumuló denuncias de los puesteros por presunta extorsión a cambio de seguridad y finalmente arribó a la UOCRA de la mano del Pata Medina. Allí se convirtió en el hombre que hacía los mandados del jefe junto a otro pesado del ambiente, David Alzogaray, que era el delegado de Agustín, el hijo del patriarca. Pero cuando la Justicia avanzó sobre la familia Medina y el titular nacional del gremio, Gerardo Martínez, dispuso la intervención, ambos creyeron que había llegado su momento y se pasaron de bando. Formaron una alianza con Carlos Vergara, el primer interventor, y empezaron a copar todos los locales que antes pertenecían a Medina. Desde entonces se desató una guerra sin cuartel entre ambos sectores y para ganarla, Tobar terminó trayendo barrabravas de Rosario Central y Newell’s a través de una gestión que hizo con Andrés Pillín Bracamonte, el máximo barra de Santa Fe y ligado a la estructura de Los Monos.

Con esa fuerza de choque, Tobar ganó territorio y hasta hizo pata ancha en YPF, por ejemplo, que era uno de los lugares más preciados. El tema es que Medina consiguió su libertad morigerada el año pasado y la batalla recrudeció. Hay múltiples denuncias cruzadas por enfrentamientos a tiros por toda la zona. Tobar además negoció con el nuevo interventor, César Trujillo, y para lograr más poder coqueteó con irse al sindicato rival de la UOCRA, Sitraic, que maneja el presidente del club Los Andes, Víctor Grosi, con anuencia de la barra de ese club.

Y la política también metió la cola: a Tobar se lo ha visto en actos del Justicialismo y de la CTA autónoma mientras que los Medina conformaron una agrupación también dentro del peronismo y se acercaron a la barra de Gimnasia. En medio de esa tensión aparecieron los dos videos a los que referíamos antes. En el primero, grabado a fin del año pasado, Tobar amenaza a los Medina diciendo “YPF es mío, es de Los Leales, vayan buscándole trabajo a su gente que de acá los vamos a echar y nos vemos en la calle donde los cobardes no pueden vivir”. Y hasta deja un mensaje misógino y aterrador sobre la esposa de Brian Medina.

El otro video es el que apareció esta mañana, donde un grupo de delincuentes vestidos de policías, con las caras tapadas y portando armas dicen ser la banda del Puli y el Pata y amenazan con matar al juez y al fiscal que tiene la causa de Medina y también a Tobar y su gente. Pero parece una maniobra demasiado burda para ser llevada adelante por la gente de Medina, justo un rato antes que se decida si debe volver a prisión. De hecho César Albarracín, el abogado del líder sindical, presentó una denuncia para que se investigue el hecho y la primera hipótesis de la Justicia apunta en la dirección del grupo de Tobar, el hombre que se hace llamar El General y está dispuesto a brindar la batalla final en pos de su único objetivo: convertirse en el secretario general de la UOCRA de la capital provincial.

Amenaza de la patota del Pata Medina

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