El Profe Daniel Córdoba formó parte de cuerpos técnicos encabezados por Miguel Ángel Russo en la década del 90, antes de lanzarse como entrenador principal. Desde ese lugar, escribió una carta abierta en el diario Hoy en la que fustigó al ahora ex orientador de Boca Juniors, que lo cesanteó el pasado martes (lo reemplaza Sebastián Battaglia, quien conducía al plantel de Reserva). La firmó como “Exayudante y examigo de Miguel Russo a comienzos de los 90″. Y en la misiva fue lapidario con el Palomo, al que le realizó duras acusaciones.
“Te dejaste manosear por un contrato en Boca en donde sabías que ibas a ser una figura decorativa. En donde se conocía que solamente te tocaría obedecer, dar la cara y ser humillado. Sin embargo, aceptaste sin chistar todo lo que te imponía el poder de turno. Como has hecho siempre, siempre y siempre... Y así te fue, Miguel, así terminaste”, reza uno de los pasajes, en alusión a la influencia del Consejo de Fútbol encabezado por Juan Román Riquelme.
Córdoba denuncia que Russo aceptó romper su tradicional cuerpo técnico en su arribo al Xeneize. En la Ribera estuvo secundado por Leandro Somoza (ya venía trabajando con él) y Mariano Herrón, quien es hombre del riñón de Riquelme, al punto que se quedó en el equipo de Battaglia. “Te sacaste de encima a (Hugo) Gottardi y a tu cuerpo técnico que siempre te acompañó. Todo por unos dólares más. Ni siquiera te importó que se supiera de tu incapacidad de trabajo en el campo y de tu falta de manejo de grupo. Tu único sostén fue constantemente el hacer lobby o relaciones públicas con los poderosos”, lo golpeó.
“Como te deseo que tu enfermedad esté curada y vivas 1.000 años, también te digo gracias por desenmascararte tan solo por unos dólares más”, concluye. Antes, en el inicio del escrito, lo acusó de ir “recorriendo por el fútbol comprando prensa que a veces escondió fracasos. Cuando vas por el lado sucio. Si elegiste ese camino, bancalo”.
Russo contó con la asistencia de Córdoba como preparador físico en Estudiantes de La Plata y Lanús. Pero la relación finalizó con una pelea y jamás se reconciliaron. “No es una persona de códigos. Yo por Miguel fui mucho más que preparador físico. Me encargaba de todos los trabajos que tenían que ver con pelota, fui quien se peleaba con él a la salida de los partidos cuando la gente alguna vez lo insultaba, y después me trató de traidor. Para mí es todo pasado, incluso cuando ganó la Copa Libertadores con Boca (en 2007) lo saludé. Pero yo no puedo olvidarme de una persona que me puso piedras en el camino cuando se me abrió la posibilidad de ser técnico”, había dado detalles de las causas de la ruptura en 2020, en una entrevista con radio La Red.
Tras abrirse del equipo de trabajo de Russo, el profe Córdoba dirigió en Independiente Rivadavia, Sport Huancayo de Perú, Central Córdoba de Santiago del Estero, Olimpia de Paraguay, Estudiantes de La Plata, Colón de Santa Fe, Chacarita y Lanús. También incursionó como comentarista televisivo. En el medio, estuvo al borde de la muerte por un accidente automovilístico y sufrió la pérdida de uno de sus hijos, de apenas cuatro años, quien se ahogó en la pileta de la casa que habitaba en un barrio cerrado.
LA CARTA COMPLETA
Cuando desde chico te creés que sos más, pero no sos más que un soberbio. Cuando te aprovechás de un club que decís amar, pero le hacés firmar contratos muy caros sabiendo que tu rodilla no puede más, y sabés que ningún otro club te iba a venir a buscar a finales de los 80, jamás.
Cuando esperás que ese club descienda y lo ayudás a ascender llevándote con negociados o sueldos desorbitante todo su dinero hasta quebrarlo. Cuando vas recorriendo por el fútbol comprando prensa que a veces escondió fracasos. Cuando vas por el lado sucio. Si elegiste ese camino, bancalo.
Hubo gente que te bancó. A toda la defraudaste. Te dejaste manosear por un contrato en Boca en donde sabías que ibas a ser una figura decorativa. En donde se conocía que solamente te tocaría obedecer, dar la cara y ser humillado. Sin embargo, aceptaste sin chistar todo lo que te imponía el poder de turno. Como has hecho siempre, siempre y siempre... Y así te fue, Miguel, así terminaste.
Vos mismo, por unos dólares más, te sacaste públicamente la careta. Y te sacaste de encima a Gottardi y a tu cuerpo técnico que siempre te acompañó. Todo por unos dólares más. Ni siquiera te importó que se supiera de tu incapacidad de trabajo en el campo y de tu falta de manejo de grupo. Tu único sostén fue constantemente el hacer lobby o relaciones públicas con los poderosos.
Como te deseo que tu enfermedad esté curada y vivas 1.000 años, también te digo gracias por desenmascararte tan solo por unos dólares más.
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