Es la primera mujer campeona del Rally Argentino y trabaja todos los días para salvar vidas

La entrerriana Nadia Cutro hizo historia el consagrarse en 2017 en la clase Junior y ahora compite en la división mayor. Es licenciada en accidentología y da capacitaciones de seguridad vial

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A bordo de su Toyota Yaris rumbo a un tramo cronometrado (Prensa Rally Argentino)
A bordo de su Toyota Yaris rumbo a un tramo cronometrado (Prensa Rally Argentino)

En el rally no hay margen de error porque, a diferencia de las carreras en una pista, no hay vías de escapes ni defensas. Pifiar un milímetro en caminos de ripio o en otro tipo de trazado termina en un accidente. Bien lo sabe Nadia Cutro, quien es la primera y hasta ahora única mujer que logró el título en el Rally Argentino. Se convirtió en una referente de la especialidad, pero en su vida diaria también está vinculada a los riesgos, ya que es licenciada en accidentología y además trabaja en seguridad vial.

Nació el 14 de febrero de 1986 en Concordia y su padre Oscar corrió en el Rally Entrerriano, uno de los campeonatos provinciales más fuertes del país. Creció en el taller de su papá y lo acompañó a las carreras. En este marco su destino estuvo marcado.

“Toda la vida estuvimos vinculados al automovilismo. Yo jugaba con un pata pata que era un zapato plástico con un volante y lo hacía coletear. Todos los vecinos y la familia se acuerdan de eso. Iba al taller de mi viejo y me pasaba todo el día allí”, recuerda en diálogo con Infobae.

La pasión pudo más y pronto llegó su debut en las pistas. “A los 10 años hice una carrera en karting. Debuté y terminé cuarta. Pero los padres de los otros pilotos pegaron el grito en el cielo porque al ser mujer no les gustó mi presencia. Mi papá quedó muy impactado y después me bajé y no corrí más”, confiesa.

De chica con su papa Oscar, que también corrió en el Rally Entrerriano
(IG: @nadiacutro)
De chica con su papa Oscar, que también corrió en el Rally Entrerriano (IG: @nadiacutro)

Pero fue el rally el que la cobijó para que empiece de forma regular. “A los 16 años pude ser navegante de mi papá, pero me tuve que bajar porque se puso una normativa deportiva que los menores de 18 años no podían ser navegantes. Entonces a los 19 debuté como piloto con mi hermana Florencia en la butaca derecha”, explica.

“Arrancamos en el Campeonato Entrerriano con un VW Gol y como anduvimos muy bien seguimos corriendo. Igual el coche era muy estándar. Hicimos tres carreras antes de fin de año y papá decidió armarnos un auto de competición”, agrega.

Claro que para costear la actividad las chicas hicieron mucho esfuerzo debajo del auto y con la ayuda de la empresa de su familia, una distribuidora de comestibles y bebidas. “Para comprar los primeros buzos antiflama vendimos rifas por una caja de pollos y jugos. Cuando yo le decía a mi viejo ‘me voy a comprar un jean’, él me decía ‘eso cuesta una cubierta’. Mientras estudiaba vendía todo por catálogo, compraba ropa interior, ollas, lo que la gente necesitaba, y me iba a Buenos Aires a comprar porque era más barato”, relata.

Junto a su hermana Florencia en la época del Rally Entrerriano (Prensa Nadia Cutro)
Junto a su hermana Florencia en la época del Rally Entrerriano (Prensa Nadia Cutro)

“En 2007 salimos subcampeones de la Clase N2 y en 2008 salimos campeonas de la Clase N3. En 2009 nos subimos a la Clase mayor A7 (motor 1,8) y ganamos el campeonato”, comenta y luego pegaron el salto al campeonato nacional donde siguió con la ayuda familiar: “En 2010 llegamos al Rally Argentino. En 2015 mi hermana se bajó y se subió mi cuñado, que desarrolla todos los autos. Él es mecánico y es apasionado”.

A las Cutro se les complicó el ingreso a la máxima escena de los derrapes de nuestro país por el cambio de terrenos y es algo que Nadia marcó: “A nosotras nos costó mucho porque no conocíamos los caminos de ripio, montaña, la nomenclatura es diferente porque acá (Entre Ríos) es todo llano. El primer año lo tomamos como aprendizaje. Debutamos con un Mitsubishi Evo VIII y luego con un Evo IX y en 2012 pasamos a ser oficial de Fiat en la clase mayor. En 2013 nos fuimos a desarrollar los autos de la clase Junior algo que nos becó la categoría. Hicimos un campeonato reducido de seis fechas”.

Sobre cuál fue el trato que recibió siendo mujer, sostiene que “no fue fácil, pero tampoco tan difícil como la pista. La ventaja que tiene el rally es que uno compite contra el tiempo”. Aunque al principio tuvieron complicaciones: “Siempre nos cuestionaron que si andaba adelante era porque teníamos algo raro en el auto. Los invitábamos a la verificación técnica para que vieran los detalles del coche. Pero cada vez que nos desarmaron el auto para que pudieran verlo nunca encontraron nada raro. Igual fueron solo rumores, porque cuando un piloto denuncia a otro tiene que pegar a la fiscalización”.

“Me costó mucho ganarme un lugar como piloto en la configuración del auto, decirles, por caso, ‘que la suspensión estaba blanda’ y no me daban pelota. Si una fuese una ‘manca’ (se usa en la jerga fierrera para calificar a un mal piloto) está bien, pero si el auto no responde, la autoestima te la tiran por abajo”, subraya.

En acción. Nadia comenzó como navegante de su padre Oscar y luego tuvo a su hermana Florencia en la butaca derecha (Prensa Rally Argentino)
En acción. Nadia comenzó como navegante de su padre Oscar y luego tuvo a su hermana Florencia en la butaca derecha (Prensa Rally Argentino)

“En su momento tuve sanciones muy alevosas, fue en un año donde de peleé un título y considero que la ley debe ser pareja para todos. Me pasé en una chicana y me sancionaron con varios minutos y nunca antes sancionaron a alguien por una falla tal. Quedé última y terminé segunda. Había llovido y el piso estaba mojado, por eso me pasé”, esgrime.

En una actividad donde los sponsors son claves, recuerda que “una vez pregunté si nos iban a televisar a todos y hubo equipos grandes que se quejaron... Todo tiene un límite y nosotras necesitábamos mostrar nuestras publicidades”. Aunque reconoce que “también hay hombres que fueron ninguneados dentro de los equipos”.

No obstante, el tiempo puso las cosas en su lugar y admite que “el trato del ambiente fue mejorando con el correr de los años. No digo que no fue fácil, pero una se va haciendo y fui teniendo voz en la categoría. Me fui ganando un lugar con los hechos. Costó, pero se consiguió. También ayudó el ganar el campeonato u otros hechos como el esfuerzo que hice a veces para correr. Por ejemplo, en 2018 en una carrera me sentí muy mal, pero quise terminarla: al otro día me operaron de peritonitis…

Sobre cómo se adapta una piloto a un ambiente plagado de hombres, asevera que “una puede entrar, pero hay muchos factores que alteran ese lugar. Tampoco nos podemos poner en el papel de víctima”. Respecto del lugar que empezó a ganar la mujer en distintos ámbitos, indica que “estoy de acuerdo en que la mujer tenga sus derechos y luche por sus derechos. Siempre y cuando esté dentro de la forma”.

Nadia y su cuñado Luciano Bombaci tras ganar el título del Rally Argentino en 2017 (Prensa Rally Argentino)
Nadia y su cuñado Luciano Bombaci tras ganar el título del Rally Argentino en 2017 (Prensa Rally Argentino)

La gloria.

Debido a la falta de resultados en 2014 dejó de correr y volvió al año siguiente con un equipo propio. “En 2016 empezamos a desarrollar el auto que en 2017 salió campeón. Esa fue la clave para poder ganar. Debutamos con el auto y logramos el podio. Conseguimos una mejor puesta a punto y corrimos la mitad del año yendo a todo o nada y quedamos con tanta diferencia que llegamos en la penúltima siendo campeones”, describe sobre la coronación en la clase Junior (motores 2.0 preparados por Oreste Berta) donde corrió con un Toyota Etios. Ese año obtuvo tres victorias y nueve podios en diez carreras corridas.

Pero, ¿qué sintió al hacer historia en el Rally Argentino? “No tomé dimensión de todo lo que surgió. Si bien el rally no tiene el auge que tiene la pista, fue muy positivo”, responde.

Sobre su máximo sueño, indica que es “salir campeón en la clase principal (RC2B) donde debuté a fines del año pasado. Es un auto que tiene 300 caballos de potencia, doble tracción, se llega a 210 km/h en un camino de tierra y en 400 metros estoy poniendo sexta a fondo. Tiene mucha velocidad en curva”. Hoy marcha décima en el campeonato y este fin de semana se corre la quinta fecha de la temporada en Catamarca.

Nadia Cutro en acción

Con un auto tan rápido los riesgos en el rally se incrementan y Nadia explica que “nosotros corremos contra los árboles o en precipicios, por eso no te da miedo una categoría de pista. Hay un sector en Tafí del Valle que se llama ‘Cementerio del Auto’. Hay cuestiones climáticas. Me gusta la adrenalina que genera”. Y contó una anécdota de cuando corrió en una monomarca de VW Bora, categoría partenaire del TC: “Fue en Oberá y no conocía lo que era correr en pista y uno me dice ‘yo sé que te da miedo el paredón que está cerca’. ¡Si supiera por dónde se corre en el rally!”

En estos años se ganó el reconocimiento no solo del Rally Argentino sino además de referentes del Campeonato Mundial de Rally (WRC por su sigla en inglés) que hasta 2019 corrió en nuestro país. En esa oportunidad Nadia pudo ganar, ya que el certamen nacional suele participar de la fecha mundialista. Ahí pudo estar con la francesa Michele Mouton, considerada por la prensa y el ambiente como la mejor piloto de la historia, ya que fue subcampeona mundial por ocho puntos en 1982 y ganó cuatro carreras. “La conocí en la última visita del WRC en 2019. En esa carrera había llovido un montón ganamos y hablamos de mi trayectoria y obviamente le expresé mi admiración hacia ella, que se ocupa de la seguridad del WRC. Fue un placer, es una persona muy agradable con mucho conocimiento de todo lo que pasa”.

Nadia con Michele Mouton, la mejor piloto de la historia
(IG: @nadiacutro)
Nadia con Michele Mouton, la mejor piloto de la historia (IG: @nadiacutro)

Seguridad vial.

Pero Nadia no se dedica solo a acelerar sobre un auto de competición. Es Perito en Accidentología Vial carrera que estudió en Buenos Aires en la Policía Federal. “Una tía estaba en el área de la criminalística y yo quedé marcada por un accidente que tuve de muy chica con un amigo. Entonces me puse a estudiar para aprender”, detalla.

Explica que su tarea es el “peritaje de accidentes de tránsito. Puedo hacer el trabajo para Tribunales o abogados y también para compañías de seguros, ya que también estoy habilitada por el CESVI (Centro de reciclado de Vehículos legales de la Argentina). Es todo lo referente a los accidentes de tránsito”.

Sentada en su coche (Prensa Nadia Cutro)
Sentada en su coche (Prensa Nadia Cutro)

Aunque también lleva a cabo una tarea importante sobre la prevención y el cuidado de la vida: “Dentro de la licenciatura también la tengo una especialización sobre seguridad vial y doy capacitaciones sobre las herramientas que ayudan a la prevención, la parte activa y pasiva de la seguridad de un vehículo, las determinadas consecuencias en un siniestro o las causas que lo pueden generar, como la lluvia, el desperfecto de una ruta”.

En esta rama también volvió a rodearse de hombres ya que “soy perito en un ámbito donde lo manejan muchos abogados, pero también me supe adaptar”.

Se terminó la charla telefónica con Nadia Cutro, quien mantiene su sencillez y humildad más allá de haber hecho historia en el automovilismo argentino. La entrerriana complementa el alto riesgo como lo es el rally y la prevención con la seguridad vial. Aunque en ambas ella va a fondo, sea para ganar con un auto de carrera como para poder resguardar la vida de los demás.

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