Picado y exhibición de banderas robadas: el detrás de escena del extraño pacto de la barra de River Plate con tres sindicatos

Septiembre es el mes elegido por las autoridades argentinas para darle vía libre al regreso del público a los estadios de fútbol. Si la situación sanitaria se mantiene en los parámetros actuales con tendencia a la baja y la variante Delta no se impone, habrá habilitación para que los partidos se jueguen con un 30 por ciento de aforo. Por eso septiembre también está marcado en círculo rojo por las barras, sabiendo que hay un negocio gigante por detrás que tiene que ver con que habrá una demanda intensa para asistir y una oferta insuficiente.

Pero septiembre trae otras cosas en la Argentina: las PASO para las elecciones de medio término. Y como siempre, el combo de año electoral y fútbol es tierra fértil para los barras que se ofrecen al mejor postor. Y quienes están picando en punta son Los Borrachos del Tablón, la barra de River en su versión oficial dirigida por Guillermo Caverna Godoy, que tras haber cerrado acuerdos con un sector de los ferroviarios, tras haber tenido influencia en Camioneros a través de Alejandro Medina, el famoso Ale de Budge que terminó custodiando a Hugo Moyano, tras mostrarse como parte activa de la campaña de Guillermo Moreno en el partido Principios y Valores, ahora va por más: hizo tratos con el Sindicato de Comercio, con el Sindicato de los trabajadores Municipales de la Ciudad de Buenos Aires y con el Sindicato de Maestranza de la República Argentina, para ser mano de obra para lo que gusten mandar a cambio de apoyo político para ganarle la pulseada a la disidente y coronar en la tribuna Sívori con el regreso del público.

El acuerdo se cerró en la última semana con dos eventos. El primero fue con un partido de fútbol en Villa Urquiza entre la cúpula de la barra y un equipo liderado por Gustavo Bustamante, uno de los delegados sindicales de Armando Cavalieri y que talla fuerte entre los empleados de supermercados. Bustamante fue hasta 2019 mano derecha de Ramón Muerza, el hombre que quiso desbancar al eterno Cavalieri, pero después fue seducido por el viejo sindicalista para sumarse a sus filas y hoy le encarga otro tipo de trabajitos, como el pacto con la barra de River. De hecho, la bandera de Los Borrachos y la del sindicato flamearon como estandartes y ante ellas posaron Caverna Godoy, el Uruguayo Larrain, el Tachero Luzzi, Toddy Videla, Martín Vallejos y Chimi Leguizamón, toda la cúpula. Y allí también se vio a un trío que estaba enfrentado a Caverna y mueve gente de Villa Caraza: Julito Gamboa, Pacha Corrado y Rocky. Lo que habla del rearme de la facción oficial de la barra.

El segundo evento fue masivo. Para hacer una demostración de fuerza, la barra juntó en el predio que tiene en la zona norte el Sindicato de Maestranza a 400 de sus integrantes y llevó todas las banderas, incluidas las robadas a barras rivales. Allí el anfitrión fue el protesorero del sindicato, Jorge Antonio Frías, junto a su hijo Coqui y su mano derecha y vocal del Somra, Matías Teseira.

Pero lo que llamó aún más la atención fue la presencia de Gabriel Trovato, uno de los directores del Sindicato Unico de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (Sutecba) y cuya familia siempre fue el sostén del interminable Amadeo Genta al frente de la organización gremial, y de Saúl Ubaldini hijo, que lidera la filial Avellaneda del Partido Fe (cuyo máximo representante fuera el extinto Momo Venegas), que fue aliado al macrismo hasta que poco tiempo atrás se pasó a la fila del Frente de Todos e inauguró un local del partido el mes pasado junto al ministro de Hábitat Jorge Ferraresi, hombre fuerte del kirchnerismo en esa zona.

Con semejante apoyo sindical, cuya contrapartida es acercar mano de obra para las manifestaciones sindicales y políticas, y si es necesario sumar gente para ganar la calle contra algunas organizaciones sociales, la facción oficial de Los Borrachos del Tablón aspira a doblarle el brazo a la dirigencia del club que sigue sin permitir el ingreso de las banderas de la barra y cuyo plan cuando se abra el aforo del 30 por ciento es privilegiar a los abonados de las ubicaciones San Martín y Belgrano, dejando afuera a los que se creen dueños del estadio Monumental.

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