Identificaron al barra que mostró un arsenal de guerra y amenazó a una persona con un video escalofriante: su impactante prontuario

Cristian Ariel G., apodado Toro, tiene una foja delictiva que se inició en 1999. Las fuerzas de seguridad buscan dar con su paradero

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La amenaza del barra

Fueron 48 horas frenéticas para la Justicia de Santa Fe con el auxilio del Ministerio de Seguridad de dicha provincia. Porque el video que publicó el sábado Infobae generó estupor y la necesidad de resolver el caso lo antes posible. Allí, con una impunidad asombrosa, un barra de Unión de Santa Fe amenazaba a un socio en el delito con matarlo a él, a su hermano y quemarle la casa mientras mostraba el arsenal que tenía a disposición, una cantidad de revólveres, escopetas, pistolas y fusiles que empalidecería al dueño de una armería.

La investigación de Infobae llevaba más al Conurbano bonaerense que a Santa Fe y el epicentro era La Matanza. El rumbo era correcto: el lunes por la tarde y tras lograr identificarlo, la Policía Bonaerense, la Federal y también la Santafesina se unieron para atrapar al autor del video amenazante. No sólo porque está cometiendo un nuevo delito que tiene pena de hasta diez años de prisión, sino por su prontuario: tiene hechos por homicidio, secuestro, robos y según la Justicia está prófugo hace ya tiempo. Algo que en este país es más habitual de lo que todos suponen.

El barra se llama Cristian Ariel G., tiene 45 años y estuvo varias veces en prisión pasando por los penales de Sierra Chica, Florencio Varela y La Matanza. Su prontuario marca 11 hechos delictivos judicializados (es decir, todos aquellos donde se le inició un sumario) aunque en Rafael Castillo, su patria chica, dicen que habría que multiplicar los antecedentes mínimo por diez. Y dan otro dato que asusta: es de los que primero dispara y después se fija si no se le fue la mano. Lo que queda claro mirando el video donde hace gala de una pistola nueve milímetros, como las que usan las fuerzas de seguridad, que lleva escondida en la cintura.

Después como si fuera cosa de todos los días empuña una escopeta automática calibre 12/70 que también usan las fuerzas oficiales y no contento con eso le dice a su interlocutor “si no te alcanza con ésta, también te voy a dar con ésta” y toma un FAL calibre 7,62. Sí, un fusil de asalto de combate que utilizan las fuerzas armadas con culata rebatible al que arma y desarma en vivo, poniéndole el cartucho y haciendo el típico gesto de gatillar. Y como si esto fuera poco al instante sigue amenazando mostrando otras dos armas de altísimo poder de fuego: una nueva escopeta y una ametralladora nueve milímetros. Y termina diciéndole a su ex compañero que le da 24 horas para entregar lo que debe porque si no lo va a matar a él, al hermano y le va a quemar la casa. Y para que no queden dudas de que va en serio hace una imagen panorámica de una cama donde se ve una cantidad de municiones inimaginada.

La Policía de Santa Fe creyó al principio que podía tratarse todo de un truco desestabilizador dada la lucha que viene dando el Gobierno contra la presunta connivencia policial con el delito en esa provincia. Más cuando creyeron ver armas de fabricación brasileña que habían sido decomisadas poco tiempo atrás en Rosario. Pero no era un truco: desde Buenos Aires dieron con el barra y cuando vieron el prontuario se encendieron todas las alarmas.

Cristian Ariel G., apodado Toro, tiene una foja delictiva que comienza en 1999 donde según su prontuario número 991224 estaría vinculado a una causa por homicido el 18 de enero, un robo calificado que terminó en homicidio el 29 de marzo, una tentativa de robo al día siguiente, otro robo el 6 de abril y el asalto a la sucursal del banco Buen Ayre de Quilmes el 14 de abril. Un raíd que asusta y por el que terminó detenido una semana después.

Pero por esas cosas de la Argentina o porque las causas estaban flojas de papeles o porque alguien no hizo bien su trabajo logró salir rápido, se mudó del Sur al Oeste del Conurbano y según el prontuario al que accedió Infobae, recayó en el delito: a comienzos del 2000 le adjudican un robo en La Matanza, volvió a prisión, volvió a salir y en marzo del 2005 fue aprehendido en otro robo con armas en Rafael Castillo por el que pasó una estancia en el penal de Florencio Varela de donde salió el 12 de mayo de 2008.

No pasó mucho tiempo hasta que la Justicia posó sus ojos otra vez en Toro al que le adjudican dos delitos, uno en octubre de ese año, otro homicidio en grado de tentativa en el marco de una disputa por comercialización de estupefacientes, y uno último el 15 de noviembre cuando termina otra vez detenido. Después se suma un hecho confuso en Morón en 2010 donde supuestamente su pareja de entonces fue detenida en el marco de un robo que según un testimonio habría dirigido Toro desde la cárcel. Lo cierto es que después de pasar otro buen tiempo tras las rejas, Cristian Ariel G. salió de prisión. Pero por lo visto en el video, tampoco sirvió esta etapa para reflexionar y cambiar su estilo de vida. Por eso ahora la Policía de dos provincias más la Federal lo buscan intensamente. Saben que hay un delincuente súper pesado libre y con un arsenal dispuesto a todo. Se verá si pueden atraparlo antes de que sea demasiado tarde.

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