Menuda responsabilidad asumió Marcos Rojo en el estadio Ciudad de La Plata: se encargó de patear el primer penal para Boca Juniors en la definición por penales ante River Plate. Tras el 0-0 en los 90 minutos, el marcador central no dudó: remató abajo, a la derecha del arco defendido por Franco Armani, quien se arrojó al palo contrario. Lo gritó con furia y abrió el camino para la victoria de su equipo, que eliminó a su clásico rival y avanzó a los cuartos de final de la Copa Argentina.
“Nosotros comimos mucha mierda, hoy fue un desahogo”, dijo, en relación a lo que le sucedió al plantel desde la caída ante Atlético Mineiro por Copa Libertadores. La polémica del VAR, los incidentes que provocaron la ruptura de la burbuja y obligó al plantel a mantener siete días de aislamiento, los dos partidos que tuvieron que jugar los juveniles... “Fue durísimo, por todo lo que pasamos. Desde Brasil que venimos comiendo mierda. En los dos partidos con Mineiro merecimos ganar. Hoy nos llevamos una alegría muy importante para el grupo”, subrayó.
En una línea de cinco defensores, Rojo, de 31 años, se mostró sólido, incomodando a un River que generó más situaciones que su adversario, pero nunca se sintió suelto. Con el ex Manchester United hubo una polémica: fue amonestado por Patricio Loustau por un planchazo a Julián Álvarez, pero muchos pidieron roja directa (aunque no correspondía). Luego, tuvo un roce con De la Cruz. ¿Era para segunda amarilla y expulsión? Más allá de la controversia, todo el desarrollo resultó áspero, con 10 amonestaciones.
“Fue un partido duro, pero por suerte lo pudimos ganar. Miguel me dio la confianza otra vez, estaba tranquilo, y justo vi que Armani se había tirado de cabeza para el otro lado y me dio tiempo a abrir el pie”, contó su estrategia para ejecutar el penal. “Él sabia cómo había pateado la otra vez y se iba a jugar que iba a patera de vuelta ahí. Sentí que merecíamos pasar, fue injusto lo que habíamos vivido y el aislamiento acá en Argentina. No pudimos jugar y lo hicieron los chicos. Es un lindo desahogo y premio para este equipo. Se lo dedico a mi familia, que en los momentos más difíciles siempre estuvo”, concluyó.
Con nula continuidad en Inglaterra y en su breve regreso a Estudiantes de La Plata, Rojo llegó a Boca en enero de este año y en el primer semestre no pudo asentarse. Pero tanto Russo como el Consejo de Fútbol que encabeza Riquelme lo tienen como un referente del plantel en formación. Y nada menos que en un Superclásico, lo confirmó.
SEGUIR LEYENDO: