En su amplio despacho de la avenida Córdoba, el fiscal general de la Ciudad recibe a Infobae con una sonrisa y un reproche. “No me creíste el año pasado cuando te dije que iba en serio contra las barras y conseguimos condenas por asociación ilícita, prohibiciones de concurrencia y causas para un montón de esos delincuentes del fútbol”, dice Juan Bautista Mahiques. En un rato va a enumerar cada uno de esos procesos, pero antes quiere dejar clara una sentencia: “Cuando regrese el fútbol con público, será con muchísimos menos barras en los estadios. Y los que entren van a tener a la Justicia encima. Si pudimos hacer esto en pandemia, no te imaginás lo que podemos hacer trabajando en los alrededores de las canchas con el tema trapitos, merchandising ilegal, los puestos de comida y bebida, todo lo que manejan los barras. Porque la diferencia con lo que ocurría antes, cuando tomaban cada hecho aislado y terminaban todos en contravenciones, es que nosotros los vemos como una asociación ilícita y es la única forma de ir contra ellos y sacarlos del espectáculo. Cambiamos la forma de investigar y dio resultado”.
La incredulidad en aquella entrevista a comienzos de 2020 tenía que ver con un discurso remanido en la violencia en el fútbol. Y la cantidad de veces que las buenas intenciones de la Justicia son frustradas por los políticos que pisan fuerte en cada territorio y se valen de los barras para distintos trabajitos. Pero el Ministerio Público Fiscal de CABA hizo una jugada que se reclamaba: crear una fiscalía específica de eventos masivos. Y convocar a un grupo de personas que hasta los propios dirigentes del fútbol reconocen que eran los únicos perros de presa que recorrían las canchas investigando a los barras. Y funcionó.
“La fiscalía se creó en febrero de 2020 y tuvimos un solo lío de cancha, en un partido de Nueva Chicago. En siete meses conseguimos condenas de prisión para los dos jefes de la barra (NdR: Alejandro Chana y Ariel Fortuna) más la inhabilitación perpetua para ir al estadio. Y a otros 54 barras les dimos cinco años de prohibición de concurrencia. Pero pasó algo más importante: ahí vimos hasta dónde estaba metida la política porque nos llamaron de todos lados. Pero de todos lados ¿eh? Y nosotros fuimos al frente igual. Y en Vélez, cuando desbaratamos la fiesta clandestina de la barra con 300 personas, pasó lo mismo.
-¿Qué, lo llamaron por el hijo de un poderoso empresario del juego (NdR: Daniel Mautone, socio de Daniel Angelici).
-El nombre me lo guardo pero todos decían que no íbamos a poder avanzar y avanzamos. Y logramos la condena de los diez miembros de la cúpula de la barra que tampoco van a poder ir a la cancha. Y en Boca tenemos en proceso a toda la jefatura de La Doce, incluyendo a Rafael Di Zeo y Mauro Martín. Tenemos justamente 12 que son todos los líderes y no los van a ver más por las canchas.
-Muchos argumentan que por la influencia de Angelici ustedes recién fueron contra Boca cuando ganó Ameal. Y que con River no se meten tanto.
-Dicen cualquier cosa. Están los hechos para demostrarlos. Nosotros no miramos el color de la camiseta. De hecho, River tiene más barras con causas bajo nuestra gestión que cualquier otro equipo. Son más de 300 los que pusimos en derecho de admisión y durante la pandemia sumamos varios más. Nosotros en un año y medio iniciamos 221 causas y ya logramos 38 condenas, 30 probation y están requeridas a juicio 17 causas más. Y además de los equipos que te nombré tenemos causas contra barras de San Lorenzo, de Racing que fueron usados como patota sindical en un conflicto de los Obreros Marítimos, de Excursionistas, de Ferro, de la mayoría de los equipos de la ciudad.
-¿Qué fue lo que más lo sorprendió en este tiempo?
-La impunidad con la que se manejan. Son los dueños de los clubes. Vos escuchás los audios de los teléfonos que secuestramos y no lo podés creer.
-¿Esa impunidad viene de la dirigencia deportiva, política y la policía?
-Y, es una de las hipótesis de trabajo. Cuando vos ves las causas es difícil pensar que no hay nexo con la dirigencia. Muchos te dicen que están amenazados o que entre pactar con Frankestein o Satanás, porque siempre hay dos grupos enfrentados en la barra, pactan con Frankestein que es menos malo. Pero éste después termina convirtiéndose en Satanás. Es la historia de siempre. Pero también es cierto que los directivos cuando se los sacamos de encima festejan. ¿Si nos apoyan? Dialécticamente sí, veremos qué pasa cuando vuelva el fútbol. Lo que yo tengo claro es que si me tengo que llevar a un dirigente preso, me lo llevo.
-¿Y qué le sorprendió para bien?
-Que se puede trabajar y que aquel que no lo hace escudándose en la presión política es porque quiere. Para nosotros fue clave crear la fiscalía a cargo de la doctora Celsa Ramírez y tener al Cuerpo de Investigadores Judiciales investigando las causas. Es un grupo que va para adelante sin mirar a quién tiene enfrente. Sin esta estructura sería imposible dar esta batalla. Lo único que nos faltaría sería tener una Policía Judicial que dependa de nosotros para cerrar el círculo. Pero vamos por buen camino. Vos no me creías y vas a comprobarlo cuando vuelva el público a las canchas: habrá un montón de barras menos en las tribunas y si entran con complicidad de dirigentes o policías, les vamos a caer a todos.
SEGUIR LEYENDO: